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Opinión

Salvavidas a la vida

Personas con mascarillas por el coronavirus en China.

¿Vida o economía? Sin duda, sin la menor duda, vida siempre. ¿O no nos importan nuestros abuelos, o no nos importa el personal sanitario que está dejándose la piel por salvarnos el pellejo? Por poner sólo dos ejemplos, hay muchos héroes más en esta sociedad. Los que han logrado superar un cáncer o alguna enfermedad devastadora saben bien que sin salud no hay nada más, nada.

Incluso el esperpéntico Donald Trump ha tenido que claudicar y poner como prioridad la vida al dólar. Demasiado le ha costado, y ahora sí que Estados Unidos nos va a dejar imágenes de película de terror y no va a ser ficción, y por primera vez -desgraciadamente- los mandatarios americanos no van a poder dar lecciones al mundo de cómo hacerlo mejor. A Trump hoy le lava la cara su enemigo, Xi Jinping, y a todos nosotros también en cuanto a salud pública y a derrotar al virus, porque aquí cuando el debate es vida o muerte no sirven ideologías. Ni derecha ni izquierda ni centro.

Esto no va de 15, 30 o 40 días en casa, esto del confinamiento solo va a conseguir frenar al virus y evitar que se tensiones al límite la sanidad

China debe ser el modelo a seguir hoy y en los próximos meses porque ante esta guerra hay también que tener mucha paciencia. Esto no va de 15, 30 o 40 días en casa, esto del confinamiento solo va a conseguir frenar al virus y evitar que se tensiones al límite la sanidad, pero para derrotarlo vamos a necesitar unos cuantos meses más. Será tiempo de dedicar todos los esfuerzos a la investigación además de levantar el confinamiento de forma muy estudiada y progresiva. Además, y esto es clave como han demostrado también en Corea, harán falta los test para saber quién está contagiado y quién no y aislar al contagiado porque todos, sin saberlo, podemos ser portadores del mal. Test a destajo es lo que hace falta ahora porque quedarse en casa no va a ser suficiente, ya no es suficiente.

Por fin el Gobierno de coalición ha lanzado el salvavidas a la vida y ha decretado el confinamiento total de la población exceptuando las cadenas fundamentales para ganar la primera guerra contra el coronavirus. La segunda guerra seguro que ya no tendrá nada que ver con esta -esperemos- y podría venir en otoño si no nos preparamos bien para lidiar o seguir lidiando la batalla. El verano nos va a dar una tregua a todos, será entonces el momento de invertir en estrategias, investigación y medidas para no volver a caer en las garras de un virus que evidentemente ha venido para quedarse y que ahora mata a los más vulnerables pero nos afecta a todos y dentro de unos meses esto será diferente y de ocupar las 24 horas del día de la actualidad informativa pasará a ocupar un espacio menor. Confiemos.

Retorno a la normalidad

La curva, el pico, el mapa, la tendencia, los fallecidos, los contaminados, los hospitales de campaña, las UCIs saturadas, los abuelos que nos dejan, el dolor, el recuperar el trabajo, volverán a dar paso al pim pam pum político. Y, por favor, señores de Vox, no intenten dar lecciones cuando el 8 de marzo, cuando todos deberíamos ya haber empezado a quedarnos en casa, ustedes estaban celebrando un mitin multitudinario en Vista Alegre y, no solo eso: con un contagiado -le deseo una pronta recuperación- que además para hacer carambola había viajado a zona afectada por la Covid-19. Lecciones las justas cuando en casa no lo hemos hecho nada bien. Lecciones nos las debe dar China, Corea o Japón. Queda mucho por aprender, mucho por hacer. Cuidaos.

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