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ANÁLISIS DE MEDIOS

Un año del 'gran' cambio de RTVE: la vida sigue igual

Sería positivo hablar de éxitos de audiencia, de formatos innovadores y de una gestión ejemplar y exenta de polémicas en estos primeros doce meses de mandato de Pérez Tornero. Pero hacer eso supondría contar una mentira “con apariencia de verdad”

Actuación de Rigoberta Bandini en el Benidorm Fest, organizado por RTVE
Actuación de Rigoberta Bandini en el Benidorm Fest, organizado por RTVE

Esto no puede explicarse con razones objetivas porque esto versa sobre España. Sobre un país cuya época de grandeza cada vez queda más atrás en la memoria y nadie vivió. Sobre un lugar del mundo donde prima una filosofía en la vida pública -en el ámbito estatal y el privado- que permite que cada cual pueda montarse su chiringuito a costa de lo que sea. Esto no va de una empresa pública o de un partido: va de todos nosotros. De nuestro día a día.

Llegó Telemadrid a tener un 6,8% de cuota de pantalla en enero de 2021 tras haber estado hundida, por debajo del 4%, en su etapa más lamentable. Cerró los últimos ejercicios con un share superior al 5% y el trabajo continuado de su anterior equipo directivo daba poco a poco sus frutos. Pero claro, quienes lideraban ese ente público no gustaban en el equipo de Isabel Díaz Ayuso e hicieron todo lo posible por echarlos. Hasta que lo consiguieron.

La audiencia de este canal cerró el pasado febrero en el 4%. Este jueves, el Grupo Popular en la Asamblea de Madrid presentaba una reforma legal que permitirá elegir al director general de este medio de comunicación por mayoría simple. Es decir, sin necesidad de consenso. ¿Para qué hablar más de las televisiones públicas si en este párrafo se resume lo que en realidad son?

Se cumple estos días un año desde que José Manuel Pérez Tornero fuera designado como presidente de Radiotelevisión Española. Sucedió en el cargo a Rosa María Mateo, quien fue designada por Moncloa para el puesto por su excelente currículum como gestora de empresas públicas, que incluía un total de 0 días de experiencia. Fue memorable una de las frases que pronunció durante una comparecencia parlamentaria, en la que vino a decir: ‘yo estaba con mi nieta, en mi jardín, y me llamaron para este puesto’. Es difícil encontrar algo en lo que acertara en sus casi tres años en el cargo.

El pacto de RTVE

En paralelo a su mandato, se convocó un concurso de méritos para elegir al nuevo Consejo de Administración de Radiotelevisión Española y digamos que su resolución fue un tanto polémica. En lugar de elegir a los ganadores del proceso para ejercer esta función, los partidos -PSOE, PP, Podemos y PNV- se repartieron los puestos a dedo. La izquierda se garantizó su mayoría y entre todos conformaron un amplio consenso alrededor de Pérez Tornero, que procedía del mundo de la universidad y que había comandado el programa La aventura del saber’

Este miércoles, la corporación emitía un pintoresco comunicado en el que se felicitaba por la mejora de la audiencia de sus informativos desde el inicio de la invasión de Ucrania. Pese a que el presidente de RTVE ha expresado en varias ocasiones sus reticencias sobre la utilidad del sistema de medición de audiencias actual (En este país hay que dar ya el salto de un sistema de medición de audiencias controlado por una sola fuente con características determinadas al contraste con varias fuentes”, llegó a decir), RTVE suele aprovechar la mínima ocasión para ensalzar sus resultados. En esta ocasión, no dudó en sumar los resultados de La 1 y del Canal 24 Horas para celebrar el éxito de las últimas semanas.

Como dice el propio Pérez Tornero, “la apariencia de verdad suele ser más dañina que la mentira”, así que conviene matizar estos datos para no caer en la desinformación de la que suele advertir. Veamos: entre el 24 de febrero y el 20 de marzo hubo 17 días laborables. En 12 de ellos, La 1 terminó por detrás de La Sexta. El informativo líder de audiencia fue el de Antena 3; y el de Vicente Vallés duplicó de media la audiencia del de la 1. Nadie duda de la calidad de la cobertura de RTVE, pero, ciertamente, ya no es la referencia para los españoles.

El telediario de Ana Blanco logró en estos días un 10,4% de cuota de pantalla, mientras que el de Carlos Franganillo, del 10,5%. Tiene razón Pérez Tornero: no todo en la vida es la audiencia. Pero si se decide abundar en ese parámetro, sería positivo contener el entusiasmo. Porque la situación no es como para abrir la botella de champán y celebrarla.

Baja el grupo RTVE

El Grupo RTVE registró el pasado febrero una cuota de pantalla de 13,7 puntos, que fue inferior en 5 décimas a la del mismo mes del año pasado. La 1 logró su peor registro en ese mes (8,4%), al igual que sucedió en enero, diciembre, septiembre, junio, mayo y abril.   

Afirmó el presidente en su comparecencia del pasado jueves que el grupo mejoró su audiencia entre julio y diciembre. Evidentemente, RTVE fue la única empresa de televisión que pudo afrontar el desembolso de alrededor de 50 millones de euros por los Juegos Olímpicos. Pero tampoco supo retener la nueva audiencia que recibió en esa cita. De hecho, los resultados de La 1 son hoy peores que los del año pasado; y los de Teledeporte (0,4%) han mejorado 1 décima, pero no parece que hayan impulsado el canal hacia un nivel que se pueda considerar como exitoso.

No todo son fracasos, pues la idea de elegir al representante de España en un festival (Benidorm Fest) fue un éxito de audiencia y situó a RTVE en el foco del debate tras mucho tiempo en la sombra. El problema es que el proceso se organizó de tal forma que derivó en una polémica que empañó la imagen de la corporación. ¿Se puede permitir la televisión pública episodios como el que sucedió con el tele-voto? ¿Nadie previó lo que podía llegar a ocurrir?

Pérez Tornero fichó a las pocas semanas de llegar a una directora de contenidos y recientemente propuso su cese al Consejo de Administración, ante el descontento con su gestión. Cualquiera puede realizar una apuesta fallida, qué duda cabe, pero lo cierto es que no parece que los aciertos abunden en el actual equipo directivo.

Se prescindió del polémico Jesús Cintora para las mañanas de La 1 y la solución fue contratar a los hermanos Torres -los cocineros- y recuperar el espacio de información del corazón. El fracaso de audiencia es mayúsculo. Por otra parte, se reclutó a María Casado y a Javier Ruiz para el horario de máxima audiencia y, de momento, su resultado ha sido paupérrimo. La 2 no ha mejorado… y Clan ha caído de forma estrepitosa (0,4 décimas).

El Consejo de Administración está dividido por una mezcla de rencillas políticas y descontento con la gestión del equipo directivo. Y a finales de 2021, tuvo que analizar algunas contrataciones de directivos realizadas por el presidente que habían saltado a la prensa, dada la cercanía de algunos de los elegidos con Pérez Tornero. El aludido negó cualquier tipo de irregularidad y los partidos políticos pasaron de largo sobre este asunto.

Las cosas, claras

¿Y qué hay del terreno económico? De forma sorprendente, RTVE emitió un comunicado tras conocer la asignación de los Presupuestos Generales del Estado para celebrar que había aumentado, pese a que en 2022 dispondrá del 6,3% menos de dinero para gastar.

El actual borrador de la Ley General de Comunicación Audiovisual abre la puerta a que la aportación que recibe RTVE por parte de las telecos -que dejarán de pagar- y de las compañías privadas audiovisuales se reduzca en más de 100 millones de euros. Consejeros de RTVE -Jenaro Castro publicó un artículo en ABC- y sindicatos han puesto el grito en el cielo ante esta situación. El presidente transmite tranquilidad en sus comparecencias. Al contrario que Leopoldo González Echenique, José Antonio Sánchez y Rosa María Mateo, no ha sido crítico con la situación económica.

La pasada Nochevieja, por primera vez en la historia, La 1 perdía la batalla de la audiencia de las Campanadas con Antena 3. Fue una derrota de las que aclaran el verdadero peso que tiene la televisión pública en la sociedad española.

Hace unas semanas, el exministro Eduardo Serra abandonaba el programa de debate de Javier Ruiz al considerar que era demasiado crítico con el Partido Popular. Y Cintora sugirió en su último programa en antena que la retirada de este espacio se debía a las presiones de unos y otros. No se puede decir que este periodista fuera objetivo, pero tampoco se puede ocultar que desde Atresmedia y desde el Partido Popular se realizaron diferentes maniobras para que le retiraran el programa.

Cabría preguntarse qué opinan los mejores profesionales de Torrespaña al respecto.

Sería positivo hablar de éxitos de audiencia, de formatos innovadores y de una gestión ejemplar y exenta de polémicas en estos primeros doce meses de mandato de Pérez Tornero. Pero hacer eso supondría contar una mentira “con apariencia de verdad”. Y eso sería peligroso y, en realidad, injusto.

Y sería bueno que frente a unas televisiones privadas cada vez más influenciadas por el ambiente revanchista del país, RTVE remontara el vuelo, tuviera éxito y se erigiera como una alternativa pública y sólida que ayudara a desintoxicar el panorama. De momento, no se puede decir que lo haya logrado ni que esté camino de ello. Ni mucho menos.

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