Quantcast

Opinión

La dificultad de ser demócrata

Miquel Iceta y Pedro Sánchez
Miquel Iceta y Pedro Sánchez EP

“Ser demócrata no es fácil”, decía el viernes Miquel Iceta. El presidente del PSC y ministro de Cultura seguramente no sabe hasta qué punto lo que ha expresado es una estupidez, pero da lo mismo porque con esa estupidez expresa la idea que su partido quiere expresar. Ellos están en el camino de la abnegación, dispuestos a sacrificarlo todo, ¡incluso su inmaculada palabra!, en nombre de la democracia. Pero en realidad es justo lo contrario. Ser demócrata es lo más fácil que hay, y por algún misterio es muchísimo más fácil cuanto más control se tiene sobre los órganos políticos. 

Lo natural en el PSOE es expulsar a los policías de los hoteles, respetar el “mandato de las urnas” salido del Parlamento de Cataluña o promover un estatuto inconstitucional, porque el pueblo lo pide

El partido de Iceta cuenta, por esto mismo, con una grandísima tradición democrática. Siempre ha estado dispuesto a lo que sea con tal de que se cumpla la voluntad de la mayoría de los votantes buenos. Ninguna ley, ninguna institución y ningún mecanismo de control al poder deben situarse frente a la voluntad correctamente interpretada. La separación de poderes y los límites a la política son un lujo que sólo beneficia al ciudadano común, clase privilegiada y opresora, frente al poder legítimamente omnímodo del Estado progresista.

La democracia entendida según el orden socialista -y la pedagogía derivada de esta visión- es lo que ha producido en los últimos años episodios como el procés. Lo natural en el PSOE no era aquel breve momento en el que pareció defender la ley por encima de la voluntad. Lo natural en el PSOE es expulsar a los policías de los hoteles, respetar el “mandato de las urnas” salido del Parlamento de Cataluña o promover un estatuto inconstitucional, porque el pueblo lo pide. Lo natural en el PSOE es confinar a los españoles al margen de la ley y decir que lo volverían a hacer. Lo natural en el PSOE es liarse a patadas con la justicia y anular sentencias firmes porque España es su Scattergories y se la lleva cuando quiere.

Al socialista le pasa con la democracia lo que a Woody Allen con Wagner: si piensa demasiado en ella le entran ganas de pacificar Hungría. La narrativa de esta semana, marcada por las protestas contra el PSOE, va en esta línea. Manifestarse contra un gobierno “salido de las urnas” es antidemocrático, repiten los oráculos del pueblo. 

El caso es que de las urnas puede salir cualquier cosa. Puede salir, por ejemplo, un psicópata. Un terrorista. Un golpista. Un neonazi, un comunista, un delegado internacional de Hamás. De las urnas puede salir cualquier cosa, sobre todo si cualquiera puede poner urnas de cualquier manera y para lo que sea. Por eso hay que poner límites a lo que pueden hacer los que salen de las urnas. Para que un psicópata, un terrorista o un golpista no puedan hacer lo que se espera de ellos. 

El problema del Gobierno Sánchez no es que sea antidemocrático, sino que es profundamente democrático. Consideran que los límites frenan el progreso. Su voluntad es la voluntad del pueblo. Su palabra es la palabra del pueblo. Sus objetivos son los objetivos del pueblo. El bufón Guillermo Fesser lo expresa mejor que nadie. “Yo estoy a favor de cualquier fórmula que nos haga la convivencia más fácil. Cualquier medida, me da igual como sea. Me da igual si es legal, ilegal o alegal, porque lo que me interesa es el resultado”. 

Deformar la ley y la nación

Lo único que le interesa al PSOE es, efectivamente, el resultado. Ya lo tiene. Formará Gobierno, y desde el Gobierno intentará deformar la ley y la nación hasta que lo que quede de ellas sea una imagen perfecta del partido. Frente a este proyecto se están organizando protestas por toda España. El objetivo de estas protestas no es “usurpar la voluntad popular”, algo en lo que los miembros de la alianza progresista son expertos, sino exigir que la voluntad gubernamental vuelva a estar sometida a los límites que deben regir la política. 

Ser demócrata, debería saber Iceta, es lo más fácil que hay. Lo difícil es defender frente a la turba -y frente al Gobierno- la existencia de las leyes y de la nación.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • S
    Sor Intrepida

    Pensaba que la bailarina tenía mas coco,pero veo que no.

  • V
    vallecas

    Me "hiela la sangre" cuando oigo a los defensores del Parlamento por encima de la ley. No se si es maldad o torpeza.
    Imaginen: Sánchez plantea retrasar la elecciones generales a 2030 y cuenta con el apoyo de 176 Diputados

  • R
    RafaR

    Muy buena la expresión de "el bufón Guillermo Fesser". Leí la entrevista que le hicieron y me quedé de piedra. No es que siguiese mucho a ese tipo, pero que una persona que se supone con un mínimo de formación diga semejante tontería es algo muy preocupante. Porque, además, por ser un tipo de la farándula, encima, le ponen un micrófono por delante para que las diga en público.

    Vamos muy mal.