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Mémesis

Peligra la impresión 3d tal como la conocemos hoy, la Unión Europea quiere identificar a los usuarios

Cajas para quimioterapia impresas en 3d

La impresión 3d es uno de los últimos reductos de desarrollo colaborativo y libre que queda en la red. Un tecnología que ha crecido como la espuma gracias al software y hardware libre, al trabajo desinteresado de miles de modeladores y desarrolladores que ceden sus diseños a la comunidad a cambio de disponer de otros. Un sector que es fuerte sin monopolios, sin injerencias ni el poder de la industria o grandes marcas. 

Gracias a la impresora 3d hemos visto proyectos solidarios como el de un tipo que invierte su dinero y su tiempo en imprimir prótesis en 3d para luego llevarlas a África. O una comunidad de 500 voluntarios que imprime cajas de superhéroes para ocultar la quimioterapia.

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Pero esta comunidad 'maker', tal como la conocemos hoy, está en peligro.

El Parlamento Europeo ha decidido que es hora de regular la impresión 3d y el pasado 3 de julio aprobó una "Resolución sobre la impresión tridimensional, un reto en el ámbito de los derechos de propiedad intelectual y de la responsabilidad civil" para avisar a sus miembros de la necesidad de legislar en defensa de los derechos de creadores y consumidores. El problema es que para defender los derechos de unos es probable que se pongan en peligro los de otros y no sean tampoco ecuánimes en el reparto de los beneficios obtenidos.

Lámpara de Iron Man para imprimir en 3d

Imagina que te compras una figurita de Marvel, llegas a casa, la escaneas e imprimes con tu máquina 3d una versión modificada para pintarla. Estás infringiendo los derechos de autor de la obra pero si el uso es privado la multinacional no va a ir por ti porque no le sale rentable (no porque crea que no lo estás haciendo mal).

El problema surge cuando subes el archivo a la comunidad y alguien lo aprovecha para imprimir 30 figurillas, pintarlas y venderlas en un mercadillo veraniego. Ahí es cuando Disney (propietaria de Marvel) va a ir a por el que las vende y —más que probable— a por ti. La UE quiere facilitarle la tarea trazando a todos los actores de este proceso.

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¿Un nuevo DRM?

Parece lógico que la normativa se adapte para impedir el enriquecimiento ilícito, como pasa en la música o contenido audiovisual, pero la complejidad es mucho mayor. La idea del Parlamento Europeo es garantizar la trazabilidad de los objetos para poder llegar al infractor y así desmotivar las creaciones ilegales. Aunque no dice cómo hacerlo propone a la Comisión crear los sistemas que lo permitan:

"...identificando a los participantes en la elaboración de un objeto en 3D: creador y proveedor del programa informático, fabricante de la impresora 3D, proveedor de materias primas, impresor del objeto, o cualquier otro intermediario que participe en la realización concreta del objeto."

No solo ello, para lograr un mecanismo práctico y efectivo la UE recomienda también al Comisionado crear una gran base de datos, un registro de creadores a consultar para poder regular estos derechos:

"...sería conveniente considerar la inclusión de los medios de identificación [...] y la creación de bases de datos de archivos cifrados y protegidos o el diseño de impresoras conectadas y equipadas con un sistema capaz de gestionar los derechos de propiedad intelectual". Algo así como una firma digital de cada obra que pueda ser filtrable para una SGAE del 3D.

La UE sugiere crear un registro para saber quién diseña las piezas, qué máquinas las imprimen y quién compra esas máquinas.

En realidad, lo que quieren es controlar y gestionar los derechos digitales de las obras diseñadas. Como nos recuerda David Maeztu [@davidmaeztu], abogado y especialista en derecho y tecnología:

"Lo de la trazabilidad es una cosa imposible de hacer, lo que se busca es como implementar el DRM para estas cosas, llevan muchos años con eso."

El problema para la comunidad no es la figurita de Marvel, es la pieza adaptada que un anónimo diseña para mejorar otro diseño industrial mediocre. Una de las maravillosas utilidades de la impresión 3d es reinventar, enriquecer, perfeccionar o modernizar en comunidad un sistema industrial que, en mayor o menor medida, se ha aprovechado del consumidor durante años con una posición dominante en el mercado de los repuestos.

¿Cómo regulas un diseño que ha pasado por cientos de manos y que mejora una pieza para mover el retrovisor de un coche sometido a cien mil patentes? ¿Estás perjudicando por lucro cesante al autor de la pieza original que funciona peor?

Por no hablar de la complicación legal que supone regular la obra. Puertas al campo:

"La cuestión en esto también es ¿Qué es la obra? ¿el código informático que representa las rutas de mecanizado o las líneas que se dibujan en la pantalla, o el resultado en plástico?", puntualiza Maeztu.

Pero sobre todo. Si una base de datos centralizada con el origen y trazabilidad de autores de todas las piezas, ¿cómo va a afectar ese posible 'gran hermano' al desarrollo colaborativo de la comunidad maker? ¿Te atreverás a diseñar un protector de hélice que mejore las prestaciones de tu dron con la amenaza de que una multinacional te denuncie por cambiar las características de su diseño?

Protector de hélide de dron impreso en 3d

La excusa es la misma de siempre, desarrollar un marco legal que permita la trazabilidad de las creaciones para garantizar una remuneración justa por los derechos de autor. Con el pretexto de que éste pueda cobrar  lo derivado por propiedad intelectual se intentará implementar un sistema que controle el proceso de diseño, el de impresión y el de distribución por un actor común a todos.

El anonimato de los creadores está en peligro también por otra recomendación del Parlamento. Y es la relacionada con la responsabilidad civil en caso de accidente de un usuario por uso de una pieza impresa de mala calidad:

"...la necesidad de tener cuidado en el sector de la impresión en 3D, en particular en lo que se refiere a la calidad de los productos impresos y a los riesgos que estos pueden presentar para los usuarios o consumidores, y que sería conveniente considerar la inclusión de los medios de identificación y trazabilidad."

La UE quiere introducir el canon digital a las impresoras 3d para compensar a (algunos) creadores, los de siempre, los pequeños seguirán sin ver un duro.

No solo eso, la resolución habla también de la compensación por copia privada, como en audiovisuales:

"Si una copia en 3D constituye una copia privada, las leyes nacionales que rigen las excepción para las copias privadas se aplicarán a esas copias, incluso por lo que respecta a la compensación o recaudación."

Es decir, con la legislación española en la mano, se obligará a los fabricantes de impresoras o de materiales a incluir una tasa o canon digital para compensar a los creadores por las supuestas copias que hagamos de esa figurita de Marvel licenciada o patentada.

Todos los que tengan una impresora 3d van a pagar más por el plástico de las impresiones para compensar las copias privadas de piezas con derechos, aunque no las impriman nunca.

La diferencia con la industria de la música es que la copia de nuestra figurita de Marvel en impresión 3d nunca será idéntica al contenido original, como sí lo es la canción que copias en un CD. La tecnología 3d casera avanza rápido pero ni la impresión, ni los materiales están a la altura de la producción industrial ¿Merece esto un impuesto proporcional si no existe la copia real como tal?

En general se repetirán los mismo errores que en otras plataformas. Al final los beneficiados serán las entidades de gestión del dinero recaudado y los grandes creadores de contenido (Marvel, productores industriales, grandes marcas), que se llevarán lo suyo y lo de los pequeños licenciantes. No veo yo a un tipo de Soria que se dé de alta en una entidad de gestión para cobrar por un diseño de una pieza para su cortapelos: 

Guía para el pelo impresa en 3d de una máquina de afeitar

El texto de la Unión Europea parece un globo sonda cuya misión es tantear la reacción de los actores implicados. En la misma resolución aprobada se reconoce que:

"...ninguna de esas opciones [propuestas] es por sí sola plenamente satisfactoria". 

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