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Análisis

Veremos a un Bárcenas mesurado

Luis Bárcenas a su llegada a la Audiencia.

Luis Bárcenas decidió el pasado jueves romper el silencio que ha guardado en los últimos meses. Lo hizo con un mensaje claro a 72 horas de sentarse en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional por la Primera Época de Gürtel: "El Partido Popular no tiene nada que ver con este procedimiento". Tras mantener un encuentro conmigo aquel día, de algo más de una hora, el extesorero me autorizó por primera vez -tras varias conversaciones off the record mantenidas en los últimos meses- a publicar textuales de aquella conversación.

Sus palabras son una significativa declaración de intenciones. No habrá grandes sorpresas durante su comparecencia en el juicio de Gürtel porque lo que Bárcenas quiere ahora y, en ello ha dedicado muchas horas, es desmontar una por una las acusaciones de la Fiscalía Anticorrupción.

Está tranquilo pero es también consciente de que en este juicio "le va la vida". Desde que salió de la prisión de Soto del Real (Madrid), hace ya dos años, ha dedicado seis horas diarias -cuatro cada mañana y dos cada tarde de los últimos 730 días- a estudiar el sumario de esta pieza separada. Conoce al detalle cada informe de la UDEF y cada párrafo del escrito de acusación de la Fiscalía.

El extesorero, que se muestra optimista sobre su futuro pese a que Anticorrupción reclama para él 42 años de prisión, ha suavizado en los últimos meses su discurso contra el que fuera su partido político. El mismo al que se dedicó en cuerpo y alma. El partido que se avergonzó de él y le propinó una gran patada cuando lo despidió "en diferido". Bárcenas repite, por activa y por pasiva, que no tiene ningún pacto con el PP pero lo cierto es que atrás ha quedado el tono desafiante con el que dijo sus primeras palabras tras la salida de la cárcel: "He hecho caso a Rajoy y he sido fuerte", subrayó.

Bárcenas ha suavizado en los últimos meses su discurso contra el PP. El partido al que se dedicó en cuerpo y alma. El mismo que se avergonzó de él y le propinó una gran patada cuando lo despidió "en diferido"

Desde entonces, el extesorero -que había sido muy respetado en Génova 13- tuvo que soportar que pesos pesados del Partido Popular, ese mismo partido al que había dedicado treinta años de su vida, le vilipendiaran. La secretaria general de dicha formación, María Dolores de Cospedal, muy cercana a Rajoy, dijo que el ex senador estaba "difamando al PP". Javier Maroto, vicesecretario de Acción Sectorial y una de las caras nuevas del partido, añadió que Bárcenas le "daba asco".

Tras varios encontronazos en los tribunales, el pasado mes de septiembre el extesorero tuvo un gran gesto judicial con el partido y retiró la acusación que ejercía en la causa donde se investiga el borrado de los discos duros. El procedimiento donde la formación de Rajoy había sido procesada por primera vez como persona jurídica, quedando a un paso de ser enviada al banquillo. La idea de retirar dicha acusación partió de él. El cambio de actitud era evidente y hubo quien le advirtió de que se iba a equivocar retirándose.

Bárcenas explicó entonces que estaba cansado de haber sido "instrumentalizado" y utilizado como "moneda de cambio" para que Rajoy no formara Gobierno. Llevábamos un año sin Ejecutivo en España. El ex senador volvió a negar que hubiera un pacto. Sin embargo, esta próxima semana, tras escuchar las explicaciones que dé al tribunal que preside Ángel Hurtado, los ciudadanos tendrán más datos para valorar si lo hay o no. 

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