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Opinión

¿Puede ser un catalán presidente de España?

Mediodía en Madrid. Una calle céntrica y dos mujeres mayores tomando el sol en un banco. "Pues yo no sé a quién votar", dice una. "Bueno, mujer, está el ciudadano ese...", le sugiere la otra. "¡Ni hablar, que ese es catalán!", se revuelve la primera.

Esta conversación, cazada al vuelo hoy mismo, refleja con crudeza algo muy triste: que una madrileña se siente incapaz de votar a un catalán para presidente del Gobierno, por mucho que la persona a la que se refiere, Albert Rivera, sea precisamente de uno de los partidos que más abogan por la unidad de España y critica al independentismo.

¿De dónde ha salido tanto odio? ¿Cómo puede estar pasando esto? ¿Desde cuándo es importante el lugar de nacimiento para fiarse de una persona a la hora de votarla?

Lo mismo cabría decir de aquellos que han criticado estos días desde Cataluña que la periodista Cayetana Álvarez de Toledo se presente como número uno del Partido Popular en las elecciones generales por la circunscripción de Barcelona... o los que criticaron en su momento, y siguen haciéndolo con la boca pequeña, que Ciudadanos presente para la alcaldía de la capital catalana al "francés" Manuel Valls. ¿Qué pasa, que para ser candidato en Cataluña hay que haber nacido y vivido toda la vida en esa comunidad autónoma? Es lo mismo que cuando critican a Inés Arrimadas por ser jerezana...

Diputados 'cuneros'

En España siempre ha habido diputados cuneros, esos que encabezan las listas de una provincia con la que no tienen ninguna vinculación. Es una tradición de dudoso gusto, pero, en los casos de Álvarez de Toledo y Valls no se puede hablar tan alegremente de que sean unos cuneros. La primera ha vivido y tiene fuertes vínculos familiares con Cataluña y el primero nació en Barcelona.

El caso del 'ciudadano' Juan Carlos Girauta también tiene cierta miga. Él, que lleva toda la vida viviendo en territorio catalán, decidió ya hace unos meses huir del ambiente asfixiante al que le someten los más radicales independentistas. Estuvo viendo pisos en Madrid, pero al final decidió instalarse en la ciudad de Toledo, que está perfectamente comunicada con la capital, donde él trabaja como diputado. Ahora se presenta de nuevo a las elecciones y va de cabeza de lista... por la provincia manchega. Y, por supuesto, no se ha librado de las críticas. ¿Tendría que haberse presentado por Barcelona pese a vivir ya a orillas del Tajo?

Esto de mirar la partida de nacimiento antes de ir a votar nos conduce por un terreno pantanoso y peligroso. Se empieza así y se acaba investigando el Rh de la sangre. Cuidado, el odio está extendido en la calle mucho más de lo que parece y eso nos puede salir muy caro.  

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