Opinión

SOL Y SOMBRA

Blas Piñar, Jorge Verstrynge y la censura de 'Eldiario.es'

Escuchar en 2024 al histórico dirigente derechista puede descolocar a más de uno

Las pasadas navidades corrió como la pólvora por redes sociales un vídeo corto (reel) donde Blas Piñar, dirigente histórico de Fuerza Nueva, denunciaba la política económica del PSOE en los años ochenta. “Con eso de que había que ser europeos, hemos cerrado nuestros astilleros de Sagunto, hemos paralizado nuestra industria de construcción naval, hemos vendido la fábrica de automóviles SEAT a los alemanes, estamos vendiendo la industria de la alimentación, nuestras cadenas hoteleras…” Muchos quedaron descolocados porque el viejo líder derechista sonaba muy cercano al discurso de Julio Anguita cuando criticaba el Tratado de Maastricht y también a los economistas cercanos a Sumar que hoy descubren que la recuperación de la economía nacional pasa obligatoriamente por la reindustrialización de España.

Con el recuerdo de este vídeo viral todavía reciente, el suplemento "Ideas" de La Gaceta de la Iberosfera publicaba el pasado fin de semana un perfil de Blas Piñar que recordaba algunas de sus intuiciones políticas, sobre todo las relativas a la potencia del concepto de la Hispanidad como espacio cultural y geopolítico. El texto de Javier Bilbao es espléndido, sobre todo porque retrata al personaje con sus luces y sus sombras, además de incluir una potente columna que escribió en ABC en 1962, donde desmonta el eterno doble rasero de la izquierda española. “Hablan de libertad de pensamiento y de libertad de prensa y de un modo sistemático y con arreglo a prejuicios irreformables ahogan ciertas noticias, las desfiguran o las inventan y en vez de una censura inspirada, aunque cometa errores, en el bien común, crean tantas censuras solapadas y clandestinas, como intereses sectarios o grupos de presión económi­ca y política”, denunciaba Piñar, como oliendo que llegaba una mezcla de corrección política y periodismo militante como el que estos días intenta tapar -entre otras cosas- el caso Koldo/Ábalos en los medios de izquierda.

Piñar y Verstrynge, líderes sin miedo

Lo más impactante fue darme cuenta de que esta columna, titulada “Hipócritas”, sirvió de inspiración a otra del mimso título que Jorge Verstrynge firmó en 2018 y que -cumpliendo la profecía que albergaba el texto- fue censurada por Eldiario.es. Digo censurada porque el medio decidió no publicarla, aunque la conocemos gracias a que Verstrynge se negó a callarse y se publicó en la bitácora digital de su amigo Fernando Sánchez Dragó y en la página web de El Manifiesto. Verstrynge trataba un asunto polémico, la migración masiva hacia Europa, tema tabú en ese año y hoy -poco a poco- escenario de muchas caídas del guindo, como demuestran las declaraciones a favor del control migratorio de líderes progresistas como Macron, Scholz y hasta del secretario general del Partido Comunista Francés.

Si algo nos ha enseñado la política actual es que de nada sirve intentar sepultar en silencio los debates que plantean las nuevas derechas europeas

Verstrynge denunciaba en 2018 a “los franceses, que, habiéndose comprometido a acoger 30.000 migrantes procedentes de Italia y Grecia, cerraron sus puertos ante los barcos cargados de personas y a la deriva…”. Después acusaba a “los que ocultan la verdad (oenegés, tertulianos, ‘periodistas’…) que saben, pero no lo cuentan, que subirse a una barcaza le cuesta a cada migrante un mínimo de 3.000 euros. Ese dinero al sur del Sáhara, es una cantidad más que suficiente para montar una empresa o hacerse con una explotación agraria o ganadera…teniendo en cuenta que aquí no vienen cabreros, sino gente emprendedora, valiente, y con formación profesional como mínimo. Se trata de una gran sangría injusta para el país emisor”, denunciaba el político, hoy cercano a Podemos. Observaciones relevantes, razonables al menos y no dignas de ser ocultadas en este debate.

En realidad, si algo nos ha enseñado la política actual es que de nada sirve intentar sepultar los debates que plantean las nuevas derechas, como tampoco funcionó con la extrema izquierda de los años sesenta y setenta. Cuanto más se trata de ocultar algo, más fuerte vuelve, confirmando la expresión freudiana sobre ‘el retorno de los reprimidos’. Al adversario se le debe combatir en el terreno político, de manera frontal, sin atajos ni cordones sanitarios, que hasta ahora no han logrado nunca sus objetivos.

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