Opinión

La cristianofobia hace ganar puntos en la izquierda

Esa izquierda está de parte de todo lo que sea anti Israel, la que condena a los católicos pero no a Maduro

  • Pedro Sánchez en el Congreso Regional del PSOE en Madrid -

Resumen de lo sucedido: el ayuntamiento de Tarrasa presenta el cartel que se anuncia las próximas fiestas del Carnaval. En el mismo se ve a un obispo en medio de la calle, de rodillas, con el culo en pompa y exhibiendo unos zapatos rojos de tacón. La masa que lo rodea parece reírse muchísimo, imaginamos que como aquellos que fueron a escupir a Jesucristo mientras portaba la cruz hacia el Gólgota. Y ahora, analicemos el tema.

Una señora que parece ser portavoz de una de las comparsas carnavalescas, ha declarado “Hay que reírse de todo y esto es pedagogía para la gente que tiene la piel muy fina”, en alusión a los muchos contribuyentes que han puesto el grito en el cielo y a VOX, que ha opinado que ese cartel no debería financiarse con dinero público dado que ofende la fe de millones de españoles.

Lógicamente, el alcalde de la antaño próspera ciudad, Jordi Ballart, es de izquierdas – ex PSC – y goza del apoyo de los grupo municipales que participan de esa curiosa manera de ver el mundo en la cual reírse del catolicismo es perfecto, pero no del Islam, los gays, los trans, las feministas, los ecologistas, los separatismos y demás asuntos que les provocan saltos cual resortes comprimidos.

Este no es un caso de libertad de expresión. Podrían peguntar a los de Charlie-Hebdo, que llevaban décadas riéndose del Vaticano y la Iglesia sin el menor riesgo hasta que un día se metieron con Ala y, al poco, dos asesinos provistos de fusiles de asalto se plantaron en la redacción ametrallando a todo quisqui. Gritando Al-lahu-àkbar asesinaron a doce personas, hirieron a once y, ya en la calle, asesinaron a sangre fría a un policía que estaba herido en el suelo.

Todo eso en nombre de Alá, por orden directa de Al Qaeda. Posteriormente, como si no hubieran saciado la sed de sangre, sus balas criminales se llevaron por delante a cinco personas más dejando once heridos en la región de Isla de Francia. Es curioso que la islamofobia sea delito pero, la cristianofobia no. Me temo que es, entre otras muchas razones, por la jindama. Porque esta panda de rojos pálidos son, básicamente, unos cobardes que como ya no tienen los huevos de sus abuelos, que al menos iban en persona a incendiar la iglesia del pueblo y asesinar al párroco, tras haberlo torturado horriblemente, permiten que el trabajo sucio se lo hagan otros.

Es curioso que la islamofobia sea delito pero, la cristianofobia no

Es esa izquierda que está de parte de Palestina, Hamás, Irán y todo lo que sea anti Israel, la que condena a los católicos pero no a Maduro, la que traga con todos los impuestos del sanchismo, la que alterna con terroristas y golpistas pero no quiere ver ni en pintura a VOX, tercera fuerza en el parlamento de la nación.

Una izquierda en su zona de confort que alaba a los okupas hasta que les ocupan su casa; una izquierda que se desgañita con el “Hermana, yo si te creo” hasta que le afecta a Errejón y empiezan a hablar de denuncias falsas; una izquierda que considera que tener un pequeño patrimonio de tres pisitos alquiladas es como ser el comandante de Auschwitz mientras ellos viven en casoplones millonarios, algunos pagados por el Estado. La izquierda de los cabildeos con Delcy y el oro, la que encuentra perfecto que se le arrebate y rompa el micrófono a un periodista, la que odia ya no por ideología, sino por el simple hecho de odiar, pues sin ese odio quedarían vacíos. El cartel es, sin duda, infame.

Pero más infame es haber permitido que las cosas llegasen hasta este punto, en el que hay barrios en los que es mejor no entrar sin que ninguno de estos personajes diga ni mú. Eso sí, reírse de un obispo es divertidísimo. No hay lo que hay que tener para hacer un cartelito así con un imam, un trans o una feminista. Venga, defensores de que todo vale en el humor. Ahí os quiero ver.

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