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Opinión

España nos une

Hace unos días se celebró en Mérida la asamblea general de la Federación de Asociaciones de Periodistas Españoles, la entidad profesional que agrupa a la mayoría de colectivos que vertebran a los comunicadores de nuestro país. Como presidente del Grupo de Periodistas Pi i Margall acudí porque en este cónclave se debía aprobar nuestra candidatura para formar parte de este organismo. Hasta aquí todo normal. Lo curioso se produjo en los descansos, en los ratos en los que puedes charlar informalmente con compañeros de todos los rincones de la península.

El “qué raro, eres el único que ha venido de Cataluña” o “no entiendo por qué no han venido más” eran los dos hits en mis conversaciones con otros compañeros de profesión. Que una comunidad de la potencia de Cataluña, tanto por el número de medios como por la importancia de los mismos, no estuviera representada de forma masiva en una asamblea de periodistas de toda España les puede sorprender a algunos. Sobre todo si consideramos la proliferación de facultades dedicadas a estas disciplinas en mi comunidad autónoma. Cada año salen hornadas de nuevos comunicadores de las facultades radicadas en los dominios de Carles Puigdemont.

Que una comunidad de la potencia de Cataluña, tanto por el número de medios como por la importancia de los mismos, no estuviera representada de forma masiva en una asamblea de periodistas de toda España les puede sorprender a algunos

Digo lo de “sorprender a algunos” porque los que conozcan más detalladamente la realidad catalana no pueden extrañarse. La voluntad por parte de los partidos políticos hegemónicos en esta comunidad, con la complicidad de buena parte del entramado institucional y profesional catalán, de romper lazos con el resto de España lleva a absurdos como que la FAPE no tenía, hasta hace unos días, ninguna asociación federada que tuviera su ámbito de actuación en Cataluña. Solo actúan las delegaciones de algunas entidades adheridas a este organismo, como la que agrupa a los periodistas deportivos.

Así, se llega a la situación curiosa que la activa delegación de Talavera de la Reina, gran ciudad pero con menor potencial mediático que Barcelona, manda más representantes a la reunión anual que trata sobre los problemas de todos los periodistas españoles que las cuatro provincias catalanas. Y eso gracias a la entrada del Grupo Pi i Margall en FAPE que si no, ni eso. Nada nuevo. La actitud de los que periodistas que dominan los resortes profesionales en Cataluña es el rollito de “España no es ajena porque Cataluña ha de tener contacto directo con todo el mundo, sin intermediarios”. Y muchos callan para no crearse problemas, para no cerrarse puertas para el futuro. Es la ‘omertá’ en el ámbito de la comunicación, como se vive en tantos otros colectivos profesionales en esta zona de España.

Esta actitud implica inventarse un país imaginario, porque en el mundo real es una comunidad autónoma de un país plenamente democrático como España. Y todos los colectivos profesionales de la piel de toro tienen problemas similares y han de unirse para intentar solventarlos. De igual a igual, siendo tan importante un periodista de Mérida como uno de Girona. Sin creerse nadie por encima de nadie yendo por libre y despreciando al resto de compatriotas.

Para eso nació el Grupo de Periodistas Pi i Margall, para fortalecer los lazos que los secesionistas que dominan la mayoría de instituciones catalanas, quieren romper

Para eso nació el Grupo de Periodistas Pi i Margall, para fortalecer los lazos que los secesionistas que dominan la mayoría de instituciones catalanas, quieren romper. Somos periodistas y vivimos en España, así que bueno será que trabajamos conjuntamente con todos los compañeros para dignificar una profesión cada día más precaria y con más incertidumbres. El “nosotros solos” nos divide y nos hace más débiles, cuando los retos son inmensos. No entramos en la política del día a día, no queremos ser el portavoz de ninguna ideología, solo queremos constatar una realidad: queremos romper el tópico que asegura que nuestra profesión en Cataluña está totalmente volcada hacia las tesis separatistas. Queremos que el periodismo sea solo periodismo, y que no sirva para generar división. Rompiendo tópicos dentro del mundo de la comunicación. También entre los catalanes y el resto de españoles.

Dentro de esta voluntad de facilitar la ruptura de tópicos, que los periodistas catalanes conozcan mejor la situación del resto de España, y que en toda la península se tenga la visión más ajustada de la Cataluña real, hemos lanzado un guante a Guillermo Fernández Vara. ¿Por qué? No por ser político. Ni por formar parte de uno de los dos principales partidos de nuestro país. Simplemente porqué los que buscan la ruptura han utilizado a Extremadura para lanzar mensajes propagandísticos que rozan lo insultante.

Mucho del potencial extremeño ha servido no para enriquecer Badajoz o Cáceres, sino a las cuatro provincias catalanas

Desde Cataluña se ha ofendido mucho a unas tierras que han sufrido el drama de la emigración. Mucho del potencial extremeño ha servido no para enriquecer Badajoz o Cáceres, sino a las cuatro provincias catalanas. Miles y miles de compatriotas vinieron a Cataluña para encontrar las oportunidades que su tierra les negaba. Pero su esfuerzo, y el de otros muchos ciudadanos del resto de España, han hecho que Cataluña fuera cada día más próspera. Por eso queremos que Fernández Vara se reúna con periodistas catalanes. Porque nos hemos de conocer mejor. Por supuesto, cumpliendo con nuestro trabajo, controlando al poder político y contando a la sociedad aquellos temas que son de interés público. Con veracidad y profesionalidad. Pero es importante romper el círculo vicioso de declaraciones y contradeclaraciones. Porque España nos une, y hemos de solucionar entre todos los problemas para que el país avance. Ojalá Fernández Vara recoja al guante y venga a Barcelona a explicar a los periodistas catalanes, sin intermediarios, su realidad.

(*) Sergio Fidalgo Piña es Presidente del Grupo de Periodistas Pi i Margall

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