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Opinión

Ciudadanos, un error con costes para España

Toni Roldán, portavoz económico de Cs

“Absolución” es una recomendable novela de uno de los grandes escritores de este tiempo, Luis Landero. La editó, como todas las suyas, en Tusquets, en 2012. Se cuenta ahí la vida de un hombre que tenía todo para ser feliz y sin embargo la casualidad lo arrastra a una “pesadilla que lo lanza a la aventura del camino y a las desventuras de la culpa”. Al comienzo Landero recuerda algo que seguramente le decía algún maestro de la infancia que gustaba citar a Pascal: todos los infortunios del hombre vienen de no saber estarse quieto en un lugar. 

Como el francés Pascal resultó ser polímata (matemático, físico, teólogo, filósofo y escritor), pienso yo que al menos deberíamos considerar su admonición. Y de forma especial Albert Rivera y toda la cúpula ciudadana que de forma menos granítica de lo que pensábamos le arropa en este momento. Veremos, no obstante, si la salida de Toni Roldán no es el comienzo de algo que Rivera sabe que llega poco a poco, en silencio. La crisis, su primera crisis. 

Rivera se ha comida los ahorros catalanes en un plis plas, ha dejado colocada en Madrid a Inés Arrimadas en el terreno de la insignificancia política, y pierde ahora a Toni Roldán, una de las cabezas más y mejor preparadas de un partido que no anda sobrado de eso. No hay más que ver las paupérrimas y dubitativas apariciones públicas de Villegas para saber lo poco, lo poquito que hay en un partido cuyo mal, ya lo decía Pascal, es no haber sabido estarse quieto. 

Con Roldán se van las esencias de un partido que un día trajo ilusión y claridad; se va además un inmenso diputado, trabajador, culto, valiente

Me dice un amigo periodista que escuchó cómo ayer alguien le pidió a Roldán un poco de tiempo, que esperase, que todo podía ser de otra manera…

-Toni, ten paciencia que esto en breve igual gira a la izquierda.

Pero Roldán no ha podido esperar ante lo que considera una política de pactos a la deriva que será más pronto que tarde un error con costes para España. “La política no es reconquista ni asalto a los cielos. Yo me creí esa idea de la tercera España y no voy a participar en esto”. 

Si Rivera tuviera el olfato de antaño, debería sentir que con Roldán se van las esencias de un partido que un día trajo ilusión y claridad. Y se va además un inmenso diputado, trabajador, culto, valiente.  ¡Qué poco dura la alegría en la casa del pobre!  

He ahí el drama de un partido que vino a regenerar la vida política y hoy es una organización percherona y cansada. Desnortada.  Ciudadanos y Unidas Podemos han resultado ser una opera bufa de la política. Tan viejos como aquellas funciones baratas que se representaban a finales del XIX en los jardines del Buen Retiro. Entonces unos mariposeaban, otros moscardoneaban. Los tiempos, que vuelven y de qué manera.

En muy poco tiempo Ciudadanos ha amortizado a dos activos que no podrá sustituir. Arrimadas era alguien en Cataluña. Su mensaje fue preciso y rotundo hizo de ella una política respetable y respetada en toda España. Hoy se muestra como una mujer impertinente y arisca, superada. En Madrid es una más. En la Villa y Corte cuesta conseguir el foco, y ella aún ha de preguntar donde está el aseo de señoras en el Congreso. Me cuentan que es decisión suya venirse a Madrid, y yo digo que es decisión de quien manda decirle donde está su lugar. ¿Qué es hoy Ciudadanos en Cataluña? ¿Alguien de su Ejecutiva se ha atrevido a formular semejante pregunta en voz alta? No vale la pena. 

En muy poco tiempo Ciudadanos ha amortizado a dos activos que no podrá sustituir. Rivera ha elegido un rumbo muy distinto al que le tenía deparado el destino

En la parte de España en la que más falta hacía Ciudadanos ya no es siquiera una sigla, acaso un recuerdo de sus mejores días, aquellos en los que hizo caso a Pascal y se quedó quieto, paralizado después de ganar las elecciones autonómicas. ¿Qué es hoy Ciudadanos en Cataluña? ¿Qué es en el resto de España?

Por de pronto, Toni Roldán se va harto, asqueado sería más exacto, por el rumbo que Rivera ha dado a una formación que no quiere ser lo que el destino le ha deparado ser y él desprecia: una formación con un puñado respetable de diputados capaz de hacer que el Gobierno de España no dependa de independentistas, populistas y filoterroristas. Es verdad que Pedro Sánchez es persona poco fiable y obsesionada hasta la patología por el poder y, desde que era simple concejal, con llegar a ser presidente del Gobierno. Y es verdad que el presidente en funciones no se mueve, que nada ofrece a aquellos que podrían ayudarle, y que esa falta de movimiento hace creíble que todo lo tenga atado con los que le hicieron presidente tras la moción de censura. Pero si Rivera hubiera puesto algo de su parte hoy no estaríamos viendo la vergüenza de Navarra, la peor noticia para España desde hace mucho tiempo. 

Antes de terminar

En el colmo del esperpento en que se ha convertido la política española, media la vicepresidenta Calvo para asegurar que en lo relativo a Navarra, y lo que pueda pasar en la investidura de Sánchez, todos los votos son legales. ¿Pero a quien pretende engañar esta señora? También fue legal que Josu Ternera fuera presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco y aquello causaba náuseas. Y si todos los votos son legales, ¿por qué no deja de demoniza a Vox? Los de Abascal son un partido tosco y faltón al que le sobran gamberros, pero no han matado a casi 1.000 españoles ni quieren destruir España, que es lo que representan y desean estos “legales” de Bildu con los que pactan los socialistas. No sé si a la señora Calvo le dará la cosa para entender las claras y apreciables diferencias. No lo sé, la verdad.

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