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Análisis

Chapuzas, dejadez e irresponsabilidades políticas se pagan muy caras

Ana Pastor, durante una conferencia.

Como siempre, con los gobiernos de antes y de ahora, vamos a rastras de la realidad. Ni una previsión, ni una anticipación. Claro, tuve un jefe en  Renfe que cuando le mostré unas previsiones de demanda de los núcleos de Cercanías que había hecho para el año 2000, en base a series históricas, mediante un modelo econométrico, me dijo que eso no servía para nada si para predecir el futuro se utilizaba lo que había ocurrido con anterioridad. Y se quedó tan pancho. Pero, acerté.

Esta mentalidad está extendida, más extendida de lo que creemos entre nosotros. Es mejor sacar el dedo chupado y exponerlo al viento, a ver lo que pinta. No queremos anticipar nada con seriedad, con rigor. Nos va más la improvisación, resolver las cosas a toro pasado. Pero hay veces, que el toro pasado es  tarde, muy tarde y la desgracia ya ha ocurrido. Tal cual como pasó en la tragedia de Angrois. 

Un ministro irresponsable que quiso pasar a la historia, triste historia, ante sus paisanos y para obtener réditos electorales, se sacó de la manga un tren orquesta, un híbrido, un engendro, que ya ha demostrado sus habilidades como buena práctica ferroviaria.

Maquinista, solo ante el peligro

Veinte meses después de la inauguración todavía tiene el Presidente de Renfe la cara dura de decir que se están probando las compatibilidades, serán las incompatibilidades, del sistema Ertms embarcado con el de tierra, de los Alvias. Y entre medias se mueren 79 personas y cientos se hieren consecuencia de este accidente. Habiendo Asfa, sobra ya todo, es una opinión muy extendida entre los ferroviarios e incluso, paradoja, entre los maquinistas. Un sistema que, o vas a más de 200 por hora, o rebasas  una señal en rojo, o no detiene el tren. Vaya sistema de seguridad, pero es muy interesante que si la baliza, que si el pitido, que si el pedal, que si, que si ,,,,,,

Pues el Ertms del tramo de AVE no funcionaba, el tren no llegó a tomar los célebres y malditos 200, y cuando rebasó la señal ya era tarde, porque el tren iba a 179 km/h. Si ese dichoso Ertms, sea el 1, 2, o 3, estuviese activo ahora no estaría escribiendo ésto.

¿Por qué sino entonces ya se han anticipado, tarde, rematadamente tarde, desgraciadamente tarde, fatídicamente tarde, Adif y Renfe? El uno, Adif, a revisar los protocolos y tramos de casuística similar a la del tramo en que ocurrió la desgracia, así como de implantar como se pueda una ASFA que detenga el tren cuando no respete la velocidad máxima autorizada que figura en el libro de marchas. Y el otro, Renfe, a revisar los protocolos de comunicaciones entre los maquinistas con los puestos de mando y viceversa y entre los interventores y el maquinista cuando el tren sea remolcado, como es el caso. Esto es muy loable porque después de una tragedia, de esta o cualquier otra magnitud, hay que actuar y sacar conclusiones para que no se vuelvan a repetir los hechos. Pero, al mismo tiempo es pura y simple autoinculpación, porque se deberían haber previsto las circunstancias, que se produjeron, de dejar a un maquinista a su azar, sólo ante el peligro y su despiste.

Una comisión sin ferroviarios

¿Por ahorrar algo en la vía, por ahorrar algo en sistemas? Para satisfacer los políticos su egolatría y mostrar su falta de preparación y ecuanimidad y tirarse el pisto caciquil y electoral. Y llegan éstos, y caen en la misma trampa y esta ministra, inaugura muy ufana en Junio de 2012 el "híbrido" engendro. El anterior, inauguró la vía.

Para templar gaitas Fomento se saca de la manga otra comisión, la de los sabios, para que le den un repasito al estado del arte del ferrocarril en España y, eso que queda muy bien de la comparativa con otros paises de la UE. Como el dicho: "crea una comisión para que no se investigue nada". Casi ninguno de los comisionados ha pisado frecuentemente un tren, ni ha bregado con la operación, pero saben mucho de la función catenaria y las clotoides. ¿Por qué sino entonces dice el presidente de dicha comisión, Barrón, que pedirán opinión a técnicos de Adif y de Renfe? Que les nombren a ellos y no a tanto sabio, que lo que saben, sobre todo, es dar clases. Es una bofetada en todo el rostro a los profesionales, a los buenos profesionales que hay tanto en estas  empresas.

Desgraciadamente, el argumentario que sobre todo se encarga de vender el presidente de Renfe, Adif  y las empresas constructoras y fabricantes de material, que donde ocurrió el accidente no era alta velocidad, ni de alta velocidad era la línea, es una bomba, porque como Foro del Transporte y el Ferrocarril ha puesto de manifiesto, hace 20 meses y hace un año, cuando se inauguraron la vía y el desastroso tren Alvia, el ministerio sacaba a todo trapo notas de prensa en que decían bien claramente que la Alta Velocidad llegaba a Galicia, la línea de Alta Velocidad y otras lindezas semejantes. Otro tanto los titulares de todos los medios, como hemos señalado en un post anterior.

Pedir cuentas a 'Pepiño' y Cascos

Aquí, una conjunción de políticos irresponsables, en asociación con un malhadado despiste, negligencia, o azar han propiciado una enorme tragedia, una dolorosa tragedia para los heridos y familiares de las víctimas y para todos, incluido al que algunos quieren hacer el único y principal actor de esta tragedia: el maquinista. Y la cosa no es así. Además de las responsabilidades políticas, o de otro tipo, si el Juez estima que proceden, unos políticos irresponsables (en la foto estaba Blanco, pero también Cascos) se han cargado, muy probablemente, un contrato de 14.000 millones de €. Y no será el último. ¿Alguien les va a pedir responsabilidades de algo?

El día 8 comparecen los presidentes de Renfe y Adif, y el 9 la ministra. Veremos a ver que dicen, pero mucho me temo, que será más de lo mismo. Con palabras compungidas, hacer del maquinista el chivo expiatorio y del azar a lo demás. Nada de nada de sus responsabilidades como gestores y cabezas de unas organizaciones que son alérgicas a la anticipación y a hacer previsiones. Ni una palabra al uso torticero y político de cosas, con las que nunca se debió jugar.

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