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Cayetano Martínez de Irujo acoge a una familia de refugiados sirios desde hace un año y medio

Cayetano Martínez de Irujo, durante un campeonato de hípica este verano (Gtres).

La crisis humanitaria provocada por los múltiples conflictos que sacuden Oriente Próximo nos está mostrando el lado más oscuro del ser humano, pero también ha servido para que descubramos en nosotros mismos nuestra faceta más solidaria. En este segundo grupo se encuentra Cayetano Martínez de Irujo, que ha sorprendido a propios y extraños al reconocer, en declaraciones a noticias Cuatro, que mantiene desde hace un año y medio a una familia de refugiados sirios que abandonaron el país árabe por culpa de la guerra que sufre desde hace más de tres años.

El hijo pequeño de la duquesa de Alba, que arrancaba la semana apareciendo en la prensa por un asunto tan diametralmente opuesto a este como es su ruptura sentimental, aparecía este sábado en las pantallas del canal de Mediaset para explicar cómo y por qué decidió acoger a la familia de Salam, un urólogo sirio que habla cinco idiomas. Fue hace un año y medio, cuando tras conocer la historia de estos refugiados recién llegados a España a través de una entrevista que les realizaron en un diario de tirada nacional, decidió moverse para buscarles un lugar donde empezar una nueva vida.

"De repente vi un titular que decía ‘Preferimos volvernos a morir bajo las bombas que quedarnos míseramente viviendo en la calle’”, ha explicado Cayetano a Noticias Cuatro. El aristócrata decidió que tenía que hacer algo y habilitó el espacio de su cortijo del pueblo sevillano de Carmona, donde Salam y los suyos viven desde entonces. “Siempre hago las cosas pero no las digo”, asegura Cayetano para justificar el hecho de que haya mantenido este secreto durante tanto tiempo.

El conde de Salvatierra se muestra muy concienciado acerca del conflicto armado que enfrenta al régimen de Bashar al-Assad con los rebeldes y el grupo terrorista ISIS por el control del territorio sirio y los estragos que la guerra ha causado en la población del país. Sus críticas apuntan hacia la inacción de la sociedad internacional. “Estoy enfadado e impotente”, asegura: “Me parece incalificable sobre lo que está sucediendo”. Mientras la crisis de los refugiados aumenta en escala con el paso de los meses, Cayetano continúa ayudando a Salam a convalidar su título y le enseña español, pero sobre todo le demuestra la solidaridad del ser humano: “Con la ayuda de Cayetano tenemos un futuro muy bueno”, asegura la mujer de Salam. 

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