Opinión

El clima: lo dice Europa

Lo dice Europa, como el péndulo que mueve el ilusionista provoca una hipnosis que paraliza a la población y les lleva a obedecer sin preguntas, casi con aplauso. Es un estaríamos peor sin ella, es mejor obedecer

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante el debate del estado de la Unión EFE

Recuerdo un viaje a Cuba cuando Fidel Castro aún vivía. Allí las televisiones sólo emitían tres tipos de programas: telenovelas, entrevistas laudatorias a políticos y documentales de otros países iberoamericanos, donde sólo aparecían niños trabajando en vertederos.

«Aquí estaríamos así si no fuese por Fidel» era el mensaje que supuraba de estos últimos. Este mantra era repetido por taxistas que fueron médicos, —esa es otra historia— camareros, pintores, vendedores y cualquier otra persona en un trabajo del régimen. Incapaces de ocultar la miseria en una Isla de esplendorosa riqueza natural, bendecida por Dios y condenada por los hombres, acababan la mayoría de sus frases ante mis preguntas con un automatizado «estaríamos peor sin Fidel».

La causa de su pobreza para muchos de ellos no eran sus propios gobernantes, eran «los americanos». No niego la veracidad de alguna de las historias conspirativas de película de los años '80 que me contaron, pero su mundo era binario. Esclavos de América o de Fidel

Generaciones que no conocían otra cosa no aspiraban a recuperar una dignidad humana basada en la libertad y el poder de decidir su propio futuro. Un «nos iría mejor siendo libres», al menos un poder cultivar o poder viajar. La causa de su pobreza para muchos de ellos no eran sus propios gobernantes, eran «los americanos». No niego la veracidad de alguna de las historias conspirativas de película de los años '80 que me contaron, pero su mundo era binario. Esclavos de América o de Fidel. La libertad no era una opción. El cambio climático es uno de esos malos omnipresentes en nuestra vida que justifica cualquier medida extraordinaria -hemos de «luchar» contra él y de forma urgente- y pronto será utilizada para explicarnos nuestra pobreza.

Emmanuel Macron, no sabemos si disfrazado de Zelensky en el lujo del Elíseo, ha prohibido los vuelos comerciales de pasajeros en aquellas rutas donde exista alternativa en tren para luchar contra el cambio climático. La Unión Europea ha dado el visto bueno, una farsa más, para analizar los resultados de esta medida tras los tres años (prorrogables) durante los que estará en vigor. La prohibición sólo afecta a tres rutas y es imposible medir el inexistente efecto en el clima. Pero la Unión Europea y Macron, líder de la Agenda 2030, no están interesados en testar el impacto climático de la prohibición, sino en medir la sumisión de los ciudadanos. Antes de la llegada del Euro Digital hay que ir probando cómo no reacciona la población, esa chusma que usa el coche para ir a trabajar, aspira a viajar y ha de recibir estas medidas entre aplausos.

El Ayuntamiento de Madrid celebra no ser sancionado por Europa por bajar las emisiones. Se prohíbe la circulación de coches de distintivo A no empadronados en Madrid, que consumen menos combustible que otros nuevos de gran cilindrada. Porque todos sabemos que la lucha contra el cambio climático la harán unos más que otros. El clima, Europa, no es la causa, sino el medio. Una élite obsesionada por implantar un nuevo sistema de control global, desesperada por librarse de una población que aspira a una vida con algunas de sus comodidades.

Lo dice Europa, como el péndulo que mueve el ilusionista provoca una hipnosis que paraliza a la población y les lleva a obedecer sin preguntas, casi con aplauso. Es un estaríamos peor sin ella, es mejor obedecer

Lo dice Europa es el mantra de este tiempo destruido, rendido, aturdido por un consumo de identidades posmodernas incapaces de dar sentido a una existencia. Lo dice Europa, como el péndulo que mueve el ilusionista provoca una hipnosis que paraliza a la población y les lleva a obedecer sin preguntas, casi con aplauso. Es un estaríamos peor sin ella, es mejor obedecer. Como si la lucha por nuestro propios intereses, por nuestra libertad y la democracia en nuestra nación no fuese siquiera una opción imaginable para una población con más miedo que ganas de vivir.

¿Pero quién es Europa? Hay burócratas en venta al lobby que mejor pague. Europa mejora condiciones de países como Marruecos frente a los intereses españoles por cuestiones de clima. Arruina a nuestra agricultura y por emisiones de CO2 los barcos no recalan en nuestros puertos, sino en los cercanos del norte de África. Con la Vicepresidenta del Parlamento Europeo en prisión por corrupción lo dice Europa debería ser una llamada a la rebelión, al cuestionamiento y un puntero de deshonra. España y la defensa de los intereses de mi generación y las que vendrán valen más que los millones recibidos de los antiguos Fondos Estructurales.

Lo dice Europa es prueba de falta de nuestra soberanía. Las decisiones que nos afectan se alejan de nuestro poder de decisión sin control. Sólo es aceptable la sumisión. No sé si es una democracia liberal aquella en la que se acaba la libertad en nombre del clima, pero desde luego no es una democracia representativa. Es un sistema irrespirable.

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