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Fran Nicolás se forra entre la morralla televisiva de la peor fauna ibérica

Francisco Nicolás Gómez, 'El Pequeño Nicolás'

De todos los ‘frikis’ que Paolo Vasile encerró el jueves en la casa de Gran Hermano VIP, Francisco Nicolás es el que más interés ha despertado dentro y fuera de la corte. La estrella que más brilla en ese aquelarre de bótox, estrógenos y anabolizantes. Como siempre, por lo que supuestamente sabe, pero que por alguna razón calla. Francisco Nicolás Gómez Iglesias, jurista en ciernes del barrio de la Prosperidad, Mata-Hari castizo, narciso de discoteca y arribista acusado por la Justicia de estafa, revelación de secretos y cohecho, cobrará 3.000 euros diarios por participar en ese concurso que emite Telecinco una o dos veces al año y que tanto se asemeja en ocasiones a los más despiadados corrillos de vecinas. O a las más perturbadoras fantasías de Pasolini.

Mediaset ha incluido entre los inquilinos de su casa rural de Guadalix de la Sierra al mejor representante de la nueva hornada de pícaros. Los de iPhone y reservado en local nocturno de moda. Los pertenecientes a la generación (supuestamente) mejor formada. Un concursante que está imputado por varios delitos, propios de engañador profesional, que llegó a colarse en el besamanos que celebró Felipe VI el día de su proclamación como rey y que se infiltró en las altas esferas haciéndose pasar por quien realmente no era. Así se presentó en algunos círculos de poder y así saltó a la fama. Siempre, intentando demostrar que vale más por lo que calla que por lo que cuenta

"Me imagino a todos los políticos pendientes este año de Gran Hermano, viendo a ver qué digo y qué no digo. A ver si se me escapa algo", afirmó Francisco Nicolás

En sus primeros minutos en el programa, Francisco Nicolás dejó claro que no renunciará a esa clásica coacción sobre sus supuestas víctimas, consistente en amenazarles cada minuto con romper el silencio tras el que esconde sus vergüenzas. “Me imagino a todos los políticos pendientes este año de Gran Hermano, viendo a ver qué digo y qué no digo. A ver si se me escapa algo. Y seguramente se me escape algo”, afirmó en su vídeo de presentación, en el que reconoció que le costará ocultar todo lo que sabe. “En Gran Hermano te están grabando 24 horas al día los 7 días de la semana. Ahí no puedes fingir”, añadió.

Con su incursión en la cuarta edición de Gran Hermano VIP, Paolo Vasile demuestra que no tiene miedo a que se repita un boicot similar al que sufrió en 2011 por parte de los anunciantes tras entrevistar en el programa La Noria a Rosalía García, la madre del El Cuco, el menor que fue condenado por encubrimiento en el caso de Marta del Castillo. El máximo responsable de Mediaset sabe que en Gran Hermano vale prácticamente todo y que ahí caben todos. Y, cuanta más carnaza, mejor. Más audiencia y más beneficios. Caiga quien caiga. El año pasado, el principal reclamo del concurso fue Belén Esteban, con su especial habilidad para invocar a mil demonios entre berridos y blasfemias al mínimo desencuentro con otro ser humano. Este año, lo será Francisco Nicolás, mucho más modoso a simple vista, pero con una habilidad para el enredo que los jueces tratan actualmente de cuantificar.

Videntes, famosillos y miembros de Ciudadanos

Entre los rivales a los que se medirá Francisco Nicolás se encuentra una tal Belén Roca, siliconada exconcursante de esa esperpéntica agencia matrimonial llamada Mujeres y Hombres y Viceversa y pariente lejana de Camilo José Cela. "Era primo hermano de mi abuelo materno" y, por lo tanto, "tengo sangre de Premio Nobel", afirmó durante su presentación, ni corta ni perezosa. La joven compartió plano en la gala inaugural con Julián Contreras júnior, otra de las estrellas de la edición y, como siempre, empeñado en ensalzar su faceta intelectual y en desmarcarse de los programas del corazón. Aunque sea invitado habitual de los que más carroña reclaman.

Destaca también entre los contendientes Carmen López, concejal de la localidad sevillana de Castilleja de la Cuesta por Ciudadanos y expulsada del partido el pasado septiembre después de solicitar al Ayuntamiento que le pagara los vuelos desde Chicago para asistir a los plenos. Pocas semanas después de que su partido tomara esa decisión, la proclamada Miss Sevilla en 1991 apareció desnuda en la portada de Interviú. Sin duda, un currículum con el que acredita sobrados méritos para formar parte de Gran Hermano. Y, desde luego, la constatación de que la estrategia seguida por Albert Rivera consistente en copar algunas de sus candidaturas con personas más propias de la farándula y de los concursos de belleza que de la política ha sido un disparate en algunos casos.

Entre las 'personalidades' con las que la concejala se batirá el cobre se encuentran Rappel, adivinador del futuro de folclóricas y catedrático de lo kitsch; así como Rosa Benito, habitual en la mesa de tertulia y destripe de Sálvame; Raquel Bollo, su irritable compañera de trabajo; y Carlos Lozano, petulante presentador del talent-show Operación Triunfo del que nunca más se volvió a saber. En medio de todos ellos, antiguos 'tronistas' e hijos de famosos con ansias de trascender en Mediaset. Y, desde las alturas, Francisco Nicolás, el mejor pagado y el que más interés despierta por su potencial para mostrar al espectador el lado más oscuro de la condición humana.

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