En 1918, Europa amaneció devastada por una guerra que hizo sangrar a sus ciudadanos y no hizo nada por salvar sus diferencias. En 1939, un nuevo conflicto estalló con raíces en el fascismo y una gran crisis económica.
Tomó décadas de mucho esfuerzo y compromiso para que una nueva generación ofreciera a los europeos lo que sus somnolientos líderes les quitaron entre dos guerras: paz, prosperidad y solidaridad.
Un siglo después, nuestro continente vuelve a encarar divisiones y enfrentamientos. Es el momento de actuar, o el proyecto europeo se puede llegar a fracturar. Los líderes populistas y nacionalistas representan una anomalía a día de hoy que debemos corregir.
Con siete meses por delante para las elecciones en la que ciudadanos de 27 países elegirán la Europa que desean, quiero hacer un llamamiento: reinventemos Europa, de manera que podamos cumplir con las expectativas de sus ciudadanos y reclamar la promesa europea que nos unió originalmente.
Europa está inquieta, preocupada por los retos a los que nos enfrentamos: ecológicos, económicos, migratorios... Los ciudadanos anhelan menos normativas y más acción. Por ese motivo puede dar la impresión que los dirigentes no se están comprometiendo lo suficiente con el proyecto, por falta de una visión común y efectiva.
Pero la promesa europea no está perdida, solo adormecida. Hemos hecho muchos progresos en defensa y control de evasión fiscal, como muestra de que seguimos luchando por este ambicioso proyecto. El discurso del presidente Macron el La Sorbona abraza esta ambición: Ahora es momento de levantarse y convertirlo en realidad.
No es fácil resolver todas las diferencias que llevan enfrentando a los distintos estados miembros durante los últimos 40 años y que nos han llevado a esta Europa, donde los Orbans, Le Pens y Salvinis no tienen nada útil que ofrecer más allá de culpar a la Unión de todos sus males, sin ofrecer ninguna propuesta a cambio. Nosotros tenemos que ofrecer soluciones a todos los problemas europeos.
Por esto, nuestro plan para reinventar Europa es claro:
En lugar de amenazar con “limpieza en masa” como el Sr. Salvini, “deshacernos del islam” como dice el AfD o “terminar con Europa”, como dice la Sra. Le Pen, nosotros proclamamos los fundamentos básicos de la UE: Libertad, prosperidad y solidaridad.
El lugar de jugar con la Justicia o denigrar a la oposición, pedimos respeto estricto por el estado de derecho y hacia las instituciones democráticas.
En lugar de aceptar un continente dividido y débil, a merced de los grandes líderes mundiales fuera de nuestras fronteras, hacemos un llamamiento hacia una Europa soberana que actúe con fuerza, especialmente en los países más desfavorecidos, con políticas económicas y monetarias, seguridad y defensa, acción contra el cambio climático y apoyo a la agricultura, políticas sociales, integración de la inmigración, y adaptación a los cambios digitales.
Por todo esto, nuestro método es claro:
Estamos preparados para reformar los Tratados si es necesario. Reconocer particularidades de cada estado miembro para que pueda progresar y avanzar. Queremos una Europa más unida y estamos abiertos a aquellos que quieran unirse al proyecto común.
Actuaremos con determinación para solucionar obstáculos. Nos comprometeremos a reinventar Europa junto a hombres y mujeres que representen a sus países como se merecen, de norte a sur y de este a oeste, apasionados sobre Europa y preparados para invertir en este histórico proyecto común mientras que otros intentan romperlo.
Ahora tenemos siete meses para convencer a los nuestros ciudadanos que Europa merece este proyecto y una nueva Europa. Siete meses para despertar Europa y hacerla avanzar juntos.
Esta semana, más de 1000 liberales y demócratas europeos nos uniremos en Madrid para compartir y discutir este proyecto común llamado Unión Europea y refundar los valores en los que creemos.
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