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Opinión

Iglesias, de oficio colonizador

Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados

¿Qué es la Agenda 2030? La vicepresidencia segunda del Gobierno tiene los cuatro números grabados en la placa ministerial, haciendo bandera del objetivo de las Naciones Unidas para construir un mundo mejor, más sostenible tanto social como económicamente. Pablo Iglesias se ha hecho con el proyecto como si fuera un invento suyo dentro de un Ejecutivo en el que su presencia empieza a notarse bastante más de lo que algunos ingenuos pronosticaban. Iglesias, comunista de convicción y formación, es un colonizador profesional. No es preciso hacer mucho más ruido para llegar hasta donde se ha propuesto en los próximos años. El Presidente puso la primera piedra de su mandato con el partido de Iglesias, rectificando en horas su rechazo a cualquier negociación con una fuerza política que le quitaba el sueño a él y a la mayoría de los españoles, tal y como confesó en una entrevista en Televisión Española. Se nos olvida -y procuran que parezca un accidente- pero de lo dicho en campaña por Sánchez, ni rastro.

Iglesias está en el Ejecutivo y los independentistas se sientan a la misma mesa del Gobierno de España que acepta a los autores de un delito de sedición como compañía. Sánchez tiene el poder y cualquier otro hecho anterior ya no cuenta. Se ha pasado a la siguiente pantalla. El estado líquido de opinión pública en el que vivimos permite la simulación, la media verdad y la mentira solemne con tal naturalidad que la inteligencia ha pasado al mismo segundo plano que la prudencia.

Podemos se ha metido en el Gobierno y desde dentro mueve su agenda, lanza su mensaje y coloca el listón como los saltadores de altura, ganando un centímetro por impulso. La reforma del Código Penal, la expulsión de inmigrantes o las relaciones particulares de Podemos con el Sáhara han permitido a Iglesias recordar al resto del Gobierno que si están dentro del Consejo de Ministros es por y para algo. Sin Iglesias no se va a hacer nada. Iglesias ha llegado al poder para quedarse. Va a colonizar todo el territorio propio y también el ajeno.

¿A qué vino Delcy Rodríguez a España? ¿Qué miembro del Gobierno español ha movido los hilos de esa visita que después tuvo que frenar el ministro Ábalos de manera tan chusca?

¿Cuál es el papel de Iglesias en el caso de la vicepresidenta de Venezuela? La posición del Gobierno de Sánchez con el chavismo no se entiende sin Podemos, igual que en Cataluña donde el mediador, relator o testigo principal es él, en primera persona. ¿A qué vino Delcy Rodríguez a España? ¿Quién del Gobierno español ha movido el hilo de esa visita que después tuvo que parar Ábalos de manera chusca? Sin Iglesias en el Gobierno no hay episodio chavista en Madrid. ¿Quién es el enlace del independentismo catalán? El líder de Podemos en 2017 se reunía a escondidas, en casa del magnate Roures, con el entonces vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras quince días antes del golpe sedicioso. La agenda 2030 de la ONU es una y la de Iglesias otra, con la misma fecha. El plan es desmontar sin que se note la estructura constitucional, política, económica y social de España. Sánchez e Iglesias comparten una alianza de poder, es una joint venture , una inversión conjunta a largo plazo. Que nadie menosprecie el poder y la influencia de Iglesias, se trata de un experto, una termita política.

Una oposición dividida

Iglesias tiene derecho a estar en la comisión ministerial a la que informa el CNI porque es vicepresidente segundo pero sobre todo ha pedido sitio en la mesa porque es el líder del otro partido en un Gobierno de coalición. En la investidura fallida, después de las elecciones de abril de 2019, Iglesias sentenció a Sánchez al anunciarle que nunca sería presidente del Gobierno sin su apoyo. Con menos votos y escaños que entonces, profecía cumplida. El Gobierno social-comunista, así lo ven nuestros socios europeos y Estados Unidos, va a durar varias legislaturas mientras exista el seguro de vida de un Partido Popular disminuido por la existencia de Vox y los abstencionistas de Ciudadanos paseando por la vida pública como “Los otros” de Amenábar. En el PP saben que como mínimo su travesía en la oposición dura ocho años. El poder es una argamasa y un lugar confortable. 2030 es un año como otro cualquiera para ponerse un objetivo que no es tan políticamente correcto como el de la ONU. Iglesias tiene agenda propia y no va a desaprovechar la oportunidad. Solo necesitaba llegar al poder, una sola vez.

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