Quantcast

Mémesis

El caso de los cojines gigantes o la importancia de comprobar la talla de lo que compras por Internet

Lo cojines gigantes

Se llama Carolina [@Bellealouette] y se ha hecho viral compartiendo unas fotografías de su última compra por Internet. Una lección inolvidable que ha querido publicar en sus redes como terapia a su desacierto.

Carolina buscaba un relleno para los cojines de su salón y encontró una gran oferta en Mercadolibre —la web Argentina dedicada a las compras entre usuarios—. Sin pensárselo demasiado hizo un pedido doble para dejar bien mullidos los almohadones: 'Que sobre y no que falte', pensó.

Cuando el pedido llegó a casa se encontró con una 'esponjosa' sorpresa:

-------------

El 'drama del almohadón' —como lo llama Carolina— no terminó ahí. La seguridad del edificio reportó mudanza a la comunidad al ver el aspecto y tamaño desorbitado del pedido:

-------------

No es un caso aislado. El 'size problem' es un clásico en el comercio electrónico que ha degenerado en tongos y estafas. Un problema que da grandes quebraderos de cabeza a las multinacionales de ropa para conseguir que los clientes acaben comprando a ciegas una prenda que no saben cómo les va a quedar. Pero también es un recurso muy utilizado por estafadores y mayoristas para hacer negocio en el mercado de compraventa con timos sacados del tebeo.

Por ejemplo. En la misma Mercadolibre hay tramposos que se dedican a fotografiar y vender muebles de casas de muñecas a precio disparatados haciéndolos pasar por enseres de escala natural. El negocio es perfecto y hay decenas de consumidores que han denunciado el fraude con imágenes desternillantes: 

-------------

Pero no siempre es culpa de la picaresca de un emprendedor frustrado. A veces es el propio usuario el que, llevado por el bajo precio, no comprueba la sección o descripción del producto. Esto le ocurrió en Amazon a una clienta que buscaba una silla barata para su cuarto:

La increíble silla menguante

"A los que me preguntan si leí las dimensiones... perdonad, pero yo vi que costaba 10$ y simplemente la compré", confesaría más tarde en el hilo viral.

A veces la miniatura es tan perfecta que no resultar engañado es bien difícil. "La descripción decía que la balanza era completamente funcional", comentó esta mujer de Malasia en su Facebook tras recibir el pedido.

-------------

Siempre, siempre hay que leer la descripción de los productos:

https://twitter.com/adamhess1/status/741235835333398528?ref_src=twsrc%5Etfw

-------------

Otras veces no se sabe muy bien donde reside la responsabilidad, si en un comprador despistado o en un vendedor excesivamente ambiguo:

-------------

Esta foto se viralizó hace algunos años como ejemplo perfecto de una compra compulsiva irresponsable:

"Hace 3 años, sin saberlo, compré una tienda para niños de 2 plazas pensando que era de tamaño adulto... y me la llevé a un festival":

-------------

Otras veces el problema de la talla viene por un error en el diseño. Esta chica irlandesa de 21 años consiguió hacer viral una queja por el tamaño de una prenda, precisamente de una marca especializada en tallas grandes:

-------------

Y es que no siempre el producto encoge de tamaño al llegar a casa. Esta pareja compró por Internet una mandolina para rebanar hortalizas y cuando la abrieron se llevaron una gran sorpresa. Las expresión de la mujer lo cuenta todo...

-------------

O este usuario de reddit que pensó que todos los cazos soperos son iguales y que la cocina industrial no existe:

-------------

Los problemas también pueden venir por una web defectuosa o simplemente por el idioma. Recientemente el equipo olímpico noruego se encontró con un pedido de 15.000 huevos en su sede olímpica. Al responsable de intendencia se le había escapado un cero en el formulario al utilizar el traductor de Google para pasar la lista de la compra al coreano:

-------------

Tengan cuidado al comprar ahí fuera.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.