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La televisión de los obispos (Trece) pierde otros 4 millones en mitad de las turbulencias del sector

La cadena acumula pérdidas de más de 100 millones de euros desde 2010

Antonio Jiménez es el presentador de 'El Cascabel'

No es sencillo competir en la zona de sombra de la televisión digital terrestre (TDT), donde se hallan los canales temáticos de contenidos enlatados y las marcas secundarias de Atresmedia y Mediaset. Dentro de la Conferencia Episcopal, apostaron hace varios años por 13 TV (hoy, Trece), una cadena generalista que mezcla información y entretenimiento y que ha generado pérdidas durante todos los ejercicios desde su fundación.

Durante el año 2022, Trece registró unos números rojos de 3,9 millones de euros, que fueron superiores a los del ejercicio anterior, cuando alcanzaron los 2,2 millones. No obstante, este déficit es muy inferior al que declaraba esta empresa algunos años atrás, que llegó a alcanzar los ocho dígitos

En cualquier caso, desde 2010 el canal de los obispos ha generado un agujero de 108 millones de euros, según expresan los datos del Registro Mercantil a los que ha tenido acceso Vozpópuli a través de la plataforma Insight View.

Los números de 13 TV

Las cuentas de este canal de televisión reflejan unos ingresos de 13,64 millones de euros, que fueron ligeramente inferiores a los del año anterior (13,69), cuando alcanzaron su pico histórico. Este dato es muy escaso si se compara con el de los grandes grupos de la TDT, que en caso de Atresmedia alcanzó en 2022 los 950 millones.

De hecho, los pequeños operadores de televisión se han quejado históricamente -e incluso llegaron a asociarse, liderados por el empresario Blas Herrero- de la posición de dominio que ostentan Atresmedia y Mediaset, que acaparan el 85% de la facturación del sector con el 51% de la audiencia. La CNMC llegó a imponer una multa de 77 millones de euros a estas compañías por sus prácticas anticompetitivas.

Pese a todo, todavía es muy complejo alcanzar la rentabilidad para estas empresas. Máxime en un contexto de fuga de anunciantes hacia las nuevas plataformas tecnológicas que ha provocado que la tarta publicitaria de la televisión comercial sea más pequeña que nunca.

Las cuentas de Trece inciden en este hecho, y es que, mientras la inversión de los anunciantes incrementó el 2,5% en 2022, hasta los 6.523 millones de euros (Arcemedia), el mercado de la televisión perdió el 3,7% de sus ingresos.

Préstamos participativos

La auditora de las cuentas -PwC- explica en su informe que la sociedad 13 TV S.A.U dispone de un fondo de maniobra negativo de 14 millones de euros. Sin embargo, “tiene tres préstamos participativos de 23,2 millones de euros” que vencen en septiembre de 2025 y que son los que garantizan que no se encuentre en situación de desequilibrio patrimonial.

Su concesionaria es Ábside Media, es decir, la cabeza del grupo de empresas que prestan servicio a los medios de comunicación de la Iglesia española y la que posee el 100% de las acciones de la sociedad, al contrario que en el pasado, cuando había varios socios.

El auditor incide en que este accionista -Ábside- ha confirmado su intención de prestar a Trece el apoyo que sea necesario para afrontar sus obligaciones financieras. Por tanto, se entiende que será la Conferencia Episcopal la que compense las pérdidas para equilibrar su balance, llegado el caso.

Hay que tener en cuenta que este medio de comunicación cuenta con una licencia propia de televisión desde que en 2015 se la adjudicara el Gobierno de Mariano Rajoy, dentro de un proceso en el que también consiguieron permisos de emisión Atresmedia, Mediaset, el Real Madrid, Radio Blanca y Secuoya. Previamente, alquilaba una frecuencia a Unidad Editorial.

Dentro de su último informe de cuentas, enumera una serie de programas que destacan por sus resultados – a juicio de los autores del documento-, como El cascabel, Código Samboal, Classics, El Partidazo o algunas apuestas de ficción.

En el actual ejercicio, el informe incide en que se mantiene la actual política de austeridad en el gasto -que ha sido la que ha servido a la Conferencia Episcopal para reducir las pérdidas de su televisión-, pero avisa de la previsible subida de los costes de los suministros.