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Opinión

La bolsa en tiempos de Trump (II)

Donald Trump.

La última vez que tratamos este tema fue el pasado diez de enero y he decidido mantener el título a fin de resaltar la monotonía bursátil desde entonces, que es más o menos el lapso de tiempo que le está llevando al mercado digerir el fuerte rally producido desde la elección de Trump y el cumplimiento de sus promesas electorales, siendo las más importantes las reducciones fiscales a empresas y particulares, la desregulación y la renegociación de los acuerdos comerciales internacionales.

La clave principal para que semejante atracón alcista no termine en indigestión está en que el presidente consiga que la economía dé unos resultados macro acordes con ella, así que empezaremos por ahí, por el crecimiento económico, enmarcándolo en el ciclo largo y en las fases seculares de la bolsa, clave en toda estrategia bursátil, algo que además compararemos con el IBEX35, que verán Ustedes que desastre. Vamos a ello.

Mercados y guerra informativa

Uno de los requisitos para un buen funcionamiento de los mercados es la transparencia, entendiéndola como la alta disponibilidad de información y su buena comunicación. En este sentido, suele ocurrir en EE.UU. que, cuando conviene, se toma el crecimiento respecto al trimestre anterior y se multiplica por cuatro, anualizándolo, de modo que los partidarios de Trump dicen que ya crecen por encima del 4%. Sin embargo, como siempre hemos señalado, lo correcto es hacer el cálculo de crecimiento respecto al mismo trimestre del año anterior, que es lo que tienen en la siguiente gráfica, siendo la línea roja la de crecimiento real (sin inflación) y la azul, la del crecimiento nominal (con inflación) que es el que más influye en los beneficios empresariales. 

Como pueden observar el dato es bueno aunque no para tirar cohetes, un matiz importante que ha estado ausente de los grandes (por tamaño) medios de comunicación y las plataformas de Internet por su guerra contra Trump. Ejemplos de esta lucha por el Poder los tenemos en la decisión de Twitter de suspender a los colaboradores de Ron Paul y al cofundador de Vice-magazine, siendo lo más sonoro la colusión de los gigantes YouTube, Facebook, Apple, Spotify para cerrar, a tres meses de las elecciones de mitad de mandato, las cuentas (y sus ingresos) de Alex Jones, un conspiracionista antiglobalista, partidario de Trump, martillo de Soros y de los pederastas del Establishment, que estaba obteniendo mejores ratings que CNN, cadena tótem de los predicadores del globalismo (¿de amiguetes?) y que va tan mal como Prisa (normal).

No digo que los anteriores sean ejemplo de buena información, sino de la casi es total manipulación de los Mass Media que, lógicamente, dañan las decisiones de inversión aunque los buenos gestores de allí saben cómo manejarse en esa jungla, de ahí que muchos de esos medios, hoy catastrofistas, no den una con la bolsa. Pero eso no es todo, pues además del conocido "algoritmo para los amigos" hay otras implicaciones, pues también se quieren controlar vinculaciones entre transacciones bancarias y redes sociales. Veremos cómo termina. Pero sigamos.

El ciclo largo

Desde la perspectiva del ciclo largo, el repunte del PIB es importante pues se sale de la tendencia sistémica a hacer máximos decrecientes (siguiente gráfica) y, aunque aún está lejos de la media del ciclo (líneas puntuadas), creo que esa nueva tendencia se consolidará con el futuro plan de infraestructuras y el cambio que promueve Trump - que además debe ganar elecciones cada dos años - en la estructura del comercio internacional. En este último punto ya ha conseguido que la UE acepte discutir reducir sus barreras, como señaló Junker en su última reunión en la Casa Blanca (esta vez no parecía borracho) aunque, traidores como son, ya intentan, simultáneamente, desde la UE (Alemania), crear un frente euroasiático contra EE.UU.

La terapia de Trump es la que siempre hemos recomendado e insistido para no caer en la deflación: vaciar de parados el mercado de trabajo y sacarles de la beneficencia pública. Que sí, que habrá menos restaurantes de comida rápida y los camareros y establecimientos tradicionales les irá mejor; ya ven que drama, "se me saltan las lágrimas". Aquí, como el paro no importa a nadie y se somete a los pobres españoles pobres a una inflación fiscal (lo vimos), vamos a subir el diesel, que somos más listos que nadie.

Tensiones en los tipos

Lógicamente, el crecimiento de los salarios reales, el mayor desde 2008, junto con el bajo nivel de paro y la nueva expansión, crea tensiones inflacionarias - están cerca del 3% -, solo que este rally alcista se da con un endurecimiento de la política monetaria que hace que la rentabilidad del bono libre de riesgo (línea azul, siguiente gráfica) sea mayor que la obtenida por dividendos de las acciones y mayor que la inflación. ¿Qué significa esto? Pues que se está dando una expansión al tiempo que se abandona la represión financiera pública (la hay privada) por tipos de interés, nada menos, situación ideal para que la asignación de recursos de la restructuración global en marcha se dé correctamente. El caso es que el presidente de la FED ha dicho que espera años de crecimiento sostenido con bajo paro y baja inflación. ¡Ole!

Por supuesto que, tras años de represión financiera, hay multitud de anomalías en el sistema, como el excesivo endeudamiento público, en crédito para automóviles o para estudios universitarios, por citar tres casos, pero eso irá crujiendo, costando crecimiento, saneándose y digiriéndose, pues no hay otro camino. Algo similar ocurre con cierto comercio internacional que se localizó por unos intereses estratégicos que ya no existen o que, simplemente, Estados Unidos ya no puede mantener a su costa, o el caso de Turquía, que además tiene una deriva anti-occidental, de quien, pensando en cierta entidad española, avisamos con tiempo, en 2013, para salir ordenadamente y del que dimos la alarma pre-pánico hace tres meses. Luego está el caso de la UE, que como Japón hace cuarenta años, intenta un pulso comercial con su mayor benefactor; pues seguirá el mismo camino, lamentablemente.  

Crecimiento, inflación y bolsa

La cuatro fases del ciclo largo (segunda gráfica) están señaladas por distintas combinaciones de inflación y crecimiento como producto de las tensiones entre oferta y demanda agregadas. Lo que sabemos es que esas fases producen otras en la bolsa y así, cuando la inflación es moderada y el crecimiento alto (fases 1 y 3, segunda gráfica), la bolsa experimenta un mercado secular alcista y, cuando la inflación es alta o hay deflación (que es intermitente), el mercado es secular bajista, ocurriendo que el valor real (descontada la inflación o deflación) de la inversión baja con el tiempo hasta capitular.

Adicionalmente, al estudiar los mercados seculares bajistas (DJIND 1906-1921, 1929-1949, 1966-1982, 2000-202?; siguiente gráfica), se observan suelos temporales (numerados en la gráfica) que se aprovechan para invertir temporalmente. Por ello, cuando publicamos el libro "Macroeconomía bursátil", en marzo de 2016, que hoy actualizamos aquí (¿hay mejor sitio?), dijimos que, salvo cambio estructural del comercio internacional, la pausa lateral de 2014-2016 (línea negra siguiente gráfica) sería un techo (parecido al IBEX35 en 2007); hoy, el mercado ha entendido que Trump trae ese cambio estructural, está digiriendo el subidón correspondiente y los índices americanos se salieron de la fase secular bajista.  

IBEX35 contra DJIND

Nada que ver con el IBEX35 que está haciendo los suelos bajistas de libro, yendo porfiado a la zona de capitulación, los casi 4.600 en términos reales del año 2000 (unos 6.500 de hoy). ¿Y cómo ha sido eso? Pues solo tienen que mirar los primeras filas de la política española y europea, todos listísimos jugando a la manipulación televisiva; piensen además que en el IBEX35 hay más de un nacionalista independentista (a uno le conozco) y unos cuantos globalistas, dos ideologías delirantes y ruinosas del pasado. Déjense de eso, por favor.

No digo que el IBEX35 habría podido hacer como el DJIND un160% del valor máximo del 2000, que la estructura de "nuestro" índice es muy distinta (lo vimos), pero al menos mantener el 100% real de hace dieciocho años, que sería una marca nominal en torno a los 17.800 y no los 9.500 actuales. El IBEX35 es otro indicador más de como "nuestro" sistema político, que como hemos dicho repetidamente es intrínsecamente degenerativo, con su mítica batalla ideológica, lo infecta todo y está destrozando los enormes sacrificios nuestros y de nuestros mayores, algunos emigrando varias veces, así como nuestra demografía y nuestro futuro.

Dejaremos para la semana que viene, cuando las empresas importantes que faltan por dar resultados del S&P500 del segundo trimestre los den y se procesen, la valoración de dicho índice, ver qué tan caro o inflado está, a fin de afinar la estrategia en este año electoral allí y, todo dicho, como siempre, con la debida reserva legal. Hasta entonces, disfrutemos del verano, que el próximo año cualquiera sabe.

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