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Ciencia

Variante de Nepal del coronavirus: lo que sabemos hasta ahora

Se cree que la mutación K417N de la beta ayuda al coronavirus a esquivar los anticuerpos neutralizantes, una parte vital de las defensas de nuestro sistema inmunitario.

Variante de Nepal del coronavirus: lo que sabemos hasta ahora Marco Taliani de Marchio/Alamy Stock Photo

Por Sally Cutler

Cuando recientemente se retiró a Portugal de la lista verde de países a los que podían viajar los ciudadanos británicos, el secretario de transportes del Reino Unido, Grant Shapps, lo achacó a una nueva variante del coronavirus. “Hay una especie de mutación nepalí de la variante india que se ha detectado”, dijo en una entrevista reciente.

Era la primera vez que la mayoría de la gente oía hablar de una “mutación de Nepal”. De hecho, la Organización Mundial de la Salud dijo que “no tiene conocimiento de que se haya detectado ninguna nueva variante del SARS-CoV-2 en Nepal”.

Y, según Public Health England (PHE), no hay ninguna “variante de interés en Nepal” ni “variante preocupante”. Entonces, ¿cuál es la variante de la que habla Shapps? ¿Existe siquiera?

Coronavirus cambiante

La “variante de Nepal” resulta ser la variante delta –la que se detectó por primera vez en la India y que actualmente representa más del 90% de los casos en el Reino Unido– más una mutación conocida como K417N. La mutación K417N se encuentra en la proteína spike (la proyección en forma de hongo en la superficie del coronavirus que le ayuda a entrar en las células humanas).

Los primeros cinco casos en Inglaterra fueron secuenciados el 26 de abril de 2021, según un informe reciente de PHE, y eran contactos de viajeros a Nepal y Turquía.

En el último recuento, hay 36 casos de la “variante de Nepal” en Inglaterra. La mayoría de los casos se dan en personas jóvenes, con dos casos en personas de 60 años o más. De los 36 casos, 11 estaban “asociados a viajes” (seis viajeros y cinco casos entre contactos de viajeros).

Se conocía el estado de vacunación de 27 de los 36 casos registrados de la “variante nepalí”, y los registros mostraban que 18 casos eran de personas que no estaban vacunadas. Sólo dos casos se dieron en personas que habían recibido las dos dosis de la vacuna y habían pasado más de dos semanas entre la segunda dosis antes de dar positivo. No se ha registrado ninguna muerte por esta variante.

¿Por qué la preocupación?

A pesar del escaso número de casos de la “variante de Nepal”, lo que tiene preocupada a la gente es que se trata de la combinación de la variante delta, de gran éxito (que ha matado a cientos de miles de personas en la India), más la mutación K417N, que se encuentra en la variante beta –detectada por primera vez en Sudáfrica– y gamma, detectada por primera vez en Brasil.

Aunque la variante beta no parece ser ni de lejos tan transmisible como la variante delta (fíjense en lo rápido que sustituyó a la variante alfa en el Reino Unido), se cree que la mutación K417N de la beta ayuda al virus a esquivar los anticuerpos neutralizantes, una parte vital de las defensas de nuestro sistema inmunitario.

Esto significa que puede hacer que las vacunas y los medicamentos con anticuerpos sean menos eficaces, y aumentar el riesgo de reinfección, como ocurrió a gran escala en Manaos, Brasil, con la variante gamma.

Estos son los motivos por los que Public Health England está vigilando de cerca la situación. Sin embargo, a falta de pruebas epidemiológicas y de laboratorio que demuestren que la “variante de Nepal” es más transmisible, virulenta o capaz de evadir las vacunas que la variante delta, por ejemplo, la “variante de Nepal” permanecerá fuera de la lista de preocupaciones, al menos por ahora.

Sin embargo, nadie sabe cómo se desarrollará esto en las próximas semanas y meses. Pero una cosa es segura: si delta con K417N se une a la lista de variantes preocupantes de la Organización Mundial de la Salud o de PHE, no se llamará “variante de Nepal”. Se designará con una letra griega. Los nombres de variantes que estigmatizan a los países se están eliminando gradualmente, pero quizás Shapps no recibió el memorándum.The Conversation

Sally Cutler, Professor, Medical Microbiology, University of East London

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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