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Vox se refugia en Intereconomía ante la hostilidad del 'establishment' mediático

Santiago Abascal

A Santiago Abascal le ha ocurrido algo similar que a otros líderes internacionales de derecha radical: su partido ha surgido y ha medrado con la gran mayoría de los medios de comunicación del establishment en su contra. Esta situación quizá hubiera sido insalvable hace unos años, pero actualmente no es así, dada la fuerza de las redes sociales, la abundancia de publicaciones digitales y el desgaste que ha sufrido la prensa tradicional, que ha provocado que una parte de sus críticas tenga actualmente el efecto contrario al que persigue. En este contexto, el principal refugio mediático de Vox ha sido Grupo Intereconomía, una empresa en dificultades económicas que se ha erigido en su altavoz y, a la vez, en una de sus canteras.

El mejor ejemplo de la fluida relación entre el partido y este grupo mediático es que Julio Ariza, fundador de Intereconomía, concurrirá a las elecciones generales en el último puesto de la lista de Vox al Congreso por Barcelona. Es algo simbólico, pero significativo del apoyo que han garantizado a esta formación política durante los últimos años sus radios, su periódico -La Gaceta- y su canal de televisión, que recientemente ha sido rebautizado como El Toro TV.

De número 2 por la provincia barcelonesa se presentará Juan José Aizcorbe, quien fuera consejero delegado de Intereconomía y mano derecha de Ariza. Este abogado fue dirigente del partido Juntas Españolas, surgido tras la disolución de Fuerza Nueva. También estuvo vinculado al PP catalán y a la escisión que surgió tras el 'giro al centro' que realizó a mediados de la década de 1990, bautizada como Partido Demócrata Español. Como contó Vozpópuli, Aizcorbe interpuso varios recursos en esos años contra las leyes de política lingüística catalana. Más recientemente, ha representado a la familia Franco en un litigio se centraba en la propiedad de dos estatutas de Abraham y Jacob que estaban originalmente en el Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago.

Dentro del equipo de máxima confianza de Abascal también se encuentra Gabriel Ariza, hijo de Julio y a quien fuentes del partido definen como una persona con influencia en la trastienda de Vox. Muy cercano al líder del partido es Kiko Méndez Monasterio, quien dirigiera La Gaceta entre febrero de 2015 y julio de 2017 y quien durante varios años fuera uno de los rostros habituales en El Gato al Agua, la conocida tertulia nocturna de Intereconomía a la que el propio Abascal también ha acudido en múltiples ocasiones.

Muy cercano al líder del partido es Kiko Méndez Monasterio, quien dirigiera La Gaceta entre febrero de 2015 y julio de 2017

A Monasterio -que fue condenado en 1998 a pagar una multa por agredir a Pablo Iglesias, según recordó recientemente la Cadena SER- lo definió recientemente Fernando Sánchez Dragó como la “mano derecha” de Abascal, si bien ni pertenece al partido ni se encuentra entre sus candidatos.

En la mesa de El Gato al Agua se ha sentado en múltiples ocasiones Alejo Vidal-Quadras, uno de los fundadores del partido y quien abandonó la formación a los pocos meses de su nacimiento, tras haber mantenido diferencias con Santiago Abascal sobre la posición que debía tomar Vox dentro del tablero político, según El Mundo. Entonces, Vidal-Quadras dijo que se iba por el peligro que entrañaba dividir el voto de la derecha en un momento de auge de la izquierda populista.

Hay que recordar que Julio Ariza fue diputado por el Partido Popular en el Parlamento de Cataluña mientras Vidal-Quadras encabezaba el partido en esta comunidad autónoma. Su baja como afiliado se produjo después de que José María Aznar consumara el pacto de Gobierno con Jordi Pujol.

Habituales de El Gato al Agua

Cabe recordar que también ha sido colaboradora de Intereconomía Rocío Monasterio, número 2 del partido en la lista al Congreso por Madrid y el responsable de su Área de Asuntos Sociales. Por otra parte, son diversas las intervenciones que ha protagonizado en este programa de Iván Espinosa de los Monteros, vicepresidente de Relaciones Internacionales del partido y quien la pasada semana mereció varios artículos en los medios tras rechazar a una reportera de Mediaset con la frase: “No moleste, Cuatro”.

En la relación de dirigentes de Vox que han sido habituales en los medios del grupo de Ariza aparece también Mazaly Aguilar, la vicesecretaria de Relaciones Institucionales y otra persona con peso dentro del partido.

Mención especial merece Fernando Paz, el historiador que fue propuesto por Vox como el número 1 de su lista por Albacete, pero que renunció el pasado marzo después de haber sufrido lo que definió como una “cacería mediática. En concreto, denunció la manipulación que se había realizado de sus declaraciones en el pasado sobre la homosexualidad o el holocausto. Paz fue durante mucho tiempo un rostro habitual en las mesas de Intereconomía.

En la sala de máquinas

En la cocina del partido también se encuentra Juan E. Pflüger, quien fuera una de las firmas de referencia de La Gaceta y quien también fue colaborador de El Gato al Agua. Pflüger forma parte del equipo de comunicación del partido, que, por cierto, centra en las redes sociales una parte importante de su estrategia.

La pregunta que se plantea es si el auge político de Vox dará alas al grupo mediático de Julio Ariza, tras varios años de crisis económica en los que ha tenido que despedir a una gran parte de su plantilla y recurrir a los concursos de acreedores. Prueba de su complicada situación financiera es que el grupo ha aparecido en varias de las listas de morosos difundidas por el Ministerio de Hacienda.

Fuentes de la casa recuerdan que el máximo esplendor de Intereconomía se produjo durante los últimos años de José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa, con Mariano Rajoy en la oposición. Entonces, el grupo de medios de comunicación se situó en la trinchera contraria al Ejecutivo del PSOE, pero también en una posición muy crítica con la Dirección del PP, al igual que una parte significativa del partido conservador.

La crisis económica del grupo se acentuó después de la victoria de Rajoy en las generales. Entonces, comenzaron los despidos, cerró la edición en papel de La Gaceta y mermó la potencia de fuego de estos medios. Lejos de tender la mano a Ariza, el expresidente del Gobierno se la retiró, lo que no ayudó a frenar su caída.

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