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Las locas vidas de los grandes emprendedores de Internet

John McAfee ha aprendido a reírse de su propia fama.

Como en la vida misma, entre los empresarios tecnológicos hay de todo: hay quienes se casan con su pareja y duran juntos toda la vida, pero el dinero y el poder (y, por supuesto, su propia personalidad) hacen que muchos de ellos se lancen a una sucesión de conquistas sentimentales, compras extravagantes, fiestas sin fin y drogas (legales o ilegales) que no han afectado necesariamente a sus fortunas. Hoy repasamos las vidas de los tres emprendedores digitales cuyas aventuras personales han llenado tantas páginas de la crónica social como de los medios tecnológicos.  

John McAfee

Si hay un ‘rey’ de Internet que se jacta de su vida pendenciera, ese es John McAfee, el creador del famoso antivirus que lleva su apellido. Británico de nacimiento aunque residente en Estados Unidos desde la adolescencia, McAfee experimentó con sustancias psicotrópicas en los años 60 hasta que un ‘mal viaje’ le acabó llevando hasta Silicon Valley en los años 70, aunque no fue hasta los 80 cuando decidió buscar ayuda. Poco después fundaría la compañía que desarrollaría el software antivirus que le haría rico y a mediados de los 90 vendió sus acciones, obteniendo unos 100 millones de dólares. Se mudó a Belice buscando nuevas inversiones en el mundo de los antibióticos, pero en 2012 huyó del país caribeño antes de que pudiera ser interrogado como persona de interés en relación con el asesinato de su vecino y acabó siendo arrestado en Guatemala y deportado a EEUU. Convertido en una caricatura de sí mismo, ha llegado a grabar un vídeo denunciando el programa que él mismo creó mientras se ríe de su propia imagen apareciendo rodeado de armas, drogas simuladas y mujeres. La semana pasada fue detenido de nuevo, en esta ocasión por conducir bajo los efectos de las drogas, aunque él asegura que se debió a una mala reacción a los ansiolíticos que toma.

Elon Musk

Las acertadas decisiones de Elon Musk le han convertido en uno de los empresarios tecnológicos más exitosos de esta década y en todo un referente en cuanto a la economía digital. Musk ha invertido o creado algunas de las empresas más innovadoras de los últimos años, desde el servicio de pagos digitales Paypal hasta la empresa aeroespacial Spacex pasando por el fabricante de vehículos eléctricos Tesla Motors. Sin embargo, esa misma audacia que demuestra en sus negocios es la que parece faltarle en su vida personal. Hace tan solo unos días los medios estadounidenses publicaban que Musk ha decidido retractarse del divorcio de su segunda mujer, la actriz Talulah Riley, conocido el pasado mes de enero. Nada extraño si no fuera porque era la segunda vez que ocurría esto: en 2012 el matrimonio decidió divorciarse y un año después volvieron a casarse. Definitivamente, esto de las rupturas sentimentales no es el fuerte de Musk: de su primera mujer, Justine Musk, se separó legalmente en 2008 y todos los trapos sucios familiares quedaron al aire después de que ella fuera desvelando diversos detalles en un reportaje de la revista Marie Claire.  

Larry Ellison

Las leyendas que circulan en torno a la figura del fundador de Oracle son tantas que hay quien duda de que puedan ser reales. Lo cierto es que a lo largo de las décadas, este septuagenario multimillonario (este lunes cumple 71 años) no se ha cortado un pelo a la hora de disfrutar de su fortuna. No solo hablamos de yates (ha sido propietario de algunos de los mayores del mundo e incluso ha llegado a patrocinar, a través de Oracle, uno de los equipos que compiten en la Copa del América), sino de sus adquisiciones (ha tratado de hacerse con equipos de la NBA en varias ocasiones), de sus extravagancias y de su vida sentimental. Casado y divorciado en cuatro ocasiones, Ellison tiene fama de playboy: ha escogido cada vez a parejas más jóvenes (su última esposa, Melanie Craft, tenía 25 menos que él) y actualmente se deja ver con la joven de origen ucraniano Nikita Kahn, con quien organiza eventos benéficos junto a las estrellas de Hollywood y a quien ha llegado a dedicar un restaurante en Malibú (un ruinoso negocio para el empresario, que decidió cerrarlo el pasado diciembre).  

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