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Opinión

México y sus nuevos actores

Andrés Manuel López Obrador, conocido comúnmente como AMLO, político, politólogo y escritor mexicano

Es difícil oír hablar de México y no pensar que, gustos aparte, tuvo una potente industria cinematográfica, demostrando que supo aprovechar un nuevo desarrollo industrial que luego perdió y, ahora, cambio el cambio de rumbo estadounidense y el "nuevo" liderazgo mexicano, se acrecienta el temor de que todo el progreso económico y social conseguido gracias a los acuerdos comerciales se pierda de forma similar. A México le toca un cambio de orden y, como Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a quien se le dará mucha publicidad por aquí, viene con su MORENA, o Movimiento de Regeneración Nacional, le haremos un análisis generacional a ver si, una vez empiece, podemos detectar a donde va; pero antes de analizarlo permítanme traer una aclaración de un artículo anterior, de cuando nadie creía que ganaría Trump:

"A México lo analizamos en una ocasión anterior y lo dicho entonces sobre el efecto tequila, el asesinato de Colosio, el NAFTA o TLCAN, sobre el PAN y el crimen desorganizado, la guerra contra "los cárteles", las mafias sindicales, o la vuelta del PRI y los retos de Peña Nieto, sigue siendo válido, así que trabajaremos sobre lo dicho, ... y todo hecho, como siempre, con la debida autocrítica". Así pues, el análisis de hoy será una continuación de aquellos pero con "nuevos" actores.

Crisis de ciclo generacional

México viene de sufrir una regeneración fallida como atestiguan las edades del priista Peña Nieto (52) y AMLO (64) debida, en buena parte, a esa fortuna comercial comentada que, como nos temíamos en 2013 cuando escribimos "México lindo, o no", permitió procrastinar el cambio de orden necesario. No es pues una buena noticia. Por otro lado, el orden que ahora muere viene de su crisis anterior que empieza en 1910 y termina en 1928 con el asesinato del presidente reelecto Obregón, como lo demuestra la derrota cristera por Plutarco Elías Calle en 1929. Entonces México resolvió su crisis secular de la peor forma posible: a tiro limpio, con víctimas mortales entre el 10 y el 20% de la población según distintas estimaciones.

De ese terrible cataclismo surge el orden del PRI (acrónimo surrealista muy proclive a la chanza política), una oligarquía de partido único luego mutada a partitocracia de varios partidos, el sueño de la "izquierda" para explotar secularmente un pueblo mientras sus gerifaltes hacen enormes fortunas. Por aquí, lo más parecido a ese sistema de enriquecimiento de las castas y promoción de la servidumbre voluntaria (vía clientelismo, tvs, "cultura", educación, etc.) sería el engendro andaluz, los nacionalismos periféricos o la coalición de facto, para eternizarse en el poder, entre la "izquierda" y los nacionalistas y cuya única alternativa es la comparsa "ciudadana" o un corrupto PP; de ahí nuestra crisis.

Orden y "cultura"

Lógicamente no podemos ver todo el orden del PRI, pero ese orden que dio asilo a Trotsky (1937) y a muchos políticos españoles, que presumía de "progresismo", fue pionero en la promoción de toda una legión de "izquierdistas" de salón y de caviar, supuestos próceres de la "cultura" que, simultáneamente, condenaban a un sinnúmero de talentos, de competidores, a la miseria. Tal vez, un caso paradigmático de las "artes" y del pensamiento mexicano de una Era, ese zeitgeist que muere con el orden que engendra, es el de Diego Rivera, uno de los padres del movimiento muralista mexicano y marido de Frida Calo, un viejo trotskista quien, al ser inquirido sobre su afiliación rosacruz por el tribunal comunista que evaluaba su readmisión, confiesa que su infiltración en los rosacruces es por la causa revolucionaria.

No extraña pues que dicho orden fuera capaz de, primero, apoyar a los Castro y luego masacrar a los manifestantes en la Plaza de las Tres Culturas en 1968, hecho del que fue testigo de excepción, como recordarán, la brillante Oriana Fallaci. Hoy, como entonces,  la "izquierda" mundial - AMLO incluido - y en especial la española, que copia el negocio sectario priista para los camaradas, hace todo tipo de requiebros para que no se hable de las matanzas de estudiantes en Nicaragua y Venezuela por parte de sus patrones. ¿Piensa AMLO darle más vida a esa casta "cultural", del todo vale por la causa, que es cómplice de asesinos de demócratas? ¿Es esa su regeneración? Veremos.

Orden y crimen organizado

En 1940, el gobierno de Lázaro Cárdenas, el que nacionalizó el petróleo y dio asilo a Trotsky, toma una medida muy interesante: la "amnistía" a los narcotraficantes, una en la que ahora AMLO se inspira para acabar con la guerra contra el narcotráfico, obviando las dimensiones de las bandas y las alimañas actuales, mucho peores que las anteriores, y que el orden imperante está en crisis (de ahí la guerra) con lo que su propuesta abre la puerta a una mayor penetración del narcotráfico en el Estado. Para colmo, en otra de sus analogías oportunistas, se inspira también en la hecha en Colombia con la narcoguerrilla castro-comunista, parte de cuyos acuerdos, curiosamente, fueron frustrados por la oposición del evangelicalismo colombiano al "sí" en el plebiscito. Esta es, sin duda, una de sus peores ideas pues, primero debe ir el orden y luego, si interesa, la amnistía; salvo, claro, que se quiera crear un narco-estado.

Petróleo y orden actual

Establecido el nuevo orden, en 1938 nacionalizan "el petróleo", industria que entonces, estaba en bastante mala situación; nada que ver con lo que fue luego. Amparados por dicho orden se crea en ese sector una especie de sindicato (¿del crimen?) todopoderoso, aunque para todopoderoso el del sector nuclear de cierto país europeo, ese que ha conseguido cerrar, gracias a sus lacayos locales, buena parte de las centrales y casi tener un monopolio continental. Todo sea por la "causa".

¿Y cómo está el sector petrolero ahora que el orden existente se ha degradado y entra en su crisis secular? Pues solo hay que ver su producción en la siguiente gráfica, tema que debe abordar el nuevo presidente dada su importancia fiscal, aparte que EE.UU., que es un gran proveedor de gas a México,  ya no es el consumidor de crudo que era y habrá que buscar otros, que los hay. No está como Venezuela, cuya crisis secular vimos en detalle, pero es que PDVSA se pemexizó con Chávez para luego ponerla, como al país, camino del colapso; pero que no se descuide AMLO. "Lo que hay ahí". ¿Piensa AMLO arreglarlo o darle más vida a esa casta priista?

Oil production Canada Mexico Venezuela

¿AMLO o MALO?

Andrés Manuel López Obrador, hijo de un comerciante al por menor de ropa, tiene desconcertados a los analistas más publicados (talking heads que hasta tienen su canción), entre otras cosas por su populismo y tendencia a eslóganes cutres tipo Podemos, como "más abrazos, menos balazos", pero compararle con Pablo Iglesias es tan absurdo como igualar al Chavo con Pedro Infante o Jorge Negrete.

AMLO es, sin lugar a dudas, un animal político de los que solo se dan en una país donde los presidentes juran el cargo con el saludo romano (todos de "izquierda", claro). Tras querer ser parte de la casta vía PRI, "algo" pasó que decidió crear una alternativa (¿otro PRI?) y desde entonces no ha parado. Yo diría que le robaron las elecciones de 2006, tras las que volvió y, tras perder ante el PRI de Peña Nieto, arrasó en las de este año, siendo hoy la gran esperanza de los globalistas para mantener el orden actual integrando a saltimbanquis como Iglesias y Cía. en la Socialdemocracia eterna, un PRI eterno y global.

AMLO y la regeneración

A este antiguo Jefe del Gobierno del Distrito Federal (casi un país), muy protegido desde sus inicios y siempre trabajando en "lo público", yo le veo más bien como un viejo socialdemócrata, algo que se le nota mucho en sus formas, su rostro cuidado y sus manos de sibarita y, por supuesto, en su señora, tan ambiciosa o más que él, una Müller, segunda tras enviudar y, como él, gran intérprete de su papel según los cánones del marketing político de allí.

AMLO dice que es regeneracionista, pues bien, según la Teoría Generacional, que tanto usamos aquí, su rol sería el de un "gray champion" ("campeón gris", por las canas), como lo fueron Lincoln, Roosevelt o Churchill (¿Trump?), personajes que, aun perteneciendo a la generación que lleva el orden a sus límites críticos, se han desmarcado de ella para proponer un orden alternativo; digamos que son unos "divergentes". Caso seguro de este arquetipo es Alberto Francheccci, un verdadero repúblico, exiliado por su enfrentamiento con Maduro, y con quien AMLO haría bien en reunirse y debatir sobre el cambio de orden necesario en México.

Así las cosas, no soy optimista sobre AMLO porque en vez de seguir la lógica de los hechos sigue la lógica del orden disfuncional priista. Una lástima, pues en su mano está poner los fundamentos para a un despegue que podría ser espectacular. Espero, por el bien de sus 125 millones de habitantes y de su enorme diáspora, equivocarme y que no ponga peor la crisis del orden actual y por ello, porque México está en condiciones de superar bien ese trance que precede al despegue que les hablo, la próxima semana, volveremos a su economía y a otros actores de relevancia.

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