Un consejero de RTVE revela la primera gran fractura en su nueva cúpula

La dinámica del Consejo de Administración de Radiotelevisión Española ha estado condicionada, tradicionalmente, por las sensibilidades políticas de los vocales que han ocupado sus asientos. La elección de José Manuel Pérez Tornero como presidente de la corporación estuvo respaldada por un consenso que alcanzaron PSOE, PP, Unidas Podemos y PNV; y los primeros meses de su mandato han estado marcados por cierta tranquilidad en su órgano de gobierno. O, mejor dicho, por la ausencia de grandes enfrentamientos entre sus miembros por causas ideológicas.

Esa inercia cambió como consecuencia del despido de Jesús Cintora como presentador de La 1. Así se refleja en el voto particular que presentó el pasado junio el consejero Roberto Lakidain –nombrado a propuesta de Unidas Podemos-, en el que critica la actitud de algunos de sus compañeros de mesa a la hora de decidir sobre el futuro de este programa.

“En el trascurso del debate, algunos consejeros y consejeras, así como el presidente, cuestionaron de palabra la calidad de contenidos emitidos por el programa, llegando a señalar que se podía afectar la imagen de CRTVE. El argumento no se sostuvo bajo ningún estudio o informe específico. Su exposición pareció poco más que el disfraz de un potencial prejuicio que, dado el fondo del debate y las consecuencias que acarreó, debería ser objeto de reflexión”, expone en el documento, proporcionado por el sindicato Comisiones Obreras, al que pertenece dicho vocal.

Argumentos a favor de Cintora

Lakidain defendió la continuidad del magacín de Jesús Cintora tanto por su impacto en términos de audiencia como por los contenidos de los que dotaba a su parrilla de programación. Algo, por cierto, que fue discutido por otros consejeros y, anteriormente, por formaciones políticas como el Partido Popular.

El Consejero lanza un dardo a Pérez Tornero en su alegato y critica la forma en la que discurrió el guion de la polémica sesión del Consejo: “¿Por qué, sin aviso previo, y antes del comienzo de la reunión del consejo del pasado uno de junio, se modificó la propuesta de renovación del programa Las cosas claras (aprobada por el Comité de Compras), de tal manera que la contratación prevista, así avanzada al Consejo porque así fue remitida la oportuna documentación, fue alterada en sus fechas?”.

Y añade: “¿Por qué desde la presidencia de la corporación se ha solicitado “un estudio de valor cualitativo” con respecto al programa Las cosas claras y no se ha hecho respecto de ninguno de los programas que han sido objeto de deliberación en el Consejo, como Masterchef, Servir y proteger, Aquí la tierra o El Cazador?”. En otras palabras, siembra dudas sobre la neutralidad con este asunto de Pérez Tornero.

Debate en la cúpula

Fuentes conocedoras de este órgano inciden en que Lakidain no es el único consejero descontento con las decisiones que ha tomado el equipo directivo de RTVE. De hecho, los fichajes de Silvia Intxaurrondo (Telemadrid) y de Javier Ruiz (Mediaset) para La 1 también han causado malestar, en cuanto a que –consideran estos vocales- las labores informativas que realizan podrían ser efectuadas por otros profesionales de RTVE.

Con respecto a la queja de Javier Lakidain, conviene recordar que RTVE aprobó en la sesión del Consejo de junio la prórroga del programa entre el 1 y el 22 de julio. Un día después, comenzaron los Juegos Olímpicos de Tokio, que se extendieron hasta la segunda semana de agosto, cuando se estrenó el programa Días de verano. Este espacio estuvo producido por la misma productora que Las Cosas Claras (LaCoproductora, de José Miguel Contreras).

El pasado septiembre, regresaba a la parrilla de programación La Hora de La 1, presentado en esta temporada por Marc Sala y Silvia Intxaurrondo. A su finalización, se emite Mejor Contigo (LaCoproductora), conducido por Ion Aramendi, cuya audiencia es peor de la que lograba Cintora.

Dentro del Consejo de Administración, hay voces a las que ha sorprendido que se haya filtrado toda esta información del Consejo, pues los vocales de este órgano colegiado tienen la obligación de respetar el secreto de deliberación.