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Opinión

Salarios, paro y experimento demográfico

Fábrica de de Renault en Palencia, España.

Recientemente, con la mejora económica, se ha intentado imponer el debate sobre el bajo nivel de salarios en la economía española, cosa que es cierta, sobre todo para quienes han salido recientemente del paro. Como siempre decimos, de lo que no habla nadie es de como crecer más para bajar más el desempleo, sino que se hace populismo para coger votos, pillar de "lo público" y colocar a parient@s, familiares y correligionarios. El peligro de este circo es que cuando estos temas se plantean mal, como se ha hecho, se dañan aún más las expectativas y se contrata menos, como hemos visto que ya ocurre.

Como el problema de los bajos salarios es un tema de calado, sobre todo los del sector privado, que son los que de verdad se ajustan de forma dura cuando se viven fantasías económicas, hoy exploraremos el estado sistémico de los mismos, haciendo un análisis cíclico de libro, de esos que nadie, salvo aquí y algún plagio mal hecho, hace en España.

Ciclo largo y masa salarial

Uno de los componentes del PIB, medido por los ingresos, es lo que podríamos llamar la "masa salarial", es decir, el agregado de los ingresos salariales de toda la economía. Para observar la evolución en términos reales (descontada la inflación) de esa variable (siguiente gráfica) en el presente ciclo largo utilizaremos la estadística de Estados Unidos (la del INE son de pena), pues es el corazón del sistema y fuente de las invenciones que lo mueven. La evolución en el ciclo largo de todo el PIB la vimos en "El legado de Obama", y la de la distribución de la “renta” o la de los beneficios e impuestos en los enlaces respectivos.

Long cycle and real salaries

En la gráfica anterior, la línea azul es la tasa de crecimiento interanual de la "masa salarial" en términos reales y la línea negra su media móvil de ocho años, que es, más o menos, lo que dura un ciclo de los negocios o dos ciclos de inventarios. Como se puede ver, en la primera fase del ciclo largo o fase "reflacionaria", también llamada del impulso primario, la masa salarial real creció, en medias, entre el 5% y el 3% anual; en la segunda fase, la inflacionaria, también llamada “recesión primaria” (del ciclo largo), la tasa de crecimiento real anual de la masa salarial, en medias, sufre una fuerte y pronunciada caía.

En la tercera fase del ciclo largo, la del impulso secundario, esa en la que el motor del ciclo largo (electrónica y telecomunicaciones, caso actual) se vuelve el centro de la economía y termina en un crash bursátil (el punto-com), la tasa de crecimiento real de la masa salarial, en medias (línea negra), se recupera. La peor parte del ciclo largo (la actual) llega tras el crash del motor del ciclo largo, empezando la cuarta fase o fase deflacionaria, que se ha combatido con todas las armas imaginables, incluso negado su evidencia para manipular las expectativas, con lo que no se entiende un fenómeno que no es lo contrario de la inflación sino que es intermitente y así vamos, de mal en peor; no extraña pues, que tampoco se entienda, por ejemplo, por qué crecen las insolvencias si el crecimiento económico es alto y los salarios bajos. Hay que decir que el último movimiento (2015-2016) de la tasa de crecimiento referida indica que Estados Unidos va a una recesión.

Inmigración y salarios

También habrán visto una línea amarilla en el 2%, que es una tasa en la que "normalmente", cuando el PIB crece por debajo de ella, viene una recesión. Además, existen países donde la población casi no crece pero la productividad secular es próxima el 1,5%, mientras en otros no crece la productividad y la población crece un 2%; entre esos dos extremos estamos casi todos, más o menos. Digamos que es un paralelo de orientación.

Lógicamente, si las condiciones sistémicas son de un pobre crecimiento de la "masa salarial", si fomentas la inmigración, como quieren los "progresistas" (para chupar de "lo público" creando nuevos lobbies), tienes que repartir la masa salarial entre más gente; luego manipulan a los pobres, nacionalizan a los inmigrantes y siempre ganan las elecciones, que es lo que hacen en California, por ejemplo. Es decir, dominan el Poder a costa del trabajador local, lo que explica el discurso de Trump y su apoyo electoral; tema distinto es que lo haga fatal y el Establishment le venza, aparte que le viene recesión y tienen que reventar la burbuja bursátil, que se la van a endosar a Trump completita. Porque, ¿qué se hace con una burbuja? Reventarla, está claro, y allí lo piensan a hacer cuando interesa al Establishment, como creo haber demostrado en el enlace anterior.

La inmigración tendría que ser selectiva, fácilmente integrable, que no dañe el valor de los activos de los nacionales, según las necesidades de reales del país, que no exija trabajadores sociales, traductores, policías especiales, etc. porque entonces habrá que subir impuestos y dañar más el neto de la débil “masa de salarios”. Además, si eres multiculturalista (no es mi caso, al contrario), tendrías que establecer cupos por culturas; lo que pasa es que si haces eso, como hay un grupo preferido por los "progresistas" que ya ha sobrepasado con creces su cupo, se les fastidia su negocio pirómano (no hablo solo del que hay con los negreros libios), porque todo su discurso es un engaño, mentiras e inventos, que además va bien a los que desde el otro lado del espectro quieren trabajo esclavo. Así vamos, sometidos a experimentos varios. Pero volvamos al paro y lo salarios.

Paro y salarios

Mi insistencia en centrarnos en crear empleo se debe, entre otras razones, a que para aumentar el salario medio (siempre hay sectores y sectores) de los trabajadores y su capacidad de negociación, sobre todo de los contribuyentes netos ("lo público" es un chollo que reventará y mal, además), hace falta bajar la tasa de paro, algo que por lo visto no interesa a nadie, pues siguen las fantasías y el mesianismo político.

Desempleo y crecimiento salarial en EEUU

Lo que se observa en la economía norteamericana es que la tasa anual de crecimiento del salario medio real empezó a crecer cuando la tasa de paro bajó del 7% y, cuando realmente despegó (se aproxima al 2% aquél, recuerdan) fue cuando el desempleo se situó por debajo del 6% de la fuerza laboral. Y sí, hay la vieja discusión metodológica en la comparativa con España, con sus horas de discusión y etcéteras, pero yo me quedaría con un 10% para nosotros antes de que veamos mejoras salariales interesantes.

A la debilidad sistémica del crecimiento de la masa salarial en términos reales añádanle varios factores: uno, el recorrido pendiente desde el fin de la fantasía inmobiliaria; dos, que a la deflación salarial de las rentas más bajas les han impuesto una deflación con inflación (lo vimos); tres, que la casta sigue con su abrasión fiscal regresiva (también lo vimos en “La casta y su corcel negro”); cuatro, cargas fiscales nuevas inasumibles, como que un “refugiado” reciba más ayudas que un pensionista español pobre o un español huido de Ceuta y Melilla y quinto, que, insultos y difamaciones aparte, reina el populismo y las fantasías económicas, males todos de un sistema electoral no representativo que exacerba un orden y un pensamiento disfuncionales que terminará mal. Toda una lástima, porque España ha demostrado sobradamente, una vez más, que tiene capacidades más que suficientes para labrarse un futuro luminoso, pero se prefiere vivir en un océano de confusión y un mar de populismos al servicio de hispanófobos. Pues ajo y agua.

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