Quantcast

Ciencia

Los humanos hemos creado una nueva burbuja alrededor de la Tierra

Los humanos hemos creado una nueva burbuja alrededor de la Tierra

Nuestro paso por el planeta no ha dejado solo huella en el registro geológico - inaugurando la era del Antropoceno - sino que también ha cambiado la configuración magnética de la Tierra. Los datos recopilados por las sondas enviadas por la NASA en el año 2012 para estudiar los cinturones de Van Allen así lo indican. Al monitorizar la actividad de las partículas cargadas y procedentes del Sol que quedan atrapadas en el escudo magnético de la Tierra, los científicos han detectado que buena parte de esta radiación está siendo detenida por una especie de barrera de baja frecuencia. En un trabajo publicado en la revista Space Science Reviews, los autores han descubierto que se trata de una barrera de origen humano, provocada por nuestras emisiones de radio, y que se ha ido formando durante las últimas décadas.

https://youtube.com/watch?v=cFYoYUBGw4s%3Fshowinfo%3D0

“Un buen número de experimentos y observaciones han puesto de manifiesto que, bajo las condiciones adecuadas, las comunicaciones de radio de baja frecuencia (VLF) pueden afectar claramente a las propiedades del entorno de alta radiación alrededor de la Tierra”, asegura Phil Erickson, director asistente del Observatorio Haystack del MIT, en Massachusetts. Las responsables del fenómeno son las ondas VLF que se emiten desde estaciones en tierra y se utilizan fundamentalmente para comunicarse con los submarinos, debido a su capacidad para penetrar en las profundidades del océano. Esta capacidad de penetración hace que también se extiendan más allá de la atmósfera y generen una especie de burbuja en torno a nuestro planeta.

Las responsables son las emisiones de radio de baja frecuencia (VLF) que se usan para comunicarse con los submarinos

Para entender lo que están haciendo estas emisiones hay que recordar cómo actúa el escudo magnético de la Tierra, que nos protege de la radiación cósmica y rece y se encoge cuando nos golpea una tormenta solar. En los años 60 se descubrió que estas partículas cargadas procedentes del espacio se acumulan en determinadas zonas de la magnetosfera, llamadas cinturones de Van Allen en honor de su descubridor, James Van Allen. Estos dos cinturones (y un tercero temporal) se extienden en una zona interior (entre 640 y 9.600 km de altura) y una exterior (entre 13.500 y 58.000 km) y las agencias espaciales intentan evitar a toda costa estas zonas porque la radiación puede afectar a los satélites

Los datos de las sondas de la NASA han revelado una curiosa coincidencia: el límite exterior de la barrera de radiación VLF de origen humano coincide exactamente con el límite interior de los cinturones de Van Allen, lo que les lleva a pensar que si no estuviéramos emitiendo en este rango de frecuencias el límite estaría más cerca. De hecho, las comparaciones con el registro histórico tomado desde la década de 1960 indican que esta frontera está ahora mucho más lejos que cuando empezamos las emisiones VLF.

Los resultados de este estudio indican que, de manera accidental, las emisiones VLF están sirviendo para detener parte de la radiación exterior que impacta con nuestro planeta y mantener alejadas estas partículas. Se baraja, incluso, la posibilidad de utilizar este tipo de emisiones de radio para proteger el planeta de grandes tormentas solares e impedir o limitar los daños que producen en los equipos electrónicos.

Referencias: Anthropogenic Space Weather (Space Science Reviews) DOI: 10.1007/s11214-017-0357-5 | NASA's Van Allen Probes Spot Man-Made Barrier Shrouding Earth (NASA)

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.