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¿Está bien vista la promiscuidad en los famosos?

Las ventajas de la fama son innumerables. Por mucho que las caras conocidas quieran hacernos creer que se trata de un enorme sacrificio, que ya no pueden hacer una vida normal y que el éxito se paga con la pérdida de la intimidad, ninguno recoge sus bártulos y empieza una nueva etapa alejado de las cámaras. La fama conlleva, en la mayoría de los casos, unas remuneraciones impensables en cualquier otro ámbito -¿han visto ustedes el 'triplex' de Terelu Campos con piscina privada incluida? 450 metros cuadrados que no se consiguen siendo funcionario del grupo B-, unos privilegios a la hora de conseguir prendas, complementos y pases exclusivos y sí, una vida sexual con los límites que cada uno se imponga. Salir en la televisión o en las revistas supone un plus de sexappeal que no lo otorgan unas curvas impactantes o unos pectorales de acero. Y ahí ya, cada uno con su libertad puede hacer lo que quiera. ¿O acaso pensaban que la corte de amantes de Kiko Rivera se debía a su elaborada e interesante conversación?

Jorge Javier fue un joven tímido y retraído que llegó a abandonar la televisión por el pudor que le causaba aparecer en plató.

Jorge Javier Vázquez le confesó a Risto sentado en esos sofás que tan buena audiencia le están dando a LaSexta que por su cama -o por la de otros, o por dónde fuera- han pasado unos 300 hombres y lo hizo ante la incredulidad de su actual pareja, que se aferró a un clavo ardiendo -nunca mejor dicho- y confió en que todo era mentira. Pero piénsenlo, 300 no son tantos. Contando que Jorge Javier perdió su virginidad sobre los 20 -así lo cuenta en su libro- y tiene ahora 44, sale a una media de 12 amantes al año, uno al mes durante los últimos 24 años. Evidentemente, el presentador habrá tenido sus etapas más tranquilas y sus meses más locos, pero en resultado no es para llevarse las manos a la cabeza.

¿Cuántos hombres y mujeres conocen que podrían superar estos números? Piensen que Jorge Javier fue un joven tímido y retraído, que llegó a abandonar la televisión por el pudor que le causaba aparecer en plató -por mucho que ahora nos cueste imaginarlo-. Con la fama llegarían las proposiciones, los flirteos y todo un universo hasta entonces desconocido.

Tópicos sociales en el amor

Lo más curioso es que, por mucho que pasen los años y creamos que la sociedad evoluciona, continuamos tropezando en los mismos tópicos. A nadie le extrañó cuando a Julio Iglesias se le atribuyeron más de 3000 amantes -a una media de dos por semana-, y todo sin contar sus años de juventud y obviando el dato de que el cantante ha estado casado gran parte de su vida adulta. Julio siempre será ese conquistador latino, ese galán que seduce con la mirada, ese paradigma de hombría bien entendida, mientras que el pobre Jorge Javier es un degenerado. ¿Seguimos pensando que el hombre que colecciona mujeres es un héroe mientras que el que se acuesta con varios hombres es un depravado?

Y eso sin entrar en la fama que se labró Brigitte Bardot declarando que había estado con unos 5000 hombres. Por mucho que queramos imaginar una España moderna y liberada, todavía nos queda mucho camino hasta igualarnos con los países nórdicos.

El récord en amantes lo ostenta el actor Charlie Sheen.

Pero Julio Iglesias no es el famoso que ha compartido cama con más amantes -ni en latin lovers conseguimos destacar-. El récord lo ostenta el actor Charlie Sheen, que presume -sí, presume- de haberse acostado con más de 5000 mujeres en sus 49 años de existencia. Una cifra del todo astronómica si pensamos que el segundo en el ranking es el veterano Gene Simmons, cantante de Kiss, con 4.500 mujeres a sus 65 años -está claro que la famosa lengua de Simmons no era sólo un reclamo publicitario-. Por detrás de Julio Iglesias se sitúan el cantante Engelbert Humperdinck, el actor Jack Nicholson o el jugador de baloncesto Magic Johnson. Evidentemente se trata de cálculos aproximados y especulaciones en base a algunas declaraciones de los implicados, pero las cifras son las cifras y en este ranking, Jorge Javier no es más que un aficionado.

Si han tenido la oportunidad de leer los dos volúmenes de 'Hollywood Babilonia', de Kenneth Anger, o el más reciente 'Servicio completo', de Scotty Bowers -si no lo han hecho, deberían anotarlos-, habrán comprobado que lo que ahora nos llama tanto la atención, era de lo más común en el Hollywood dorado.

Estrellas que vivían rodeadas de orgías, matrimonios para acallar a la opinión pública que tan sólo ocultaban una vida sexual de lo más arriesgada y celestinas con pantalones, como el propio Bowers, que se dedicaban a proveer de amantes a casi todo el plantel de respetables actores y actrices. Esas eran las consecuencias de la fama entonces, y esas siguen siendo ahora. Y como decía ayer el presentador en el repaso a la crónica social, “he perdido mucho el tiempo”. ¿No tienen ustedes esa sensación?

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