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Opinión

Traicionar a los jueces

Hay en la Justicia cómplices dispuestos a hacer el trabajo sucio para los partidos políticos

El magistrado del Tribunal Constitucional Juan Carlos Campo, prometiendo su cargo ante el rey Felipe VI / EFE, Ballesteros

Los partidos no podrían politizar la Justicia si no contaran con cómplices dispuestos a hacer el trabajo sucio y a traicionar a sus compañeros de profesión. Ningún partido podría decir el nombre del presidente del CGPJ y del TS si no hubiera magistrados que estuvieran dispuestos a seguir las instrucciones de quienes han propuesto o van a proponer sus nombres. Cualquiera puede suponer -y supondrá acertando- que al magistrado al que se dirija el PP o el PSOE proponiéndole una vocalía del Consejo, le estará también exigiendo que vote para presidente, no a quien considere el mejor, sino al que hayan pactado los dos partidos. Si ya se sabe quién presidirá es porque se conoce que los vocales aceptarán que, a cambio de su nombramiento, perderán su independencia y acudirán como borregos a votar lo que les digan.

Si esos puestos de responsabilidad fueran ocupados por jueces y magistrados de currículo indiscutible en su trayectoria profesional, a nadie le debería importar las creencias o ideologías de esos profesionales

Eso explica que tanto el PP como el PSOE hayan sido incapaces de ponerse de acuerdo en algo tan elemental, tan sencillo y tan constitucional como la renovación de un Consejo General del Poder Judicial. Que luchen a brazo partido o que se resistan a cumplir con su obligación constitucional en ese trámite es porque albergan la seguridad de que un Consejo de mayoría progresista o conservadora utilizará esa mayoría para situar en puestos de alta responsabilidad a jueces y magistrados en función de su lealtad a quien le nombra en lugar de su imperiosa obligación de atenerse a la ley. Si esos puestos de responsabilidad fueran ocupados por jueces y magistrados de currículo indiscutible en su trayectoria profesional, a nadie le debería importar las creencias o ideologías de esos profesionales.   

Peleas banales que alejan al ciudadano de la política y que entrenan a los partidos para derrotar al adversario en lugar de entrenarlos para buscar la colaboración entre diferentes.

La política es el instrumento que tenemos los ciudadanos para intentar solucionar pacíficamente los conflictos sociales. Si no existiera el conflicto, la política devendría innecesaria. La política no se inventó para aumentar esos conflictos sino para solucionarlos. Esa es la responsabilidad de quienes han decidido dedicar parte de su tiempo y de su vida a ejercer la actividad política. No tender puentes para la cooperación en la discrepancia aleja a los ciudadanos de la política. Desapego que se ve amplificado en una juventud que valora la gravedad de todo lo que sucede en relación con la renovación del Consejo General del Poder Judicial o del Tribunal Constitucional, pero que no creen que sean asuntos prioritarios en relación con lo que esperan del debate político. Renovado el Consejo y el Tribunal Constitucional, la incertidumbre seguirá angustiando las expectativas de una generación que se prepara y no sabe para qué. La juventud española –como la del resto del mundo- tiene miedo a un futuro que sabe que se articulará al margen de unos gobiernos que se encuentran maniatados frente a las todopoderosas empresas que manejan las Inteligencias Artificiales a su antojo o a su interés económico.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • M
    Mazarino

    Las Lecciones De Ibarra Son Testimonio Puro De Su Esencia Socialmarxista.
    ¿cuÁndo Vais A Pedir PerdÓn Por Paracuellos?
    Asesinados 7 Mil Religiosos,solo Por Serlo

  • 1
    123probando

    El PP va a proponer la independencia total del poder judicial.
    Basta con que unos pocos (muy pocos) de tus amigos rompa la disciplina de voto y les tome la palabra.

    Sencillo.

  • E
    Emilezolacuso

    En DEMOCRACIA: PODER LEGISLATIVO, POER EJECUTIVO, PODER JUDICIAL, desde lo constitucional de la A a la Z.

    En regímenes totalitarios, sectarios, sátrapas, tiranos, xenófobos, golpistas e incluso genocidas (vía ageísmo, vía eutanasia, vía COVID19, vía pobreza energético, alimentaria, sanitaria esos poderes los acapara el Gobierno de Régimen. De hecho, el asesinato del 60% de los muertos por COVID, clara muestra de ello.

  • K
    Kubrik

    "La política es el instrumento que tenemos los ciudadanos para intentar solucionar pacíficamente los conflictos sociales." Seguro que sí.
    Porque si no, "Hemos llegado al extremo de considerar que, antes que su Señoría suba al Poder, debemos llegar hasta el atentado personal".
    ¿Le suena, sr. Ibarra?

  • W
    Wesly

    Sr. Rodríguez Ibarra, celebro que reconozca que la renovación de los órganos judiciales se debe a que, tanto PP como PSOE, son incapaces de ponerse de acuerdo, lo que le coloca a Ud. fuera del coro manipulador y sectario que achaca sólo al PP la responsabilitat de "bloquear" la renovación.

    También celebro que reconozca la obediencia partidista que la mayoría de jueces designados por los partidos ejerce.

    Aunque podría profundizar un poco más y reconocer que la Constitución prevé que 12 de los 20 componentes del CGPJ sean elegidos por los jueces, que la Ley Orgánica 1/80 así lo exigía, y que fue el PSOE quien, mediante Ley Orgánica 6/85, cambió el sistema de elección para que todos los componentes del CGPJ fueran elegidos por los políticos, lo que impide el funcionamiento verdaderamente independiente de la justicia.

  • M
    maullador

    Alucinado me quedo por sabiduría de este señor, el gobierno está maniatado por las empresas que manejan la inteligencia artificial a su antojo, toma ya.
    No estará maniatado por qué sus socios,y su ansia a perpetuarse en el poder está por encima de todo y de todos.

  • V
    vallecas

    ¿Por qué no pide que se revierta esta situación? Porque fue Felipe González quien la inició.
    Usted se basta y se sobra para destrozar su propia credibilidad.

  • S
    stoicus

    Y esto lo escribe un ser infecto que puso al Juez Barbero a los pies de los pencos más hediondos. O sea, Guerra y demás patulea entre la que se encontraba este autèntico incivil reo de Tarpeya.
    Y le siguen dejando escribir.
    Qui prodest, Cacho?