Quantcast

Opinión

Los debates malditos de Canal Sur

Los debates malditos de Canal Sur

Canal Sur Tv ha decido eliminar de su parrilla de programación el programa de debate “Verde blanca y verde” que, presentado por Paco Lobatón y Laura Lobo, inició su andadura como la gran aportación de la RTVA a los fastos del último 28F, Día de Andalucía. Se trataba de un nuevo intento de Canal Sur por institucionalizar un foro de debate en la televisión pública andaluza y que, visto el historial de fracasos de la tele pública, parece víctima de una maldición por culpa, fundamentalmente, del intervencionismo del poder político a la hora de marcar la línea editorial, por supuesto coincidente con los intereses del PSOE-A. De los seis programas emitidos, el primero fue el que obtuvo mejor audiencia con un 6,5%. El resto fue de un 3,9%, 2,5%, 6,2% 3,0% y un 1,7%. La media de la cadena está en el 9,5%.

El ente público no ha facilitado ninguna información sobre la desaparición del programa, noticia filtrada el pasado martes, tras hacerse públicos los datos de audiencia de la noche anterior, lunes 2 de abril, que abordó la prostitución en Andalucía y su regulación, debate que no interesó a más del 1,7% de espectadores. La clave más novedosa de esta producción de 43.000 euros semanales radicaba en la elaboración de una encuesta propia sobre el tema a debatir, sondeo realizado por la Universidad de Granada y cuyo coste por encuesta ha rondado los cuatro mil euros. Onerosa producción en su conjunto, con unos decorados y una realización que a muchos recordaba a los de La Sexta, pero con mucha menos tensión informativa en sus contenidos y sin lograr momentos de expectación televisiva al uso.

Precedentes: “¿Y tú qué opinas?” y “Pido la palabra”

El penúltimo intento de Canal Sur TV para asentar un debate en su parrilla fue hace dos años, igualmente en el mes del 28F. Se llamó “¿Y tú qué opinas?”, y también fracasó. Aquel programa fue inaugurado a bombo y platillo con la presencia de Felipe González, con una entrevista en exclusiva después de mucho tiempo en silencio. Aún se recuerdan las imágenes de la llegada de González a la emisora en San Juan de Aznalfarache, flanqueado por los dos máximos mandarines de la casa, Joaquín Durán, eterno subdirector en funciones de director general, y su mano derecha entonces, Antonio Ramírez, director de Antena, quien solo tres meses después fue despedido al descubrirse sus relaciones económicas con Ausbanc y su presidente Luis Pineda, estrella habitual en el experimento de “debate” que precedió a “¿Y tú que opinas?” y que se llamó “Pido la palabra”.

Convendrá recordar en este punto que Canal Sur en este tipo de programas de opinión y otros parecidos suele contar con algunos profesionales andaluces -ojo, aquí también tienen su lista negra de periodistas vetados-, aunque casi siempre se traen a tertulianos de Madrid y, habitualmente también, cuentan con periodistas de la máxima confianza del PSOE, por ejemplo, ex portavoces de la Junta de Andalucía (Al menos tres son habituales opinadores “de cuota socialista” actualmente en la RTVA).

Algo que sorprende en un modelo de televisión como el elegido por Canal Sur hace dos décadas largas, es la vocación de ser una televisión generalista más, en competencia directa con el resto de canales estatales, con el gasto añadido que ello supone pese a los servicios compartidos con la Forta. Lo que además conlleva la desatención del día a día de los ciudadanos andaluces, de sus problemas, de sus inquietudes y de sus directos intereses vitales. 

El principal problema de la RTVA es que sus responsables piensan más en los políticos que les nombran, y en sus estrategias, que en los andaluces y sus preocupaciones

Esta evidencia es también algo que, visto lo visto, no interesa al poder político socialista, el mismo que pone, quita o veta a los cuadros y profesionales que dirigen los puestos claves de un ente que no vibra desde hace años, solo dormita. Una tribu profesional especialmente protegida, ya que, en cuanto dejan un cargo, ocupan otro con la misma o mayor remuneración, caso reciente de la ex directora de la radio. Solo los sindicatos levantan la voz de vez en cuando, mientras que el millar de trabajadores de la plantilla sufre las consecuencias de tanta inestabilidad e irresponsabilidad soportada en los años que lleva caducado el consejo de administración de la RTVA.

En cierta medida, he ahí una de las claves que han convertido a la autonómica andaluza en una televisión cara -unos 12 millones mensuales-, que en 2016 perdió casi 28 millones de euros, y a la que el pasado año la Junta le inyectó mediante un contrato programa la cantidad de 418 millones. Solo el coste de la plantilla de la RTVA supone el 52% del presupuesto, aunque esos profesionales no realicen el grueso de la programación televisiva, salvo los informativos; para el resto de programas está una red engrasada de veteranas productoras amigas, “patas negras” participadas con capital público, como Andalucía Digital Media, dirigida por otro ex directivo de Canal Sur e histórico miembro de la tribu mediática socialista, Ricardo Llorca y  donde mora Rafael Camacho, otro exportavoz de la Junta y ex director general de la RTVA, en funciones ahora de responsable financiero externo de ADM.

Una subliminal venta publicitaria

El último intento por montar un debate que interese a los andaluces ha resultado un nuevo fiasco y parece más que evidente que la responsabilidad se encuentra en la elección o imposición de los asuntos a debatir o contrastar. Que el niño Gabriel Cruz estuviese de cuerpo presente un lunes y que “Verde blanca y verde”, en directo, no se ocupase del duelo almeriense demuestra lo lejos que ha estado este producto televisivo del interés de los andaluces que, por cierto, tuvieron que esperar varios días para ver a Paco Lobatón entrevistando ¡en la 1 de TVE! (“Desaparecidos”) a los padres del pequeño Gabriel.

El poder político que tanto influye en la línea editorial de la radio y la Tv pública andaluza debiera sacar algunas conclusiones de una vez. A la gente ya no le interesa tragarse esa subliminal venta publicitaria tan habitual en nuestra tele de la imparable Andalucía que capitaliza el socialismo de Susana Díaz. A los andaluces, según las encuestas, les preocupa qué pasa con el sistema de salud andaluz, que se levanten las alfombras que tapan la corrupción y, sobre todo, por qué después de décadas luchando contra el desempleo con miles de millones públicos invertidos, Andalucía sigue liderando los índices de paro en España.

Un programa como el reciente “Malas Compañías”, de Cristina Pardo, dedicado a los Eres o el debate sobre el caso Cifuentes en Telemadrid, por ejemplo, son inimaginables en la programación habitual de “la nuestra”.

Ese es el problema de la RTVA: que sus responsables piensan más en los políticos que les nombran y sus estrategias, que en los andaluces y sus preocupaciones.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.