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Estrellas estrelladas: los negocios fracasados de los famosos

Eva Longoria durante un evento celebrado en Beso (Gtresonline).

Algunos de ellos lo han perdido todo y se han visto obligados a tener que pedir trabajo para sobrevivir. Es el caso más extremo, el del ex futbolista italiano Christian Vieri, actualmente, en bancarrota. Repasamos los negocios fallidos de las celebrities internacionales más destacadas.

Eva Longoria (Cadena de restaurantes y club Beso). La actriz estadounidense abrió en 2008 junto al chef Todd English su primer restaurante en West Hollywood, especializado en comida mexicana, con el sugerente nombre “Beso” en español. Un año después, ella y su socio decidieron expandir su negocio abriendo otro establecimiento en Las Vegas, dedicado esta vez a comida americana (más concretamente, a las carnes rojas) llamado Beso Steakhouse. Junto al restaurante decidió montar un club nocturno que ha sido su mayor fracaso empresarial. La deuda contraída de 5,7 millones de dólares obligó a la actriz a echar el cierre del local en 2011.

Pero su fracaso le dio más fuerzas para lanzarse a otro nuevo proyecto. En 2013 inauguró otro establecimiento, esta vez un club exclusivo para mujeres situado en Las Vegas y al que bautizó como SHe. El restaurante está construido en el mismo lugar que ocupaba el Beso Steakhouse y lo regenta junto con su socio, Tilman Fertitta, un destacado hombre de negocios, propietario de la cadena de restaurantes Landry’s y las agencias de Bentley y Rolls Royce de Houston. De momento, parece que el negocio marcha.

Top models internacionales (Fashion Café de Londres y Barcelona). Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Christy Turlington y Elle MacPherson, en resumen, las cuatro modelos más cotizadas de los 90, invirtieron en una cadena de restaurantes de lo más chic, más que nada porque ellas eran un buen reclamo. La idea era unir dos conceptos: moda y hamburguesas, aunque no pareció la más idónea. Dos de las ocho franquicias que tenían abiertas alrededor del mundo quebraron en menos de dos años. El local situado en Londres se declaró en quiebra en 1998, después de invertir una gran suma de dinero en remodelar el antiguo cine Rialto y convertirlo en cafetería. También en ese año cerró la franquicia de Barcelona, que estaba ubicada en pleno Paseo de Gracia.

Christian Vieri (bancarrota). El ex delantero del Atlético de Madrid está actualmente en la ruina después de que la firma BFC en la que invirtió 16 millones de euros haya quebrado. El que fuera ídolo en el Inter y el Milan está desesperado y pide trabajo como entrenador para poder solventar sus graves problemas económicos. Su carrera en el mundo de los negocios comenzó en 2009 tras anunciar su retirada como jugador profesional. Toro Vieri se puso al mando de la empresa BFC, de la que también tenía participaciones su madre. Pero no le fue nada bien, pues aportó 3 millones de euros y ha terminado perdiendo más de 16 millones.

El futbolista, gran aficionado a la moda y el diseño, probó suerte en este terreno lanzando en 2009 su propia línea de preservativos, Akuel Blues Sweet Years Limited Edition, perteneciente a la firma de moda Sweet Years, de la que era socio junto a Paolo Maldini. Los beneficios obtenidos con la venta de los profilácticos fueron donados a programas de educación sexual para niños sin recursos. Lo cierto es que de ser una estrella del fútbol italiano ha pasado, a sus 40 años, a tener que pedir trabajo para poder comer. La vida de Vieri siempre ha sido muy desordenada. A su fracaso empresarial se le suma su gran afición al póker, que también le ha hecho perder grandes sumas de dinero.

Woody Harrelson (Bar de oxígeno). A veces la originalidad se paga cara y ser el primero en un negocio insólito puede augurar un fracaso rotundo. Esto es lo que le pasó al actor de Asesinos natos. En 1997 abrió en California el primer bar de oxígeno, el O2. Allí, por 15 dólares, uno podía conseguir un “chute” de 20 minutos de oxígeno con o sin aroma de frutas. La idea parecía divertida pero la novedad no duró mucho. Después de una gran inversión, el actor tuvo que cerrar al poco tiempo. A pesar de que la idea por aquellos años parecía arriesgada, en la actualidad los locales de oxígeno se han puesto muy de moda entre las celebrities y la gente in, sobre todo en Estados Unidos.

Las hermanas Kardashian (Tarjeta de crédito). Kim, Khloe y Kourtney Kardashian cedieron su imagen en 2012 para la creación de su propia tarjeta de débito, la Kardashian Card. La polémica no se hizo esperar después de que numerosos clientes denunciaran cargos adicionales que estaban ocultos en la “letra pequeña”. Las hermanas afirmaron no ser responsables de esos cobros e iniciaron una batalla legal con la empresa encargada de lanzar la nueva tarjeta de crédito, Revenue Resource Group. Pidieron a la entidad que retirara su imagen pero la empresa contratacó con una demanda de 75 millones de dólares por incumplimiento de contrato.

Natalie Portman (Vegan Shoes). Ser vegano está de moda, sobre todo entre las celebrities. Buena prueba de ello es que la actriz Natalie Portman, que además de vegetariana es una gran defensora de animales lanzó en 2008 una línea de zapatos ecológicos realizados con piel artificial para la firma Té Casan. El problema fue el precio de cada par, que rondaba los 300 dólares, una cantidad muy elevada para un calzado que ni siquiera es de piel. La colección estaba disponible en la página web de la firma tecasan.com y también físicamente en una boutique neoyorkina. El 5% de los beneficios obtenidos con las ventas estaba destinado a la fundación Nature Conservancy, dedicada a la conservación de ríos, pero lo cierto es que las ventas no fueron suficientes y la tienda terminó cerrando a los pocos meses.

Donald Trump (Revista Trump World). Los grandes hombres de negocios también fracasan. El multimillonario norteamericano tiene todo un emporio, desde su propia firma inmobiliaria, la Trump Organization, hasta una torre con su nombre. Hoteles, casinos…los negocios más florecientes y prósperos están en sus manos. Pero también ha tenido proyectos empresariales que no han llegado a buen puerto. Además de verse afectado en los 90 por la crisis económica, una situación que casi le cuesta la ruina, el ejemplo más significativo de su gran error como empresario fue el lanzamiento en 2004 de la revista bimensual Trump World dedicada al mundo del lujo y el éxito. Editada por Michael Jacobson, quien tenía muy claro cuál era su target (ricos y aspirantes a ricos), el magazine dejó de imprimirse en 2009 por las escasas ventas. 

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