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Opinión

La historia de un ciudadano ejemplar... y del bulo del taxi que se comió Podemos

Homenaje a conductor VTC

Esquivar el cinismo no resulta nada fácil estos días, pues la frustración que generan las jornadas primaverales bajo arresto domiciliario y los malos augurios sobre la que se nos viene encima invitan al cerebro a configurar pensamientos que mezclan descreimiento y acidez. Por eso, a veces viene bien escuchar historias motivadoras que arrojan un poco de luz sobre el ser humano, como la de ese conductor profesional que se ha dedicado durante los últimos días a trasladar de forma gratuita a pacientes con coronavirus desde los ambulatorios hasta un hospital de Alcorcón.

La acción resulta doblemente loable. Primero, porque realizar este servicio sin pedir una contraprestación habla de la generosidad de este hombre, que se llama José María García Cadenas y que es grandullón y tiene hechuras de tipo duro, pero que rompió a llorar cuando los sanitarios le dedicaron un aplauso por su labor durante estos días difíciles. También hay que valorar que este ciudadano haya sido capaz de sobreponerse a la histeria colectiva que ha generado la Covid-19 para ayudar a quienes han contraído la 'peste contemporánea'.

La historia de don José María se popularizó gracias a que una asociación llamada “#Eltaxiunido” -que está dedicada a “promocionar la buena imagen del taxi y fomentar la unión del sector- difundió el vídeo de la ovación por las redes sociales. No hace falta disponer de una cátedra en Lógica Fundamental para deducir que lo hizo para poner en valor el servicio que prestan estos vehículos

El caso es que el mensaje de este grupo de taxistas fue compartido por miles de personas, entre ellas, el vicepresidente del Gobierno de Asuntos Sociales, Pablo Iglesias. También por la cuenta oficial en Twitter de su partido, Podemos, siempre presta a defender y valorar las causas justas. Faltaría más.

Un vídeo viral

La historia del taxista atrajo a varios medios de comunicación, como no puede ser de otra manera, pues su buena acción bien merecía reconocimiento y atención. Alguna cabecera nacional incluso aprovechó para detallar la caída estimada de la facturación que habría sufrido el sector del taxi desde la declaración del estado de alarma. El eco que tuvo la hazaña fue tal que incluso el periódico India Today, desde su redacción en Nueva Delhi, quiso dedicar unas líneas al conductor.

Sobra decir que el oficio del hombre es lo menos importante en esta historia, dado que si hubiera sido camionero y realizado la misma acción, su valor hubiera sido igual. Pero cabe matizar que don José María no es taxista, sino conductor de un vehículo VTC. Es decir, de Uber o de Cabify, las dos empresas contra las que el antiguo 'monopolio' del transporte privado han batallado durante los últimos años. Con el apoyo de la formación liderada por Iglesias, por cierto.

La asociación #Eltaxiunido, por supuesto, no se ha hecho eco del matiz -al contrario que medios como La Sexta-, lo que puede llevar a pensar que las buenas acciones, en tiempos de crisis, suelen ser aprovechadas por los 'menos escrupulosos' como arma para librar sus batallas particulares. Es curioso porque en el tuit de esta asociación de taxistas la referencia a la profesión del hombre aparece dentro de una cita textual. Es decir, como queriendo hacer ver que la frase la ha dicho otro, que es el responsable de la confusión.

Lo mío es siempre mejor

En cualquier caso, lo de Iglesias y Podemos también llama la atención, pues el mecanismo que siguieron al compartir el mensaje de la citada organización de taxistas es el mismo que el de quienes difunden los peligrosísimos bulos en Internet contra los que parece luchar hoy toda la maquinaria del Estado. Y es que el común de los mortales tiende a leer la prensa ideológicamente afín y a difundir los tuits que más encajan con su forma de pensar. En estos casos, el esfuerzo que se realiza para contrastar la información suele ser menor que si la noticia habla bien de alguien antipático.

Suspicacias para el adversario, confianza para el amigo. La subjetividad la otorgan la experiencia, la forma de pensar y las manías; y no creo que haya humano que esté libre de esa tara.

Ahora bien, desde hace unas semanas fluye una corriente de opinión que apela a perseguir los bulos e incluso a legislar para tratar de reducirlos, pese a que el grupo de expertos que conformó la Unión Europea en 2018 para tal fin se expresó en contra de adoptar cualquier medida simplista contra las fake news. Menos si ponía en riesgo la pluralidad de opiniones.

El CIS de José Félix Tezanos llegó a sugerir, en su última encuesta, la posibilidad de restringir la libertad de prensa en tiempos de crisis; y el PSOE y Unidas Podemos han culpado a la 'ultraderecha' y a sus redes de robots en Internet de la difusión en las redes sociales y programas de mensajería instantánea de patrañas que buscan desestabilizar. Las críticas, por supuesto, también han salpicado a la prensa crítica con el Gobierno, a la que algún periodista de relumbrón ha llegado a definir como “estercolero”.

Todo se aprecia con mayor claridad cuando lo hace el 'enemigo político'. Pero claro, un buen día un líder político con 2,5 millones de seguidores y una Vicepresidencia comparte una 'media verdad' en las redes sociales, después de que el Gobierno al que pertenece haya alertado de artimañas como la de #Eltaxiunido -que lleva ya 13 millones de reproducciones- y, como poco, llama la atención, pues puede llegar a pensarse que exige para los demás lo que no cumple para sí mismo. Es lo que hay.

Dicho esto, sólo cabe reconocer el mérito de ese hombre llamado José María, pues no sólo ha dedicado horas de su tiempo a ayudar a los enfermos, sino que se ha sabido enfrentar al miedo galopante que ha generado el coronavirus entre los ciudadanos por su alta capacidad de contagio.

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