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Análisis

Carreño, Castaño y De la Morena: nueva guerra en la decadente radio deportiva nocturna

Manu Carreño, Juanma Castaño y José Ramón de la Morena

En el año en el que los medios de comunicación han hablado de política casi más que nunca, condicionados por la compleja realidad que reina en esta España desgobernada, las tres principales cadenas generalistas han rebajado en 30 minutos la duración de sus debates nocturnos para conceder más tiempo a sus programas deportivos de medianoche. Lo han hecho para competir en igualdad de condiciones con sus rivales en la nueva gran guerra de las ondas. La que libran desde hace unos días Manu Carreño (SER), Juanma Castaño (COPE) y José Ramón de la Morena (Onda Cero), tres periodistas que han estrenado micrófono esta temporada y que en los próximos meses están obligados a captar audiencia e influencia de sus competidores radiofónicos, pero también a evitar la fuga de seguidores hacia los nuevos formatos televisivos.

El ecosistema en el que se libra esta batalla no es el más propicio. La radio deportiva se encuentra en ese amplio grupo de negocios que han tenido que renovarse para no morir, víctimas de las exigencias que han traído los nuevos tiempos.

La estructura de los carruseles deportivos se ha visto seriamente condicionada por la fiebre del fútbol televisado, que ha hecho pasar a la historia esa costumbre casi antropológica de ir a los estadios el domingo a las cinco de la tarde y ha provocado que los partidos se repartan durante todo el fin de semana. Esto ha restado dinamismo a estos espacios, cuyos responsables se han visto obligados a introducir más minutos de debate. Más argumentos, menos acción. Más filosofía, menos goles.

Josep Pedrerol, con su 'Sálvame del Deporte', compite en la misma franja que los programas de Carreño, De la Morena y Castaño

Los programas deportivos nocturnos han sufrido en los últimos años a la aparición de las tertulias televisivas de medianoche. Algunas con más fortuna, como El Chiringuito de Jugones, algunas con menos, como Tiki-Taka; y otras directamente condenadas casi al anonimato, como Estudio Estadio.

El gran valedor de este género es el periodista Josep Pedrerol, que hace casi una década inventó lo que muchos han denominado como “el Sálvame del deporte”, para satisfacción de sus decenas de miles de seguidores. Su programa es un monográfico sobre fútbol en el que, en muchas ocasiones, lo que ocurre sobre el campo es condenado a la irrelevancia. Es un formato que vive de la polémica, del debate bronco y del exabrupto. Una tertulia visceral que cada noche se extiende desde el plató hasta las redes sociales y en la que el análisis deportivo resulta anulado con una preocupante frecuencia por las más bajas pasiones del aficionado de club.

Si a este factor se le suma el significativo descenso de los ingresos de las emisoras generalistas como consecuencia de la crisis económica y el cambio de hábitos de los ciudadanos, cuyas formas de ocio se han diversificado en los últimos años, mucho más allá del transistor, se explica la progresiva caída de oyentes de la radio deportiva nocturna, en la que, curiosamente, tan fuerte han apostado las cadenas para esta nueva temporada.

En la última oleada del EGM del año 2000, El Larguero de José Ramón de la Morena registró 1.641.000 oyentes, frente a los alrededor de 800.000 de su principal rival, Supergarcía. El pasado junio, el locutor de Brunete seguía líder de su franja, pero con 915.000 seguidores. Es decir, más de 700.000 menos de los que tenía a principios de siglo. Sus principales competidores hasta julio, El Partido de las 12 y Al Primer Toque, le seguían con 472.000 y 196.000 fieles, respectivamente.

Los datos del segundo EGM de 2016 confirmaban la tendencia a la baja de este género, puesto que reflejaba una pérdida de 55.000 oyentes en el caso de El Partido de las 12, de 32.000 en el de Al Primer Toque y de 38.000 en el de El Larguero.

Una guerra descafeinada

Lo que no tiene pinta de reeditarse es un enfrentamiento como el que libraron durante años De la Morena, desde su antigua trinchera en la SER, y José María García, desde la COPE, tan rentable en términos de audiencia como atrayente para los seguidores. Las aguas están mucho más calmadas -en apariencia- y no está claro que una guerra total como la que se vivió durante la década de 1990 deparara beneficios para alguno de los contendientes.

"Mi hijo no sabe lo que es un transistor", ha dicho este viernes Carreño, en tono irónico y en referencia al nuevo programa de José Ramón de la Morena

El objetivo que se ha marcado el nuevo líder del programa nocturno de Onda Cero (El Transistor) es el de atraer al mayor número posible de oyentes de la cadena de Prisa, mientras que el de Carreño, precisamente, el contrario. Es decir, el de evitar el éxodo hacia la competencia del millón de fieles que en junio escuchaban El Larguero cada noche. Por su parte, Juanma Castaño (El Partidazo de COPE) tratará de pescar en río revuelto y mejorar el mediocre dato de oyentes con el que cuenta la radio de los obispos en esa franja.

Pese a la cordialidad -o ausencia de hostilidades, como se quiera ver- que ha reinado entre los tres locutores durante las últimas semanas, De la Morena y Carreño han enviado algún misil hacia las líneas enemigas que ha resultado bastante significativo. El primero criticó el pasado domingo, durante su debut en Atresmedia, lo despistados que se encuentran desde hace tiempo en su anterior emisora, en clara referencia a sus actuales directivos. Por su parte, el nuevo presentador de El Larguero ha lanzado este viernes una indirecta, en tono de humor, hacia Onda Cero que da cuenta del nuevo aire que pretende otorgar a su nuevo programa: “Mi hijo no sabe lo que es un transistor”, ha precisado.

Los colaboradores de los tres programas

Como es habitual en este tipo de espacios, sus equipos de colaboradores estarán conformados por una mezcla de periodistas, de antiguos deportistas con experiencia en varios medios de comunicación y de técnicos especializados en alguna rama del deporte.

A De la Morena le acompañarán durante su primera temporada en Onda Cero Javier Ares, Juanma Trueba, Pedro Delgado, Sebastián Álvaro (Al filo de lo imposible) y los doctores José González y Antonio Escribano. Amén de los periodistas de su antiguo equipo que han emigrado hacia Atresmedia, como Edu Pidal, Carlos Bustillo o David Alonso.

Con Carreño colaborarán Michael Robinson, Alfredo Relaño, Ramón Besa, 'Manolete', Marcos López, Santiago Cañizares, Kiko Narváez, Axel Torres, Antoni Daimiel, Carlos Martínez, José Antonio Ponseti, Mela Chércoles o Filippo Ricci, entre otros. Es decir, estará rodeado de algunos de los rostros más representativos de los medios de comunicación del Grupo Prisa.

Manu Carreño contaba con una oferta de la COPE para conducir su programa deportivo nocturno, pero finalmente aceptó una oferta de la SER

Juanma Castaño estaba llamado a hacer su programa junto a Manu Carreño, pero la cosa cambió cuando el vallisoletano recibió una oferta para volver a la SER. Entonces, abandonó el equipo y se puso al frente por segunda vez en su carrera profesional de un programa deportivo nocturno. En su primera experiencia, como presentador de Al Primer Toque, el resultado fue desastroso y terminó la temporada 2003-2004 con 250.000 oyentes, frente a los 490.000 de El Tirachinas de José Antonio Abellán y los 1,6 millones de De la Morena.

El nuevo líder del magacín deportivo nocturno de COPE estará respaldado por las cabezas visibles de Tiempo de Juego (Manolo Lama y Paco González), así como por colaboradores como Julio Maldonadi 'Maldini', Tomás Guasch, Susana Guasch, Luis García, Roberto Palomar, Miguel Rico, Emilio Pérez de Rozas, John Carlin, Elías Israel, Joaquín Brotons, Siro López, Juan Gato, Fermín Rodríguez, José María Minguella, David Albelda, Manolo Sanchís, Fernando Morientes, José Miguel Prieto, Andoni Cedrún y Dani Ruiz.

La gran pregunta que se plantea a partir de ahora es la siguiente: ¿después de la pérdida de volumen de negocio que han sufrido las radios durante los últimos años, y de la eclosión de las tertulias televisivas, hay espacio en la radio española para tres programas deportivos nocturnos que puedan mantenerse con una audiencia y una influencia aceptables?

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