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Opinión

¿La 'fake school' del PSOE?

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en una Asamblea Abierta a la ciudadanía en Córdoba.

"En política, lo primero para hacerlo bien es no defraudar las expectativas"... Todavía debe de estar acordándose de esa máxima Pedro Sánchez, que llegó a afirmar que la Escuela de Buen Gobierno del PSOE este fin de semana en Madrid iba a ser la "foto de la unidad" orgánica después de una pelea interminable.

Cierto que la ocasión la pintaban calva después de su almuerzo de reconciliación con Felipe González el 13 de febrero, pero, consciente o no, en medio vetó a Elena Valenciano para ser presidenta del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo y la vieja guardia socialista se lo tomó como una "provocación"; la prueba del nueve de que Sánchez dice una cosa y hace la contraria: "Habla de unidad y sólo busca liquidar a la mitad del partido que no le votó".

Que se lo digan a Ángeles Álvarez, señalan los numerosos emboscados en el Grupo Socialista, en alusión al intento de Ferraz para que la portavoz en la Comisión de Igualdad del Congreso no tenga más protagonismo del imprescindible. Cómo será, que Sánchez "parece estar dispuesto a ceder hasta la presidencia de la subcomisión para el seguimiento del Pacto contra la violencia de género", escribía este miércoles mi amigo Manolo Sánchez, buen conocedor de los entresijos de la dirección federal. 

"¿De qué unidad habla si está laminando a todo el que no piensa como él?", se pregunta Alfredo Pérez Rubalcaba, el primero en descolgarse de la convocatoria, sobre la que el expresidente González remoloneó unas semanas antes de decir que no con la excusa de un viaje privado a Portugal.

"¿De qué unidad habla Pedro si está laminando a todo el que no piensa como él?", se pregunta Alfredo Pérez Rubalcaba

Y es que el antecesor inmediato del actual secretario general se siente herido por partida doble: por el ninguneo a Valenciano, su número dos, y porque los estrategas de Ferraz pretendían convencer a Rubalcaba de que fuera este fin de semana a la nave Boetticher a dar una masterclass sobre... "Tu vida en fake news". El cachondeo interno y entre los informadores habituales ha sido notable en estas semanas, hasta el punto de que alguno -y no precisamente periodista- la ha bautizado con mala leche como la "Fake school" del pedrismo.

Porque, veamos, si José Luis Rodríguez Zapatero va a hablar sobre "negociación política" y Joaquín Almunia sobre "el futuro de la UE" -lo lógico en sus trayectorias-, ¿de verdad que no interesa interpelar a Rubalcaba sobre "el futuro de España", "de la socialdemocracia", "del Estado de bienestar", "de la educación", del debate "República o monarquía"? No sé, a mí se me han ocurrido esos cinco temas así, al vuelo. Y me pregunto: ¿Pretendían realmente que fuera o que no tuviera más remedio que excusar su asistencia?

Esa misma pregunta le asalta al presidente valenciano, Ximo Puig, quien, según su entorno, había comunicado "hace más de un mes" que el sábado 15 no podría estar con otros presidentes autonómicos, Javier Lambán, Emiliano García-Page, Guillermo Fernández Vara, porque es el día grande de Las Fallas, y aun así la dirección federal no modificó la fecha de su presencia en el programa oficial.  

Da la impresión de que con la Escuela de buen gobierno del PSOE ocurre como con los cestos de cerezas, que una tira del resto. Para bien y para mal. Igual González habría dicho "sí" de no haber visto el follón en torno a la presencia de su colaborador Rubalcaba. Y si González dice "sí", a Susana Díaz -caso distinto al de Javier Fernández, que está de salida, no se habla con el líder y pasa de venir a Madrid a aparentar una unidad ficticia- no le habría quedado más remedio que coger el AVE ese fin de semana para la "foto de la unidad". Y los periodistas no podríamos usar el titular negativo del que llevamos tirando hace semanas. 

 

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