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Opinión

Desfachatez y PIDECO

Sólo 68 internos se han acogido voluntariamente al Programa de Intervención de Delitos Económicos en los cuatro meses que lleva funcionando

Francisco Correa, en el banquillo.
Francisco Correa, en el banquillo. EUROPA PRESS

Que Toni Cantó abandonara las filas de Ciudadanos anunciando a los periodistas convocados para la ocasión la vuelta a su oficio de actor; que quince días después reapareciera en el puesto número cinco de la candidatura del PP a las elecciones de la Asamblea de Madrid fijadas para el martes 4 de mayo; que lo hiciera además con el desparpajo de quien daba por descontado que nadie le pediría cuentas, lleva a Almudena Grandes a considerar ese proceder un síntoma inequívoco de desfachatez, entendida como seña de identidad de los desaprensivos y umbral de entrada en la primera fase de la degradación. La pérdida del sentido de provisionalidad, imprescindible acompañamiento para el sano ejercicio de toda función pública; el olvido de sentirse permanentemente emplazado a rendir cuentas del propio quehacer, así como del que corresponde al equipo del propio entorno, es una pendiente deslizante que nos concilia con el abuso enseguida percibido como una compensación merecida por la tarea cumplida con vocación de servicio.

Todas estas adherencias, como las bacterias patógenas, tienen un crecimiento acelerado en las aguas estancadas. Por eso, se procedió a limitar la duración de los mandatos de los cargos públicos electos, porque la idea de perennidad degenera en sentimiento de propiedad al que se sobrepone a continuación el de impunidad. El caso es que desde el episodio de la manzana nos encontramos en estado de naturaleza caída, somos biodegradables, corruptibles, oxidables, una vez expuestos a la corrosión que desencadenan los agentes de la intemperie. Por eso, la división de poderes para que se vigilen. Claro que para Cyril Connolly (Obra selecta. Editorial Lumen. Barcelona, 2005) la caída del hombre, tal como aparece en la Biblia, es en realidad la caída de Dios. Y en cuanto a la Iglesia, añade que, como tantas otras instituciones, cuando ha sido lo bastante fuerte para hacerlo, ha traicionado sus principios”.

La corrupción y los corruptos surgen en todos los países e incluso allí donde no existe país alguno, la diferencia la marca la reacción social e institucional frente al fenómeno y ante quienes lo encarnan"

La corrupción y los corruptos surgen en todos los países e incluso allí donde no existe país alguno, la diferencia la marca la reacción social e institucional frente al fenómeno y ante quienes lo encarnan. A propósito de estos últimos acabamos de saber los progresos registrados en el Programa de Intervención en Delitos Económicos (PIDECO) anunciado a finales de noviembre destinado a una población reclusa de 2.000 personas que se han ganado la residencia en esos centros al lograr del Tribunal competente la adecuada condena por corrupción. En su balance la secretaría general de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, señala que solo 68 internos se han acogido voluntariamente a ese programa en los cuatro meses que lleva funcionando. Su propósito es la reeducación en 32 sesiones con herramientas para que reenfoquen su vida en libertad "con una actitud y conducta prosocial”. En la próxima columna pondremos ejemplos relevantes. Ahora baste aducir, como prueba del nueve, que Francisco Correa, líder de la trama Gürtel, se ha dirigido al juzgado de Vigilancia Penitenciaria para declarar su arrepentimiento y solicitar la admisión el programa PIDECO. A él nos encomendamos. Veremos.

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  • S
    sergioabelleira

    A saber lo que ha negociado este hombre. Porque seguro que no hace esto a cambio de nada.
    Por lo de pronto, provocar una nueva borrasca de heces sobre los populares en un momento bien oportuno para el tarado. Veremos, efectivamente.
    Y, en otro ordene de cosas, amanecemos hoy sin la posibilidad de escribir comentarios en las noticias y artículos de reciente publicación. ¿Error o nueva política de la empresa?. Veremos también.

  • S
    S.Johnson

    No estamos de acuerdo en absoluto. Alguno dijo, seguro que Vd lo sabe, que el hombre es un animal político y por tanto, como la cabra, tira al monte.
    Que en política se meta quien quiera y, por supuesto, quien pueda y con las intenciones, cuyo verdadero objetivo no tiene por qué desvelar al respetable, que crea conveniente. Así es la verdadera política y así debe ser aceptada, lo contrario es pretender que los políticos vengan de otro planeta o del séptimo cielo en vez de ser nuestros vecinos, nuestros parientes, nuestros hermanos en definitiva, que es lo que son. Y el que esté sin pecado que tire la primera piedra.
    Es el respetable, que por lo general no se entera de nada, el que debe espabilar y seleccionar y separar con su voto lo bueno de lo malo lo aceptable de lo inaceptable... o sea que el asunto no tiene remedio.
    Así es la democracia. Lo bueno es que cada cuatro años tenemos la opción de mandar a los que no nos gustan a su casa... si tenemos mayoría.

  • A
    alon101

    Conolly no parece muy enterado.