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Ciencia

Los primeros besos en la boca durante el Neolítico propagaron el virus del 'herpes labial’

El análisis del ADN antiguo indican que hubo una explosión que pudo estar asociada al momento en que empezaron los besos en la boca.

Los besos del Neolítico propagaron el virus del 'herpes labial’ Pixabay

Los besos en el Neolítico ayudaron a propagar el virus del 'herpes labial' que ha llegado hasta nuestros días. Es la principal conclusión de un equipo internacional de científicos dirigido por la Universidad de Cambridge que ha descubierto y secuenciado por primera vez genomas antiguos del virus del herpes que comúnmente causa llagas en los labios, y que actualmente infecta a unos 3.700 millones de personas en todo el mundo. 

Las últimas investigaciones sugieren que la cepa del virus HSV-1 detrás del herpes facial tal como lo conocemos hoy surgió hace unos cinco mil años, a raíz de las grandes migraciones de la Edad del Bronce a Europa desde las praderas esteparias de Eurasia, y los auges demográficos asociados que impulsaron las tasas de transmisión.

El herpes tiene una historia que se remonta a millones de años, y formas del virus infectan especies desde murciélagos hasta corales. Sin embargo, a pesar de su prevalencia contemporánea entre los humanos, los científicos dicen que los ejemplos antiguos de HSV-1 fueron sorprendentemente difíciles de encontrar.

Besos neolíticos

Los autores del estudio, publicado este miércoles en la revista Science Advances, dicen que el florecimiento neolítico del herpes facial detectado en el ADN antiguo pudo haber coincidido con el advenimiento de una nueva práctica cultural importada de oriente: los besos románticos y sexuales.    

“El herpes facial se esconde en su huésped de por vida y solo se transmite por contacto oral”

“El mundo ha visto mutar a COVID-19 a un ritmo rápido durante semanas y meses. Un virus como el herpes evoluciona en una escala de tiempo mucho mayor”, asegura Charlotte Houldcroft, coautora principal del artículo e investigador del Departamento de Genética de Cambridge. “El herpes facial se esconde en su huésped de por vida y solo se transmite por contacto oral, por lo que las mutaciones ocurren lentamente a lo largo de siglos y milenios. Necesitamos hacer investigaciones profundas para comprender cómo evolucionan los virus de ADN como este”, añade. “Anteriormente, los datos genéticos del herpes solo se remontaban a 1925”.

Algunos de los restos analizados en el estudio |Barbara Veselka / Craig Cessford/Cambridge

Herpes en cuatro individuos

El equipo logró encontrar el herpes en los restos de cuatro individuos que se extendieron durante un período de mil años y extrajo el ADN viral de las raíces de los dientes. El herpes a menudo brota con infecciones bucales: al menos dos de los cadáveres antiguos tenían enfermedad de las encías y un tercero fumaba tabaco.

El equipo logró encontrar el herpes en los restos de cuatro individuos que se extendieron durante un período de mil años

La muestra más antigua provino de un varón adulto excavado en la región de los Montes Urales de Rusia, que data de finales de la Edad del Hierro, hace unos 1.500 años. Dos muestras más eran locales de Cambridge, Reino Unido. Una mujer de un antiguo cementerio anglosajón a unas pocas millas al sur de la ciudad, que data de los siglos VI- VII EC. El otro era un hombre adulto joven de finales del siglo XIV , enterrado en los terrenos del hospital benéfico medieval de Cambridge (que más tarde se convertiría en el St. John's College), que había sufrido terribles abscesos dentales. 

La muestra final provino de los restos de un hombre adulto joven encontrados en Holanda: un ferviente fumador de pipa de arcilla, muy probablemente masacrado por un ataque francés a su pueblo a orillas del Rin en 1672. 

"Examinamos muestras de ADN antiguas de alrededor de 3.000 hallazgos arqueológicos"

"Examinamos muestras de ADN antiguas de alrededor de 3.000 hallazgos arqueológicos y obtuvimos solo cuatro resultados de herpes", apunta la coautora principal, Meriam Guellil, del Instituto de Genómica de la Universidad de Tartu.

"Al comparar el ADN antiguo con muestras de herpes del siglo XX, pudimos analizar las diferencias y estimar una tasa de mutación y, en consecuencia, una línea de tiempo para la evolución del virus", afirma la también coautora Lucy van Dorp, delInstituto UCL de Genética.     

El beso que lo cambió todo

"Todas las especies de primates tienen una forma de herpes, por lo que asumimos que ha sido con nosotros desde que nuestra propia especie abandonó África”, añade Christiana Scheib, investigadora del St. John's College de la Universidad de Cambridge y jefa del laboratorio de ADN antiguo de la Universidad de Tartu. “Sin embargo, algo sucedió hace unos cinco mil años que permitió que una cepa de herpes superara a todas las demás, posiblemente un aumento en las transmisiones, que podría haber estado relacionado con los besos”.

“Algo sucedió hace unos cinco mil años que permitió que una cepa de herpes superara a todas las demás”

Los investigadores señalan que el registro más antiguo conocido de besos es un manuscrito de la Edad del Bronce del sur de Asia, y sugieren que la costumbre, lejos de ser universal en las culturas humanas, puede haber viajado hacia el oeste con migraciones a Europa desde Eurasia.   

De hecho, siglos más tarde, el emperador romano Tiberio intentó prohibir los besos en funciones oficiales para evitar la propagación de enfermedades, un decreto que puede haber estado relacionado con el herpes. Sin embargo, durante la mayor parte de la prehistoria humana, la transmisión del HSV-1 habría sido "vertical": la misma cepa que pasaba de la madre infectada al recién nacido.

El emperador romano Tiberio intentó prohibir los besos en funciones oficiales para evitar la propagación de enfermedades

Dos tercios de la población mundial menor de 50 años ahora son portadores del HSV-1, según la Organización Mundial de la Salud. Para la mayoría de nosotros, las llagas ocasionales en los labios que resultan son vergonzosas e incómodas, pero en combinación con otras dolencias (sepsis o incluso COVID-19, por ejemplo), el virus puede ser fatal. En 2018, dos mujeres murieron de infección por HSV-1 en el Reino Unido después de un parto por cesárea.

“Solo las muestras genéticas que tienen cientos o incluso miles de años nos permitirán comprender cómo los virus de ADN como el herpes y la viruela del mono, así como nuestro propio sistema inmunológico, se están adaptando en respuesta unos a otros”, sostiene Houldcroft.

Al equipo le gustaría rastrear esta enfermedad primordial resistente aún más a través del tiempo, para investigar su infección de los primeros homínidos. “El herpes neandertal es mi próxima montaña a escalar”, agrega Scheib.

Referencia: Ancient herpes simplex 1 genomes reveal recent viral structure in Eurasia (Science Advances) DOI 10.1126/sciadv.abo4435 

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