El viral de moda en Estados Unidos es una escena de La Isla de las Tentaciones. A un concursante le enseñan unas imágenes en directo de su novia en pleno fornicio y su respuesta es arrancarse la camisa y salir corriendo hacia el resort de las chicas para interrumpir el coito al grito de “papafrita, papafrita”. Todas las marcas se han apuntado a la moda Montoya y Trump ahora mismo debe estar pensando ponerle aranceles del 25% a los memes españoles y del 50% a los catalanes, que ha escuchado que son rojos y okupas.

Si esto se materializase, ni siquiera sería su propuesta más surrealista. Anteayer mismo anunció que estaba pensando desalojar a los gazatís de Gaza y quedarse Gaza para Estados Unidos, montar un Disneyworld o algo muy americano con hamburguesas, batidos y menús de 6.000 calorías. Dentro de 50 años será gracioso leer en los libros de Historia que Trump llegó a presidente porque el que iba a ser su oponente no estaba bien de la azotea.

Trump ha movido tanto la ventana de Overton que esta mañana el rapero Kanye West, declarado trumpista, ha tuiteado literalmente que ama a Hitler. Si no sabes quién es Kanye West, es el rapero bipolar que va paseando a su novia desnuda por todos sitios como si fuese un trofeo.

Todo se ha vuelto raro de repente en el mundo. Tenemos neonazis negros como Kanye West y transexuales fachas como Karla Sofía Gascón. La izquierda ha pasado en una semana de llamarla diva, icono y pedir el Oscar a llamarla vergüenza y exigir su cancelación por unos tweets antiguos. Netflix ha cedido y la ha excluido de la gira promocional. Ha pasado de favorita a no tener opciones y, sin embargo, la película sigue siendo la misma. La demostración de que desde hace años, mucha gente vota y premia artistas y productos por afinidad ideológica y no calidad.

Hoy en Tuitopía: La Isla de las Tentaciones, Kanye West y Karla Sofía Gascón.

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