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Mémesis

Arcadi saca la espada, Twitter los fusiles

Arcadi y Twitter

Hay vicios recurrentes en Redes Sociales. Costumbres y manías que solo conocemos los que vivimos enganchados a ellas. Pocos motivos bastan para soliviantar al personal o sacar las armas del cuñadismo para opinar y descarnar al plumilla de turno. Pero tenemos nuestras preferencias. Nuestras mascotas, las tres gracias o eventos imprescindibles para socializar endogámicamente con opiniones, insultos o argumentos de postín. Estas son, sin discusión, el artículo de Sostres, la tontería de Mariló y la Espada de Arcadi. Ellos lo saben, y lo utilizan para venderse. El podio está muy reñido.

https://twitter.com/claralvarez2010/status/664758304183308289

https://twitter.com/Xuxatronn/status/664779699491627009

https://twitter.com/El__Yayo/status/664769627034157056

 

Puntuales a su cita la red responde enérgicamente al tridente. No da igual lo que digan, hagan o piensen pero si hay casi unanimidad en la indignación que provocan. Lo bonito es que cada uno ataja como puede para alcanzar la gloria de ese escarnio público. Mariló desde la ineptitud. Sostres desde la provocación y Arcadi desde la ligereza y deshonestidad.

https://twitter.com/LekaconK/status/664797493088157700

 

La última ha sido del señor Espada, el que cobra suscripción por su cuenta de twitter, un periodista especializado, como muchos otros, en meter el dedo en el culo —que no en la llaga— banalizando esta vez sobre la violencia de género y echando mano de los tópicos de garrafón para disculpar un problema que avanza irremediablemente más allá de la cronificación.

 

Arcadi compara la violencia de género con el cáncer de próstata o el suicidio como si esa cronificación hiciese estéril la lucha. Como si fuesen comparables las herramientas o posibilidades que disponemos para luchar contra el cáncer que las que tenemos para educar o enseñar a nuestros hijos en igualdad.

 

Para él las manifestaciones son absurdas porque nuestras instituciones ya dedican el suficiente esfuerzo para luchar contra la violencia de género. Comparando demagógicamente con las necesidades en cuestiones de seguridad laboral o suicidios. Su conformismo le delata.

 

Pero como recuerda David Bollero en Público.es es falso que sea suficiente: ”[...]Desde 2010 el presupuesto para la prevención de la violencia machista se ha recortado un 26%. Ha subido en los Presupuestos para 2016 a 25,2 millones de euros, pero tan sólo seis años esta cifra se situaba en 34,3 millones de euros.” Aunque solo sea por ello los manifestantes tienen ya un pequeño motivo.

 

Lo peor se lo deja para el final. Arcadi acusa a las feministas de hacer negocio con el crimen. De instrumentalizar la causa para acusar a los hombres de derechas. Muy típico del hombre reprochado. Como si esto fuera un problema de ideologías. Quizás el problema resida solo en quien acusa.

 

Imaginad una víctima con la cara deformada por el ácido. Unos huérfanos de madre y padre leyendo la irresponsabilidad de Arcadi en su tribuna. La trivialización de un problema que precisamente se ha enquistado por opiniones como estas. El desapego, la utilización partidista, la escasa sensibilización y empatía por las víctimas no ayudan nada, nada... señor Arcadi.

    

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