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La audiencia de las televisiones públicas toca fondo: agosto fue el peor mes de su historia

La presidenta de Andalucía, Susana Díaz

El papel de las televisiones públicas en la sociedad española es cada vez más irrelevante. Estos costosos medios de comunicación, siempre sospechosos de servir a los intereses del gobierno de turno y de estar afectados por la onerosa enfermedad del clientelismo, atraviesan una severa crisis de audiencia y de influencia que ha complicado a los gobernantes la tarea de justificar la multimillonaria y generosa partida presupuestaria que cada año les destinan. En agosto, la suma de la cuota de pantalla de La 1, La 2 y los canales autonómicos de la FORTA se situó en el 19%, el peor dato de su historia y una evidencia más de que estas empresas se encuentran sumidas en una peligrosa espiral de decadencia.

El presupuesto de estas televisiones para 2015 asciende a casi 1.850 millones de euros, de los que una buena parte se destinarán a pagar las nóminas de los casi 13.300 profesionales que emplean. La crisis económica ha provocado que estas empresas reciban menos dinero público y tengan menos plantilla que hace unos años, pero esa mengua ha sido mucho menor que la que ha sufrido su audiencia, que sólo en un año ha bajado 1,1 puntos y que desde 2012 se ha desplomado en 5. Los canales privados cada vez les sacan más ventaja, lo que supone que estas compañías se queden con un porcentaje mayor de la inversión publicitaria y sea aún más difícil, si cabe, la labor de quienes se encargan de cuadrar las cuentas de las públicas.

Del 19% de share que registraron las televisiones públicas en agosto, el 11,6 lo consiguieron La 1 (9%) y La 2 (2,6%), mientras que el 7,4% lo anotó la suma de las 11 corporaciones y entes públicos autonómicos que pertenecen a la FORTA, según datos hechos públicos este martes por Barlovento Comunicación.

TV-3, claramente alineada con Artur Mas, cuenta con una plantilla mayor que la de Atresmedia y Mediaset

De los datos del mes pasado, llama especialmente la atención el que TV-3 haya dejado de ser la televisión de referencia en Cataluña, al ser superada por Antena 3 (11,8, frente al 11,7% de la pública). Este medio de comunicación, para el que trabajan 2.364 personas, está fuertemente controlado por la Generalitat de Artur Mas y son muchas las críticas que ha recibido por la línea favorable a las tesis independentistas que exhiben sus informativos y algunos de sus programas.

Algunos de estos espacios han sido denunciados ante el Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC), pero el presidente autonómico mantiene un férreo control sobre este organismo que impide que prospere cualquier reclamación al respecto. La última acusación de manipulación en este sentido llegó hace unos días desde el Colegio de Periodistas de Cataluña, que clamó contra la parcialidad de la televisión pública de esta comunidad a la hora de informar sobre todo lo relacionado con el proceso soberanista.

El férreo control por parte de los gobiernos autonómicos

El caso de Cataluña no es ni mucho menos aislado, pues, con un mayor o menor disimulo, ocurre en todas las televisiones autonómicas. Canal Sur ha sido un altavoz del PSOE desde el momento de su fundación y Susana Díaz lo utilizó sin mucho disimulo como una herramienta a su favor durante la campaña electoral y durante el arduo proceso de negociación entre partidos que precedió a su investidura. Telemadrid adoptó durante la 'Era Aguirre' una línea editorial claramente pro PP que aún mantiene y que Cristina Cifuentes quiere suavizar, aunque no eliminar, según denuncia su oposición parlamentaria.

Otro caso paradigmático de sesgo informativo en una cadena pública es el de Radio-Televisión de Castilla-La Mancha (RTVCLM), cuyo antiguo director general, Ignacio Villa, fue acusado en reiteradas ocasiones de mimar al Ejecutivo de María Dolores de Cospedal en sus noticiarios y atacar a la oposición casi diariamente. De hecho, el periodista aún tiene pendiente una causa en los judiciales por malversación de fondos públicos, que fue iniciada por 39 alcaldes socialistas al considerar inaceptable que se dedicaran recursos de la comunidad autónoma a un medio de comunicación que sólo servía a los intereses del Partido Popular.

La nueva directora de la televisión pública de Castilla-La Mancha no ha renovado el contrato temporal de 70 periodistas que fueron contratados por Ignacio Villa

Villa fue destituido de su puesto el pasado 7 de agosto por el Gobierno de Emiliano García-Page. Su sustituta, Carmen Amores -procedente de Canal Sur-, ya ha tomado su primera gran decisión en el cargo: no renovar a los 70 periodistas que fueron contratados por su predecesor.

Las evidencias de control político de las televisiones autonómicas son innumerables y eso explica, en parte, la profunda crisis que atraviesan, según reconocen fuentes de estas empresas públicas. De hecho, sólo TV-3 y Aragón TV alcanzan el 10% de audiencia y en algunos casos, como el de Telemadrid (4,1%), cada décima de cuota de pantalla le sale a precio de oro a las arcas públicas.

La decadencia de RTVE

Una de las televisiones públicas sobre la que se ciernen más sombras es Televisión Española, cuya audiencia cae en picado desde hace unos años y cuyas cuentas registran desde hace un lustro un déficit estructural que asciende a 100 millones de euros anuales. En agosto, cosechó un 9% de share, sólo dos décimas por encima de su mínimo histórico, registrado en julio de 2014 (8,8%). 

Basta con echar la vista atrás y comparar los resultados de audiencia que obtiene hoy RTVE con los que cosechaba hace unos años para cerciorarse de la espiral de decadencia en la que está inmersa. En agosto de 2010, en su primer año sin publicidad, el share de La 1 fue del 15,4% y 44 de los 50 programas más vistos en la TDT se emitieron en ese canal. Un año después, su cuota de pantalla había disminuido hasta el 13,3%. En el mismo mes de 2012, fue del 12,2, en 2013, del 9,2; en 2014, del 9,3; y este año, del 9%. Sus informativos eran hace cinco años los más vistos de la televisión en abierto. Hoy ocupan la tercera posición y ya observan por el retrovisor a los cuartos más seguidos: los de La Sexta.

¿Cuáles son las causas que explican la decadencia de los medios de comunicación de titularidad pública? Fuentes de estas empresas explican que los recortes que han sufrido sus cuentas desde el inicio de la crisis económica han mermado la calidad de su parrilla de programación. También atribuyen este problema, por un lado, a la cada vez mayor oferta de las compañías privadas y, por otro, al cambio del patrón de ocio de la población, en el que la televisión ha perdido peso frente a la pujanza de internet.

Pero estos informantes no dudan en señalar como una de los factores desencadenantes de la crisis de los medios públicos audiovisuales a la manipulación informativa, que ha "situado su credibilidad bajo mínimos" y ha provocado que sus telediarios sean vistos como meros instrumentos de propaganda por parte de los gobiernos que los controlan, concluyen.

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