La fábrica de Figueruelas (Zaragoza) ha dado el pistoletazo de salida a la nueva y esperada gigafactoria en un acto al que acudieron el ministro de industria Jordi Hereu y el presidente de Aragon Jorge Azcon, un acto al que a última hora se apuntaba la actual ministra de Educación y futura rival de Azcon por el gobierno aragonés Pilar Alegría.
De hecho, los discursos institucionales han recaído excluvivamente en Hereu y Azcon, que han valorado la cooperación entre el gobierno central y el aragonés para poder llevar a cabo una de las mayores inversiones en el sector que se va a realizar en nuestro país.
Y es que la gigafactoría de Figueruelas va a suponer una inversión superior a los 4.000 millones de euros en un proyecto que acaba de recibir la luz verde y que empezará este mismo año a desarrollarse, con las miras puestas en 2028 para comenzar a producir -junto a la china CATL-las primeras baterías de litio, hierro y fosfato (LFP) destinadas a coches de tamaño pequeño y mediano.
Las nuevas instalación se llevarán a cabo en varias fases, comenzando con la preparación del terreno y la construcción de las primeras estructuras en 2025. Para finales de 2026, se prevé iniciar la producción en una escala inicial, utilizando las instalaciones actuales de Stellantis.
La planta tendrá un impacto directo en el empleo, con la generación de 3.000 puestos de trabajo directos y un impacto económico anual adicional de 10.000 millones de euros, lo que supone casi duplicar la facturación actual del sector automovilístico en Aragón.
Una producción que permitiría hasta un millón de baterías anuales gracias a una capacidad proyectada de hasta 50 GWh para alimentar modelos eléctricos de precios asequibles para los que encaja mejor esta tecnología. Como primer paso, desde hace tres años la planta de montaje de baterías -que no de producción- ya ensambla 35 baterías a la hora, permitiendo ir familiarizándose con una tecnoplogía que será esencial a medio y largo plazo en la fábrica de coches.
Oportunidad para España
Junto a Stellantis la otra pata del proyecto viene de la empresa china CATL, que busca fortalecer su presencia en Europa. El acuerdo incluye fases de desarrollo que se adaptarán a la evolución del mercado eléctrico europeo y a la colaboración continua de las autoridades españolas y de la Unión Europea.
CATL aportará su experiencia en la fabricación de baterías a través de tecnologías ya implementadas en plantas de Alemania y Hungría. La gigafactoria de Figueruelas reforzará su capacidad para satisfacer las metas climáticas de sus clientes, promoviendo la transición energética en Europa y a nivel global.
El ministro de Industria Jordi Hereu expresaba su satisfacción por el comienzo de este gran proyecto que considera una oportunidad para España en la reindustrialización de Europa. Para Europa es una necesidad llevarla a cabo y una inmensa oportunidad para nuestro país que está llamado a ser parte por muchos motivos a tener un papel primordial en esta la reindustrialización de Europa.
Ha resaltado que se trata de uno de los proyectos más relevantes no solo en Europa sino en el mundo, de lo que tiene que ser la construcción de la movilidad sostenible electrificada en las próximas décadas. Y cree que a partir de los programas industriales de los PERTE han aportado lo necesario para poder comenzar a dar vida a este proyecto.
Para el presidente de Aragón, Jorge Azcon, este proyecto es "un anuncio histórico, de los que solo ocurren una vez por década" y ha destacado que la gigafactoría generará un impacto económico en el PIB, las exportaciones y el empleo en la región.