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Joaquín Torres: las grandes fortunas le dan la espalda pero la televisión le abre sus puertas

El arquitecto Joaquín Torres (Gtresonline).

Y eso que fue uno de los artífices de la urbanización búnker más lujosa de España: la Finca, en Madrid. Trabajaba mano a mano con su principal fundador, el fallecido Luis García Cereceda. Proyectaba las casas de Zidane, Raúl, Borja Thyssen, Hierro o Benzema mientras paseaba su éxito de photocall en photocall. Hasta que las desavenencias judiciales con las herederas del patriarca le han llevado a abandonar su vivienda en La Finca a finales del pasado mes de noviembre.

Casi al mismo tiempo se ha lanzado a buscar nuevos mercados con su estudio A-cero, dominado por las pérdidas y que trata de salir a flote apoyado en los proyectos que desarrolla en el extranjero. Parece que últimamente a Joaquín Torres le va mejor fuera que dentro de nuestras fronteras: Dubai y Líbano son algunos de los lugares que han reclamado los servicios de este arquitecto.

También lo intentó con la colonia Las Marías, situada en Torrelodones. Pero no funcionó tan bien como él esperaba. Y eso que tuvo gran repercusión mediática y a su presentación acudieron importantes personalidades del mundo empresarial, social, político y deportivo. Pero el proyecto fue desinflándose progresivamente, en parte por la crisis económica.

Joaquín Torres ya no es lo que era. Esa cartera de exclusivos y famosos clientes se ha ido resintiendo. Aunque él asegura que prefiere a los compradores anónimos porque, aunque no le dan renombre, no son tan problemáticos a la hora de hablar de ellos.

El arquitecto de los famosos se convierte en estrella

Y eso es justamente lo que ha venido haciendo Torres de un tiempo a esta parte. Ha cambiado los planos y el cartabón por la cámara y el micrófono. Lejos de mantenerse en un discreto segundo plano, acude con asiduidad a los platós de televisión a hablar de sus diseños, lo que no sienta nada bien a muchos de los que otrora buscaban sus servicios.

La high society desconfía de él. A sus miembros les preocupa que pueda revelar datos sobre su intimidad. Porque el arquitecto guarda un as en la manga en cada uno de sus contratos: no renuncia a la autoría de cada una de sus casas, por lo que puede hablar libremente de ellas.

Claro que al tiempo que Torres ha ido ganando popularidad, parece haber perdido prestigio de cara a sus exclusivos clientes. Según se ha alejado de la jet set, se ha acercado al pueblo llano. Supercasas en laSexta o Sálvame en Telecinco son sólo dos ejemplos de su presencia mediática, que ahora se ha multiplicado llegando al punto de la sobreexposición. De compartir cenas con empresarios de primer nivel ha pasado a compartir mesa con tertulianos del corazón, a engordar su vanidad televisiva, a convertirse en personaje del cuore, sacrificando parte de su proyección profesional como arquitecto.

Porque las grandes fortunas del país con las que ha llegado a codearse en otro tiempo han preferido marcar distancias con Torres. Su escasa discreción ha sido su mayor enemigo en un sector donde la confidencialidad es casi sagrada. Los potenciales compradores lo saben y se apartan de él. Se ha granjeado mala fama en el gremio. Pero poco le importa. No cree que el cambio haya sido negativo. De hecho, insiste en que le va muy bien. Acaba de sacar al mercado una revista de decoración y las editoriales pugnan por él.

Por si fuera poco, lo que no ha contado en televisión, lo ha hecho en el libro Detrás de la puerta. Vivencias y consejos del arquitecto que da alma a las casas. En él recoge algunas curiosidades de sus clientes, así como su peculiar método de trabajo que le ha acarreado más de un problema: se empeña en conocer todo lo que puede al cliente en cuestión antes de proceder a diseñarle su casa.

Con todo, Joaquín Torres es de la opinión de que su progresión no ha hecho más que empezar. De que le esperan muchos triunfos y de que su carrera va viento en popa. A pesar de que ha tenido que poner en venta una residencia en Ibiza, suscitando todo tipo de rumores acerca del estado de su patrimonio. O de que su estudio registre pérdidas. A pesar incluso de que algunas de las 25 empresas en las que figura carecen de liquidez. Joaquín Torres insiste en que no está arruinado. Muchos de sus clientes no le han pagado, reconoce. Mientras, sigue paseándose por los platós.

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