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Análisis

¿Por qué pagan los inversores por tener deuda pública española?

España ya se financia a corto plazo en negativo. Es decir, los inversores pagaron este martes un pequeñísimo interés por tener unos 4.600 millones de euros en deuda española. A seis meses, el comprador de las letras emitidas por el Tesoro tuvo que abonar de media un 0,002 por ciento. En el plazo a un año para una cantidad de 3.900 millones de euros, el interés medio en cambio fue positivo pero bajísimo: un 0,0006 por ciento.

¿Se debe esto a los buenos fundamentos de la economía española? ¿Cómo se explica acaso que los mercados hayan protagonizado semejante vaivén, de huir de la deuda española a pagar por tenerla?

De cara a las perspectivas a largo plazo, se podría decir que los inversores aceptan intereses muy bajos porque hay deflación y eso significa que el dinero tendrá más capacidad adquisitiva en el futuro. Además, muchos bancos y fondos de pensiones tienen que mantener su dinero en bonos del Estado por motivos de liquidez y legales.

Sin embargo, la explicación de estos tipos tan bajos en realidad es muy sencilla. Los inversores sencillamente están apilando bonos del Estado en sus carteras con la perspectiva de que el BCE los compre más adelante a unos precios más caros.

El banco que encabeza Mario Draghi ha de adquirir unos 60.000 millones euros al mes de deuda, de los que la mayor parte será pública. De modo que la presión al alza sobre los precios de la renta fija pública será altísima. Los agentes tan sólo tienen que comprar los títulos y sentarse a esperar viendo como el precio se dispara.

Por ejemplo, el mecanismo de rescate europeo ha colocado este martes deuda a tres meses recibiendo un interés del 0,2 por ciento… ¡Y eso sí que se antoja un tipo realmente negativo!

Para colmo, se trata de una deuda que ahora cuenta con el respaldo del BCE al menos durante el futuro más inmediato. De ahí que esta operación sea encima muy, muy segura. Pura especulación. Sólo que esta vez contribuye a que los Estados puedan financiar unas cantidades de deuda pública en máximos históricos.

El inconveniente de esto es que podría generarse una gran burbuja en unos activos presuntamente sin riesgo. Por no hablar de que esta política monetaria de tipos tan bajos sencillamente erosiona la rentabilidad de la banca y los ahorros de una población que envejece.

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