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Ciencia

Es un mito que los humanos tengamos poco olfato

Es un mito que los humanos tengamos poco olfato

En el año 1879, el cirujano y antropólogo Paul Broca - famoso por haber dado nombre al área del cerebro relacionada con el habla - analizó el bulbo olfativo en los humanos y lo comparó con el de otros animales. En su opinión, el menor tamaño de nuestra área dedicada a percibir olores se debía a que las personas tenemos libertad de juicio y no dependemos de nuestro olfato para sobrevivir como le pasa a los perros y a otros mamíferos. Con aquella afirmación, según el investigador John McGann comenzó a forjarse un mito sobre la escasa capacidad olfativa de los seres humanos que, según su análisis comparativo, no tiene fundamento.

En un trabajo publicado este jueves en la revista Science, el científico de la Universidad de Rutgers hace una afirmación extraordinaria: la mayoría de los neurocientíficos están en un error y han contribuido a perpetuar la idea errónea de que nuestro sistema olfativo es inferior al de otros animales, ya que el tamaño del bulbo olfatorio no es determinante en la capacidad de percibir olores. McGann ha estudiado el sentido del olfato durante los últimos 14 años y ha revisado meticulosamente las investigaciones más recientes y los escritos históricos para concluir que existen evidencias de que nuestro bulbo olfatorio es una excepción en la regla del tamaño y que somos capaces de distinguir trillones de olores.

“Somos más sensibles que los roedores y los perros a algunas esencias; somos capaces de seguir rastros de olor”

“Hasta ahora la gente no se ha parado a pensar sobre esta afirmación. Incluso la gente que se gana la vida estudiando el sentido del olfato”, asegura. “Lo cierto es que este sentido es tan bueno en los humanos como en otros mamíferos como los rodadores o los perros”. Según McGann, nuestro bulbo olfativo es comparable en número de neuronas al de otros animales, pero el hecho de haberlo clasificado como un sentido más primitivo ha hecho que los subestimemos.

Tamaño del bulbo olfativo de un ratón y un humano

“Culturalmente se ha sostenido durante mucho tiempo que para ser una persona racional no puedes ser dominado por el olfato”, apunta. “Se asociaba con tendencias animales”. Sin embargo, señala, “podemos detectar y discriminar un extraordinario abanico de olores; somos más sensibles que los roedores y los perros a algunas esencias; somos capaces de seguir rastros de olor y nuestros estados afectivos y nuestro comportamiento son influidos por el sentido del olfato”.

Comparación del número de neuronas en el bulbo olfativo por especies

La idea de que nuestro sentido del olfato es inferior se reforzó en los últimos años con los hallazgos genéticos que indicaban que ratas y ratones tienen genes para alrededor de 1000 tipos diferentes de receptores del olor mientras que los humanos apenas tenemos 400. “Creo que es muy fácil ser engañado por los números”, insiste McGann. “Hemos caído en un sesgo de confirmación por el hecho de que tenemos menos receptores, aunque en realidad tenemos un montón de ellos”. “Los perros puede que sean mejores que los humanos discriminando las orinas de una boca de incendios y los humanos pueden ser mejores que los perros distinguiendo los olores de un buen vino, pero pocas de estas comparaciones tienen soporte experimental”.

“Los perros son mejores distinguiendo orinas, nosotros los olores de un buen vino”

McGann insiste en que el olfato es mucho más importante de lo que creemos. Influye en nuestro comportamiento, evoca recuerdos y emociones y moldea las percepciones. Muchas veces juega incluso un papel inconsciente en como interactuamos con otros, elegimos pareja o nos ayuda a decidir que comer. Y cuando se trata de experiencias traumáticas, el olfato puede ser el desencadenante de una crisis. Incluso recuerda, puedes ser el primer síntoma de que existe una enfermedad neurodegenerariva como el alzhéimer o el párkinson, de modo que los médicos deberían estar mas concienciados, en su opinión, del importante rol que juega el olfato en nuestras vidas.

Referencia: Poor human olfaction is a 19th-century myth (Science) | Imagen de cabecera: FotoMediamatic (Flickr, CC)

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