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Opinión

Ábalos, el de Torrente

Qué tiene que ver Delorme con la operación de la Guardia Civil en la que han detenido el ex asesor de Ábalos
El exministro, José Luis Ábalos Europa Press

Una de las mejores formas para intentar comprender las acciones de las personas es conocer previamente cual ha sido su trayectoria. Si consultamos el CV de José Luis Ábalos, por poner un ejemplo estrictamente casual, comprobamos que en 1983, a los 24 años, edad en que la mayoría de jóvenes da por finalizada su etapa de formación y pasa a incorporarse al mundo laboral, nuestro hombre ya había dado por zanjada su vida profesional en la esfera privada y había accedido a lo que iba a ser su vida a partir de entonces en el universo PSOE. Su única experiencia laboral previa al desembarco en el partido fueron tres meses de maestro en una escuela de Quart de Poblet. Con ese bagaje profesional y una ambición a prueba de bombas, el joven Ábalos se incorporó como jefe de Gabinete, que es como se llama a los que llevan la cartera y ponen los cafés, del delegado de Gobierno en Valencia. Su ascenso hasta la cumbre no ha sido fácil ni rápido.

Han sido más de treinta años culebreando en el partido con mucho esfuerzo, porque medrar en una organización llena de expertos escaladores no es tarea sencilla para nadie. Es curioso lo que se trabaja por no querer trabajar de verdad. Lejos quedan aquellos tiempos en que a la política accedían profesionales que ya habían triunfado en su trayectoria privada y que, durante unos años, con gran merma de sus ingresos, ponían su prestigio y sus conocimientos al servicio de la nación. Tuvimos la suerte de contar con muchos de ellos en la transición, y quizás por su labor tuvimos los mejores años de nuestra historia común. Pero ya son un recuerdo. Ahora, y sobre todo en el partido socialista, los políticos pertenecen a otra casta, la de los que se acercan a la política no a servir, sino a servirse de ella. Los que pretenden conseguir, a base de un puesto en las listas, el sueldo que jamás conseguirían en la vida profesional libre, sencillamente porque no lo merecen.

Si toda corrupción es moralmente insoportable, la perpetrada en condiciones tan especiales, cuando los españoles morían por miles cada día a causa de la terrible pandemia, es especialmente fétida


Una vez arriba, de todopoderoso número dos de Pedro Sánchez, Ábalos reprodujo el esquema en el que con su astucia y ese juego de cintura que le envidiaría Fred Astaire, había logrado el éxito. Pero esta vez el que mandaba era él y el que le llevaba la cartera y le hacía los cafés era otro, un grandullón que había llegado a Madrid de la mano de Santos Cerdán y que ahora pasaba a ser su chico para todo. Koldo de nombre y como tantos otros euskaldunes e independentistas catalanes, incluido el propio president Aragonès, García de segundo apellido. Que el mocetón, que cortaba troncos como hobby y al que se le iba la mano con cierta frecuencia, hubiera sido portero de prostíbulo no pareció perjudicarle lo más mínimo para lograr el puesto. Es más, puede que hasta le beneficiara, visto el nivel de autonomía y poder que llego a amasar siendo la sombra de su jefe. Koldo era fiel y cogía las llamadas de teléfono a todas horas del día y de la noche, dispuesto siempre a cumplir con los encargos que se le hiciesen, incluso ir a Barajas con su jefe a recibir a las visitas. Uno siempre se siente más seguro con un armario empotrado al lado, que duda cabe. Pero Koldo se dio cuenta pronto de que no volvería a tener otra ocasión para hacerse rico por la vía rápida. Este era su momento. Era ahora cuando el nombre de su jefe bastaba para abrir todas las puertas. Y con una mezcla de listeza básica, mucha torpeza y una absoluta sensación de impunidad, se lanzó a forrarse con el siniestro negociete de las mascarillas. Si toda corrupción es moralmente insoportable, la perpetrada en condiciones tan especiales, cuando los españoles morían por miles cada día a causa de la terrible pandemia, es especialmente fétida. Pero no parece que el gobierno de Sánchez tenga entre sus características fundamentales un sentido del olfato especialmente desarrollado, porque nadie vio nada, nadie sabía nada y si me apuran, nadie conocía a Koldo y ya puestos, ni a Ábalos. Ni siquiera los que le compraron las mascarillas, porque el partido Socialista es un crisol de virtudes y de amnésicos, como no se cansan de decirnos.

Es curioso que el gobierno más feminista de la historia estuviera compuesto por personajes tan casposos y que tanta señora hiperventilada conviviera tranquilamente con ellos


Y sin embargo, cómo se parecen todos los corruptos del PSOE. En sus comilonas, en sus juergas, en la presencia reiterada de las marisquerías y el sexo de pago. Hay un ADN común entre Roldán, el tito Berni y el tal Koldo y los pisos de Benidorm comprados desde la cuenta de su hija. Entre Juan Guerra y los ERES de Andalucía. Una cosa de vamos a aprovechar ahora que esto nos pasa una vez por delante. Una sordidez y un cutrerío que produce repulsión además de rechazo en el contribuyente pagador final de las francachelas. Una sensación de personajes de boca abierta masticando comisiones y cigalas. Es curioso que el gobierno más feminista de la historia estuviera compuesto por personajes tan casposos y que tanta señora hiperventilada conviviera tranquilamente con ellos. Es la fuerza irresistible de las nóminas muy por encima de los que sus capacidades reales ameritan. Que te hacen dejarte de prejuicios y mirar para otro lado.
En unos días sabremos si Ábalos es tan valiente como parecía ser cuando salía muy pinturero a arrearle a la oposición en el congreso o si aceptará la “salida honorable” que le ofrezcan para entregar su acta de diputado. Si este gobierno llega a acuerdos con los filoetarras y los golpistas no debería tener problemas para entenderse con uno de los suyos.
Todo, en fin, muy de película de Torrente. Curiosamente, el pueblo del que es originario José Luis Ábalos. Ábalos, el de Torrente. Qué gran nombre para una película de risa y pena.

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  • S
    syloxozi

    ¿Es que no hay ni un solo socialista con vergüenza? ¿Ni uno?
    ¿Es que para ser socialista es condición necesaria no tener ni un ápice de vergüenza? ¿Cómo es que hoy no hay avalancha de socialistas pidiendo la baja?
    ¿Es que no hay ni un solo periodista, si, de esos que salen en el planfleto-programa de Xavier Fortes que no tenga ni un atisbo de vergüenza?
    ¿Dónde están todos estos fariseos hipócritas que tanto criticaban las corruptelas del PP y de Ayuso?
    La izquierda española no es progresismo, es una lacra que llevamos sufriendo en este país desde la Ilustración. Hasta que no nos libremos de ella, España nunca progresará, por mucho que intenten convencernos de que el progresismo son ellos. Otra de sus mentiras.

    • J
      JohnGalt

      Sus preguntas son retóricas, ¿no?

  • V
    vallecas

    Ábalos no tiene salida. Está acabado. Le están convenciendo para que caiga solo, convenciendo que no tiene "utilidad" que caigan todos con él.

    Pero no es cuestión de ideología. El PSOE es una organización mafiosa y así es como están actuando.
    Espero y deseo que Ábalos "cante" y vayan todos a la cárcel. España le estará eternamente agradecida. Esta si que sería una salida por la Puerta Grande.

  • A
    Apeiron

    "Es curioso lo que se trabaja por no querer trabajar de verdad" Ja, ja, ja justo en la diana.
    Los partidos es como una academia de la corrupción, se entra sólo por el firme propósito de querer enriquecerse sin pegar golpe y, con el paso del tiempo y de ir ascendiendo en la jerarquía del partido, los rostros se endurecen hasta límites insospechados y se convierten en consumados expertos en todo tipo de corruptelas.
    Llega un momento en que llegan al convencimiento de que el dinero de los contribuyentes realmente es suyo y que la ley es algo que sólo es aplicable a los súbditos. Y nunca les faltan jueces, periodistas y fieles votantes que les confirman sus convicciones, al dispensarles de la responsabilidad ética y penal de sus delitos.
    De todas formas lo del PSOE es la élite del filibusterismo político. Porque recordemos a Zaplana, Granados, Bárcenas o Rato. Tuvieron que padecer un descenso a los infiernos y el repudio generalizado de todos, incluyendo el de los votantes del PP. Pero ¿qué tal le ha ido a Griñán? Pues nada mal, oiga. Indultado, reconocido en la virtud de no haber robado para sí mismo y hasta no descarto que lo recuperen para dar mítines por ahí con ZP o que le acaben dando el premio nobel de la paz.

    • N
      Naviero

      No creo yo que a Griñan no le haya caído ni una migaja después de tan desinteresado esfuerzo en financiar a su partido.

  • L
    Leonidas

    Está en su ADN. Puente es otro ejemplo, y no digamos de Bono que se ha ido de rositas, pero también anda por la republica dominicana y tiene un buen patrimonio. ¿De dónde saca pa tanto cómo deggtaca? Socialismo puro y ladrón, cuando no asesino

  • N
    Norne Gaest

    Magnífico artículo. No se si archivarlo en el apartado de Política España o Sociología. Lo haré en ambos.
    Pero, puestos a comentar algo, a un partido con la historia y el presente del PSOE; con todas sus iniquidades, corrupciones y corruptelas, con todas sus mentiras y traiciones, lo siguen votando millones de españoles.
    En otros países europeos (Italia, Francia), los partidos socialistas han desaparecido prácticamente. Aquí, en cambio, resisten lozanamente, aunque sea agarrándose a los nazis tribales en algunas regiones.
    Este es el drama, dentro del cual la decadencia del nivel de la clase política es un detalle más a la hora de explicarlo.
    Porque al final sería una cuestión social o cultural: lo hábiles que están siendo los progresistas para apoderarse de ellas culturalmente.
    Les permite no solo promocionar a personajes como Sánchez, Tito Berni o Abalos, o envilecer a Grandes Marlaskas, sino parasitarnos, mentirnos, entregarnos al enemigo y llevarnos al desastre multicultural. Y que a pesar de todo les sigamos (les sigan) votando..

    • N
      Naviero

      La renuncia a la batalla cultural es responsable en gran medida de esta tremenda situación.