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Los resultados electorales abren la puerta a una mayor radicalización de TV3 y el CAC

Los miembros del ‘alto mando’ de la CCMA y del regulador audiovisual catalán deberán ser sustituidos en las próximas semanas, en caso de que finalmente se forme gobierno en Cataluña

Los resultados electorales abren la puerta a una mayor radicalización de TV3 y el CAC
Oficinas de TV3.

La historia de la Cataluña contemporánea no sería igual si TV3 no se hubiera convertido en uno de los grandes altavoces del independentismo. Son diferentes los parámetros que pueden consultarse para comprobarlo. Sin ir más lejos, en los primeros meses de pandemia los políticos secesionistas fueron entrevistados en 96 ocasiones en esta televisión autonómica, frente a las 34 de los constitucionalistas.

Las elecciones del pasado 14 de febrero confirmaron que el independentismo mantendrá su fuerza parlamentaria, mientras que Ciudadanos la perderá casi por completo, al igual que el Partido Popular. Eso condicionará el proceso de renovación de instituciones fundamentales en el panorama mediático catalán, como la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) o el Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC). Máxime cuando se espera que los secesionistas apliquen un cordón sanitario sobre Vox, según detallan fuentes políticas de esta comunidad autónoma.

Los partidos de la Generalitat no demostraron un especial interés durante la pasada legislatura por renovar el ‘alto mando’ de la CCMA y del CAC, lo que, entre otras cosas, impidió que Ciudadanos obtuviera la representación que le correspondía como primera fuerza política en esta comunidad autónoma.

Es cierto que hubo un pre-acuerdo entre los independentistas y Ciudadanos, a finales de 2018, para cambiar al Consejo de la CCMA, pero finalmente saltó por los aires; entre otras cosas, por el perjuicio que los dirigentes de la formación naranja consideraban que podría suponerles el anuncio de ese acuerdo.

Entonces, ERC había propuesto a Saúl Gordillo como presidente de la CCMA, mientras que Junts per Catalunya elegiría al director de TV3. Es decir, al verdadero hombre fuerte de este medio de comunicación.

Nueva ley

Unos meses después de que fracasara esta renovación, en el otoño de 2019, el Parlament aprobó una reforma de la normativa audiovisual catalana que afectaba a la radio-televisión pública y al CAC. Entre otras cosas, obligaba a que los consejeros de la CCMA deberían ser elegidos por mayoría de 2/3 en la Cámara autonómica y con el apoyo de tres grupos.

En total, son siete asientos los que se repartirán los partidos, de los cuales, según estas fuentes, dos le corresponderán a ERC, dos al PSC y dos a JxCat. Queda la duda sobre el destino del séptimo puesto, si bien la lógica invita a pensar que lo designará En Comú Podem, pues no se espera que le ofrezca esa posibilidad a Vox.

Esto implicará la salida del ‘histórico’ Armand Querol de su Consejo tras cumplir un cuarto de siglo en su puesto. Es decir, el Partido Popular desaparecerá del máximo órgano de representación de la radio-televisión pública catalana, al igual que Ciudadanos, lo que no deja precisamente en una posición de fuerza a los constitucionalistas.

Lo mismo ocurrirá en el CAC, donde los populares también perderán su puesto. No hay que olvidar que este órgano es el ‘juez’ de los contenidos de TV3 y Catalunya Ràdio; y, además, cuenta con la importante competencia del reparto de licencias audiovisuales en esta comunidad autónoma.

Durante los últimos años, ha estado presidido por Roger Loppacher, ‘veterano’ convergente que llegó al organismo de la mano de Francesc Homs, quien ganó la batalla a David Madí –asesor áulico de Artur Mas- por el padrinaje de esta institución.

Loppacher ha dirigido el organismo durante la etapa más crítica del procés y ha evitado sancionar a los medios públicos catalanes en distintos momentos en los que habían quedado cuestionados por su falta de pluralidad. Su sustituto también está previsto que lo elija la mayoría independentista, lo que permitirá mantener el control de esta institución.

Ahora bien, estas fuentes remarcan que todos estos cambios dependen de que las negociaciones para formar gobierno lleguen a buen puerto. Y en la política catalana no hay que dar nada por supuesto.

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