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Una plantilla ‘cara’ y ‘envejecida’: sólo el 15% del personal fijo de RTVE tiene menos de 40 años

RTVE

El Congreso de los Diputados deberá poner los cimientos a partir del próximo septiembre de la nueva RTVE. Eso implicará la sustitución del presidente y la renovación de su Consejo de Administración, pero también una actualización de su Mandato Marco. Es decir, de la ley que determina el servicio público que debe cumplir este medio de comunicación. Esta última tarea no será sencilla, dado que cualquier intento de modernizar la radio-televisión pública y adaptarla a las exigencias del nuevo mercado audiovisual se verá dificultado por la edad de su plantilla, en la que sólo el 15% de sus trabajadores tiene menos de 40 años.

Según los datos del sindicato USO la corporación contaba el pasado marzo con 5.906 empleados fijos, de los que sólo 11 tienen menos de 30 años y 929 son menores de 40. Un total de 3.521 efectivos cuentan con más de 50 años. Es decir, el 60% de los trabajadores.

Se da la circunstancia de que en Radiotelevisión Española hay el triple de empleados en edad de jubilación que personal de menos de 30 años (32 frente a 11). Y no parece que el envejecimiento de la plantilla vaya a frenarse en los próximos años, a menos de que se decida poner en marcha alguna medida para solucionarlo -como pudiera ser un plan de bajas-. De hecho, según los cálculos de USO, en 2022 el 71% del personal con contrato indefinido de la corporación tendrá 50 años o más.

No hay que olvidar que, en 2006, se aplicó en RTVE un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que segó 4.150 puestos de trabajo y que costará, hasta 2022, un total de 1.722 millones de euros. A esta medida se acogieron, fundamentalmente, personas mayores de 52 años, lo que contribuyó a bajar la edad media de su plantilla.

No obstante, la falta de convocatorias de empleo público a la que obligó la crisis económica y la ausencia de un nuevo ERE o de un plan de bajas voluntarias explican su actual estructura de personal, con una amplia mayoría de los trabajadores con más de 50 años.

En Radiotelevisión Española hay el triple de empleados en edad de jubilación que personal de menos de 30 años.

De la totalidad del personal fijo de Televisión Española, 1.437 miembros pertenecen al grupo de información y contenidos, 685 están dedicados a tareas de gestión y administración (la mitad de los que trabajan en todo Mediaset); 527 son técnicos de equipos y sistemas electrónicos; y 501 se encuentran en las áreas de información gráfica y captación de imagen y sonido.

Directivos externos

El centro territorial que cuenta con un mayor número de trabajadores indefinidos es Cataluña (688), por delante de Canarias (172), Andalucía (137), Valencia (106), Castilla y León (100), País Vasco (98), Galicia (89) y Castilla-La Mancha.

Los datos del sindicato también revelan que la corporación cuenta con un total de 26 directivos externos. Un número que, por cierto, es mucho menor que en la época de Luis Fernández (PSOE en Moncloa), cuando se contaba con 103.

Uno de estos contratados lleva ocupando su puesto de responsabilidad de forma interina desde 2004. “Lo importante de estas cifras no es tanto la cantidad, si no la eficiencia y eficacia de su gestión. A USO nos es imposible valorar en positivo a la gran mayoría”, manifiesta el sindicato.

RTVE gasta en su personal el 40% de su presupuesto.

Lo que es innegable es que el gasto en personal de Radiotelevisión Española absorbe una parte muy importante de su presupuesto anual. En 2018, tendrá que destinar casi un 40% del dinero que reciba del Estado y de las operadoras de telecomunicaciones y las televisiones privadas para abonar los salarios de su plantilla.

Desde la patronal de las televisiones privadas (UTECA) han expresado en varias ocasiones -para enterrar el debate sobre la vuelta de la publicidad a RTVE- que el problema de la corporación no reside en su falta de ingresos, sino en su exceso de gastos. Ahora bien, cualquier medida que buscara reducir de forma drástica los costes laborales levantaría en armas -previsiblemente- a los sindicatos mayoritarios de la corporación, con el coste político que esto supondría para el poder político.

Esta inacción explica, en parte, la enorme estructura de la corporación, que, según advirtieron la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) el año pasado, limita considerablemente las posibilidades de RTVE de competir con garantías de éxito en el cada vez más complejo mercado audiovisual.

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