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Prisa reconoce un pacto para enterrar definitivamente el hacha de guerra con Roures

Jaume Roures

Fue en febrero de 2015 cuando el Tribunal Supremo dictó la sentencia decisiva de la 'guerra del fútbol', que libró a Mediapro de pagar 300 millones de euros a Prisa, en concepto de indemnización por sus diferencias a la hora de explotar los derechos audiovisuales de la Liga. Poco después, Jaume Roures protagonizó una rueda de prensa que terminó entre lágrimas, pues esta batalla judicial le había obligado a presentar un concurso de acreedores en su compañía y, tras varios años, se había cerrado a su favor. Sin embargo, el conflicto entre ambas empresas no acabó ahí, sino que oficialmente se extendió hasta el pasado septiembre.

El Informe Anual de Gobierno Corporativo de la compañía fundada por Jesús de Polanco sitúa en el 4 de septiembre un “acuerdo transaccional” por el que Prisa se comprometió al pago de 51 millones de euros a Mediapro, en concepto de indemnización.

Lo hizo unos meses después de que la Audiencia Provincial de Madrid condenara a Prisa a abonar esa cantidad a la empresa liderada por Jaume Roures y Tatxo Benet, por los daños y perjuicios generados por la 'guerra del fútbol', que obligó a Mediapro a presentar un concurso.

El pacto firmado entre ambas empresas implica la retirada de los litigios que existían entre ellas. Es decir, sirve para enterrar de forma definitiva el hacha de guerra tras más de una década batallando por las diferencias que surgieron con respecto a la explotación de la liga de fútbol.

Procesos afectados

Según detallan fuentes de Mediapro, esto implica la renuncia de Prisa a seguir con el proceso judicial en el que había iniciado para reclamar 85 millones de euros a la contraparte, también en concepto de daños y perjuicios. Lo había hecho a través de la sociedad Audiovisual Sports (AVT).

Cabe recordar que Audiovisual Sport se creó hace 22 años para articular la compra y la emisión de los partidos del fútbol profesional en España. Actualmente, está dominada por el Grupo Prisa (80%), cuyas cuentas han sufrido el efecto de la sentencia judicial que condenó a AVS a pagar 51 millones de euros a Mediapro en concepto de daños y perjuicios.

El origen de estos litigios se encuentra en 2006, cuando AVS, Sogecable, TV3 (que hoy tiene el 20% de AVS) y Mediapro llegaron a un acuerdo para ofrecer los partidos correspondientes a las temporadas 2006/2007 y posteriores.

Según recoge AVS en las últimas cuentas que depositó en el Registro Mercantil, el objetivo de este pacto fue “mantener el modelo de explotación del fútbol televisado, que había permitido (…) la emisión desde 1997 de todos los partidos de liga de una forma pacífica, estable y ordenada”.

El problema es que -a juicio del resto de los operadores- Mediapro incumplió de forma reiterada las condiciones que estaban recogidas en el contrato, lo que les llevó a recurrir a los tribunales. El proceso terminó en el Tribunal Supremo.

Las cuentas de Roures

Desde Mediapro inciden en que este proceso no tiene nada que ver con el otro que, en paralelo, mantenían contra el Grupo Prisa, después de que El País se hiciera eco de las presuntas cuentas en paraísos fiscales de Jaume Roures. Lo hizo pocas semanas antes de que el Tribunal Supremo tomara la decisión sobre el recurso de casación que había presentado Mediapro sobre la 'guerra del fúbol'.

En ese caso, inciden, la causa penal fue sobreseída y El País fue obligado a rectificar la información original, tras una decisión judicial que dio la razón a la parte demandante.

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