Opinión

Derribar a Feijóo para salvar a Sánchez

Son técnicas conocidas de corrupción del lenguaje político para desprestigiar al adversario

  • Feijóo y miembros del PP -


El objetivo es poner a Núñez Feijóo donde tienen a Santiago Abascal: duelo al sol, fanáticos contra fanáticos. Sánchez se aferra a las trampas de caza contra el líder del PP, como la utilizada con el decreto pactado con Puigdemont. Ni pensiones ni dana ni transporte, el sanchismo se juega su supervivencia a la carta única de lograr debilitar la imagen de liderazgo de Feijóo, sin importar qué vote o qué argumente.

Hasta las desprestigiadas UGT y CCOO organizaron el domingo una concentración de liberados sindicales en nómina para ayudar a la causa. Contribuyen a la falsificación habitual: apuntar en una dirección para desviar la atención de los pactos sanchistas contra el Estado. En este caso, improvisando un debate artificial sobre pensiones para disimular la concesión inconstitucional de inmigración y control de fronteras “por siete votos”. Lo siguiente será fabricar nuevas trampas contra Feijóo para tapar acuerdos con Bildu sobre reformas judiciales que eviten el procesamiento de líderes de ETA implicados en crímenes terroristas. Si medios de comunicación no sachistas les volvieran a comprar la mercancía, cantarán bingo.

La casta que se ha construido durante siete años a la sombra del sanchismo tiene asimilado que, si cae Sánchez, se termina el chollo. Reducidísimas minorías de fiscales, jueces, diplomáticos, policías, especuladores, periodistas, artistas, escritores, y todos los que están aprovechando las prácticas corruptas de este Gobierno para medrar, saben que la principal amenaza para su estatus privilegiado es la capacidad de liderazgo de Núñez Feijóo. Si te fijaste en cómo trató El País el “error” del PP con el decreto trampa, tendrás pocas dudas sobre que las pensiones les importaban una higa. Con voto a favor o en contra, la diana es siempre la misma.

El trampantojo “izquierda contra derecha” desaparece cuando la continuidad del Gobierno depende absolutamente de ir cebando un proyecto de “plurinacionalidad” golpista contra la igualdad

Con igual fin se utiliza el cebo izquierda-derecha para los electores acérrimos del PSOE. ¡Ideologías de ocasión! Que se lo pregunten a la exministra de cambio climático Ribera que, en horas 24, pasó de calificar las centrales nucleares como peligrosas contaminantes, en España, a “energía verde” saludable desde su nuevo puesto, en Bruselas. Lo mismo ocurre con la xenofobia contra inmigrantes, denunciada con Trump, pero banalizada cuando se trata del racismo explícito de sus socios independentistas; o con la bandera contra pobreza y desigualdad, compatible con su crecimiento imparable en siete años de gobierno “de izquierdas”; y con el voto de la “clase obrera”, cuando los estudios poselectorales demuestran que los trabajadores escapan del PSOE.

El trampantojo “izquierda contra derecha” desaparece cuando la continuidad del Gobierno depende absolutamente de ir cebando un proyecto de “plurinacionalidad” golpista contra la igualdad. Se está viendo en cada congreso autonómico socialista, en los que Sánchez va colocando comisarios políticos para evitar movimientos internos contra sus pactos de la traición. El cuento se repite. Venden que cada comunidad autónoma no podrá rechazar quitas y elevación del nivel de déficit porque, sostienen, cómo explicarían a sus electores que rechazan recursos “regalados”. Eso, para desviar la atención del cupo catalán que, como demuestra Fedea, reduce sustancialmente la caja común del Estado. Trampas de caza para ocultar que han pactado la inviabilidad fiscal de España “por siete votos”.

La táctica estrella

Son técnicas conocidas de corrupción del lenguaje político y recuerdan a las utilizadas por el fascista Mussolini o el comunista Ceaucescu para desprestigiar a los adversarios. En el aquelarre contra Ayuso del congreso socialista de este fin de semana ofrecieron un recital completo. Siguen los 11 principios del nazi Goebbels, literalmente. El del enemigo único, por ejemplo: enfrente, todo es extrema derecha para la estrategia sanchista; o el de transposición: si Sánchez es un mentiroso, Feijóo miente, etcétera; el de sincronización: todos repiten las mismas consignas diarias, plató a plató; desfigurar como táctica: el líder popular, repiten hasta la saciedad, tendría contestación interna -¿quién sería el Page del PP?-; y así con todas las reglas del fascismo goebbeliano, religiosamente.

Desprestigiar la imagen de liderazgo de Núñez Feijóo es definitivamente la táctica estrella para la supervivencia de Sánchez y sus fatídicos aliados. ¿Hasta cuándo? Frente a una casta bien untada, dependerá de la capacidad de resistencia institucional y de si la opinión pública reacciona contra cada intento de normalización de los golpes sanchistas contra el Estado de derecho. El ejemplo de resistentes como el coronel Pérez de los Cobos, la fiscal Lastra, Paz Esteban la directora cesada del CNI o los jueces del Tribunal Supremo, permite mantener la confianza en la capacidad de reacción la democracia española, a pesar de todo.

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