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Zeta ultima su refinanciación: suavizará sus condiciones de pago, pero no obtendrá otro crédito

El presidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio Mosbah

La negociación que mantienen el Grupo Zeta y los bancos para la refinanciación de la deuda de la compañía se cerrará entre la última semana de junio y la primera de julio, salvo que surjan nuevas desavenencias entre las partes. La editora de medios de comunicación pidió hace unos meses una suavización de las condiciones de pago para poder disponer de un mayor oxígeno para relanzar sus negocios, seriamente afectados por la crisis económica. Los acreedores aceptarán este punto, aunque no está previsto que amplíen el crédito de la compañía de la forma en que se había contemplado en las últimas semanas, según han precisado a Vozpópuli fuentes conocedoras de las conversaciones.

La editora de El Periódico de Catalunya y Sport adeuda a los bancos alrededor de 100 millones de euros y en los últimos años se ha visto en serias dificultades para hacer frente a algunos vencimientos. Entre su grupo de acreedores se encuentran Caixabank (20 millones), Banco Popular (19,5), Banco Sabadell (14,5) y BBVA (9,5), además del Instituto Catalán de Finanzas (13 millones).

En 2015, sus deudores aceptaron flexibilizar las condiciones de pago de su deuda –entonces de alrededor de 120 millones- por tercera vez en la última década, después de que se cerrara la inversión de la familia Lara y del empresario mexicano Domingo Muguira en la empresa editora de El Periódico de Catalunya. Dos años después, y ante la crisis que atraviesan sus negocios, solicitaron a los bancos una nueva refinanciación.

El pasado diciembre, la compañía reconoció su imposibilidad de amortizar los 6 millones de euros que debía abonar y solicitó a la banca acreedora la apertura de una nueva póliza de crédito por valor de 25 millones de euros –ampliable hasta 40 millones- para hacer frente a sus compromisos y elaborar un nuevo plan de negocio que estaría vigente entre 2017 y 2024.

Según han explicado fuentes cercanas a la negociación, esta línea de crédito finalmente no se abrirá, aunque, a cambio, el Grupo Zeta podría disponer de una parte –por concretar- de los 39 millones de euros que ingresará a finales de junio por la venta de Ediciones B al grupo alemán Bertelsmann. En principio, la idea de los acreedores era que la totalidad de este dinero se dedicara a amortizar deuda, sin embargo, "parecen dispuestos a hacer una concesión en este punto".

Batalla laboral

Mientras se ultiman los detalles de la refinanciación, los directivos del Grupo Zeta y los representantes de los trabajadores negocian para intentar cerrar el conflicto laboral que mantienen ambas partes desde el pasado marzo, como consecuencia de los recortes que la empresa quiere aplicar en las retribuciones de los empleados. Actualmente, hay dos incendios declarados en el diario Sport y en El Periódico de Catalunya.

En lo que respecta al rotativo generalista, las partes intentarán llegar a un acuerdo antes del próximo 7 de julio, cuando vence el plazo previsto para la negociación. El Grupo Zeta anunció hace unos meses su intención de aplicar un tijeretazo del 16% sobre las retribuciones de los trabajadores del diario, con límite en 2020. La medida incluiría un recorte directo del 8% sobre los salarios y otro del mismo porcentaje a través de un nuevo ERTE.

Las negociaciones entre los sindicatos y los directivos de la empresa se han sucedido durante las últimas semanas para intentar desbloquear la situación, aunque, de momento, no ha sido posible un preacuerdo.

Entre los aspectos que han ocasionado un mayor malestar entre los trabajadores está el hecho de que el Grupo Zeta no especifique el porcentaje en el que descenderá la remuneración de sus directivos en este tiempo.

También ha generado molestia entre los representantes sindicales el hecho de que Antonio Asensio no se haya comprometido a pagar los 8 millones de euros que debe a la compañía a través de su productora Zeta Audiovisual, que funciona como una sociedad externa. En este sentido, fuentes de la empresa inciden en que la deuda se amortizará en cuanto sea posible, y que no es cierto que no se vaya a saldar.

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