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Padre o hijo, ¿Quién liga más? Nicolás Coronado nos responde

Nicolás Coronado `participa en un evento solidario (Gtres)

Su profesión frustrada es el baloncesto, y su pasión, la pintura. Mientras el hijo de José Coronado hace realidad su sueño de exponer su primera muestra de pintura, conforme a su frustración profesional, solo ha podido conformarse con unas canastas solidarias. Aunque la aportación no ha sido poca. Hasta 4.000 euros han ido destinados a Fundación Bobath para ayudar a niños discapacitados.

Con respecto a la exposición de pintura, Nicolás nos asegura que “de momento pinto solo en acrílico y esta primera muestra la titularía No seas mente, sé corazón, porque ha dibujado a animales, y él los considera más emocionales. Y aunque su corazón lo ocupa la modelo Ainara Arístegui, su pasión sigue siendo la de ser pintor.

Todo esto es muy bonito. Precioso. Pero lo que a nosotros nos interesan son los líos de faldas que se trae su padre. “Te voy a decir lo mismo que estoy diciendo a todos los periodistas: estoy muy bien educadito y no me meto a hablar de la vida personal. Hablo de mi trabajo y de mi vida, pero, en la vida personal de otros, ya no me meto”, nos responde.

Pero no queremos dejarlo ahí. ¿Quién es más ligón? ¿El padre o el hijo? Nicolás se ríe, y es tajante: “Mi padre”.

De hecho, él le apoya en la vuelta sentimental con su novia de cinco años, Elena González. Le gusta y la aprueba: “Por supuesto que es una buena novia”.

De hecho, atrás parece quedar el amor de verano con la aristócrata, Eugenia Martínez de Irujo. Porque si de algo presume José Coronado es de ese ‘galanterío’. De poder presumir de sus mil amores y de poder decir, si le diera la gana, que este verano estuvo con una aristócrata. Nada más y nada menos que de la Casa de Alba. Que se lio con ella y le sacaron en el ¡Hola!, pero que después se dio cuenta de que en realidad seguía enamorado de su ex. 

Esa es una cosa. Pero otra de la que puede presumir es de su buena amistad con su propio hijo, fruto de su relación con Paola Dominguín hace 27 años. “Mi padre y yo somos muy amigos y nos contamos todo”, nos explica su hijo.

Y es que, pese a que ligue más el padre que el hijo, los dos tienen mucho en común. “A mí me encantan las mujeres, me parecen de las cosas que más bonitas que hay. Don Juan es como es y yo, según como vaya presentándose la vida, las voy toreando como mejor pueda”, nos cuenta Nicolás.

Pues eso, que de tal palo, tal astilla, y que la especie no se extinguiría si solo quedaran sobre la faz de la tierra, los Coronado.

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