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Paul Schockemöhle y su fábrica de semen

Paul Schockemöhle (Wikimedia Commons/ Olaf Kosinsky CC BY-SA 3.0)

En Totilas, el caballo más preciado de Paul Schockemöhle dado su excelso rendimiento deportivo y el valor de su semilla, el empresario alemán se gastó algo así como unos quince millones de euros. A quien suene excesiva la inversión hecha en Totilas hay que recordar que éste es un semental de color negro que acumula en su palmarés tres títulos mundiales de doma clásica y un par de oros en campeonatos europeos.

Ahora bien, rentabilizar la inversión hecha en sementales como éste no sólo es cosa de ganar competiciones. De hecho, en el catálogo de la empresa de Schockemöhle dedicada a la venta de esperma, el precio del semen congelado de Totilas alcanza los 8.000 euros. “Es el mejor caballo de doma clásica de todos los tiempos”, justifican en la compañía equina germana. Totilas “es un caballo como sólo se quiere uno una vez en la vida”, ha dicho el propio Schockemöhle, aludiendo a su millonaria compra.

Una prestigiosa descendencia

A través de su descendencia, Totilas también está justificando y haciendo rentable su altísimo precio. Hace dos años, un potro suyo, Total Recall, se vendió por 200.000 euros, todo un récord. En 2011, “sus primeros descendientes ya eran excepcionales y se vendían a precios de lo más alto”, aseguran en la empresa de Paul Schockemöhle. Hace tres años, de hecho, se pagaron 105.000 euros por otro descendiente de Totilas, Total Ideal. Ese montante fue algo más que los 100.000 euros por los que cambió de manos el año pasado Toto Junior, otro potro del semental de prestigio internacional.

Esas son, sin duda, algunas de las ventas más espectaculares de la firma que lleva el nombre y apellido de Schockemöhle. En su ya dilatada carrera como empresario, este ex jinete dice haber vendido unos 20.000 caballos. De entre los miles que posee -unos 5.000- sólo el semen de algo más de una treintena está a la venta en su catálogo. El más caro es, de lejos, el de Totilas. Aun así, el precio medio que suele tener la semilla sus animales ronda los 1.000 euros, impuestos aparte. En total, el capítulo reproductivo de la empresa de Paul Schockemöhle factura entre seis y siete millones de euros anuales. Cada semental cubre unas 6.000 yeguas al año.

La cuadra más grande del mundo

Así, sólo a través del semen de caballo, Schockemöhle se embolsa casi la mitad de los 16 millones de euros que cuesta mantener sus cuadras, donde trabajan unas 350 personas. Entre ellas, hay un equipo capaz de ocuparse de las yeguas de cualquier propietario interesado en tener un potro de los sementales del otrora jinete olímpico. Otra opción consiste en recibir congelado el semen, que puede dar para tres tentativas de dejar preñada a una yegua. “Esto es una fábrica, una empresa de las grandes”, afirma a este magazine un veterano colaborador de Schockemöhle. Su mayor cuadra se sitúa en Mühlen (oeste alemán) y es “la más grande del mundo”, señalan a Marabilias desde la empresa alemana.

La idea de base que tiene Paul Schockemöhle a la hora de hacer negocios se resume en “buscar lo mejor para ser el número uno”, aseguran quienes lo conocen. Esta lógica explica compras como las de Totilas. O la de Breton Woods, un caballo de competición adquirido siendo muy joven y que costó en su momento dos millones de euros. Sin embargo, también juega a favor del criador alemán el reconocimiento planetario del que goza “la sabiduría de Paul Schockemöhle”, apuntan en su empresa equina.

Paul Schockemöhle, un deportista nato

Los éxitos del ex jinete también contribuyen a la buena reputación de la que goza el legendario deportista. En sus mejores años, Paul logró sendas medallas de plata en la prueba por equipos de los Juegos de Montreal 1976 y de Los Ángeles 1984. Más decisivo para que Paul Schockemöhle haya pasado a la historia del deporte es que en los años ochenta ganara de forma consecutiva tres campeonatos de Europa, un récord todavía a batir.

Paul Schockemöhle luego se dedicaría a entrenar y a formar a otras figuras de la equitación alemana. Entra ellas se encuentra Ludger Beerbaum, quien se ha colgado cuatro oros olímpicos en otros tantos Juegos. “Hasta cincuenta de los mejores jinetes que hay ahora mismo en el circuito están vinculados a la escuela de Schockemöhle, ya sea porque se han entrenado aquí, o porque sus entrenadores se formaron aquí”, indican a este magazine fuentes cercanas al mítico jinete.

Pese a su amor por los caballos, Paul Schockemöhle es hoy sobre todo un hombre de negocios, con medio centenar de empresas que facturan millones de euros. No pierde una oportunidad para hacer negocios. Por eso aprovecha hasta el semen de sus caballos.

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